May promete inversiones de 1.000 millones en el Ulster a cambio del apoyo de los unionistas
La primera ministra británica, Theresa May, y la líder del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, Arlene Foster, cerraron este lunes el pacto que permitirá a los conservadores gobernar en minoría en el Reino Unido.
El Gobierno de May necesita el apoyo de los diez diputados del ultraconservador DUP norirlandés, probritánico y protestante, tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones generales del 8 de junio.
El texto del acuerdo detalla las grandes votaciones en que los unionistas deberán apoyar al Ejecutivo, incluidas las relacionadas con el Brexit. Los tories se comprometen a considerar la agricultura un elemento clave de las negociaciones con la UE.
Foster ha destacado que el acuerdo incluye el compromiso de invertir en el Ulster cerca de 1.000 millones de libras (1.130 millones de euros) en los dos próximos años. De esa cantidad, según el anexo económico del pacto, 400 millones se destinarán a inversiones en infraestructuras, 200 millones en gastos estructurales de sanidad, 150 millones para ampliación de la red de banda ancha, 100 millones en gastos urgentes en sanidad y educación o 100 millones en lucha contra la pobreza.
Esos 1.000 millones son el equivalente a los salarios de 26.000 enfermeras o 12.000 médicos.
A la llegada a Londres, Foster rechazó que el pacto de gobernabilidad con los “tories” ingleses vaya a impedir alcanzar un acuerdo para formar un Gobierno autonómico de poder compartido en Belfast, para lo que hay de plazo hasta el 29 de junio.
“Creo que este acuerdo (con Londres) va a mejorar las perspectivas de lograr un acuerdo en Stormont (sede de la Asamblea norirlandesa), pues va a tener un impacto positivo para Irlanda del Norte”, aseguró. “Espero de veras que esta semana acabe no con uno, sino con dos acuerdos”, apostilló.
Criticado por la oposición
El eventual pacto entre ambas formaciones ha sido criticado tanto por la oposición política, encabezada por el Partido Laborista, como por varios “tories”, como el ex primer ministro John Major, que dice que amenaza el acuerdo de Viernes Santo de 1998, que puso fin a tres décadas de conflicto armado en Irlanda del Norte.
El acuerdo de paz norirlandés exige al Gobierno de Londres ser un árbitro imparcial de la política de la provincia.
El republicano Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), ha acusado a May de haber roto los principios del acuerdo de Viernes Santo, y se muestra desconfiado en las negociaciones para restablecer el poder en Belfast.
Paralelamente, la líder conservadora en Escocia, Ruth Davidson, que es homosexual, ha pedido garantías a May de que no perjudicará los derechos sociales en el pacto con el DUP, que se opone al aborto y a las uniones homosexuales y es escéptico sobre el cambio climático.