Luis Abinader, un rico empresario y economista de 56 años, ha sido reelegido este domingo presidente de República Dominicana por el Partido Revolucionario Moderno (PRM, liberal progresista) para el periodo 2024-2028, un mandato para el que además contará con una cómoda mayoría parlamentaria.
“República Dominicana ha cambiado y ha cambiado para siempre”, proclamó por la noche el reelegido presidente Luis Abinader, que renovará su mandato al frente del Estado dominicano, por segunda y única vez, hasta el año 2028.
Con el 25,52 por ciento de los votos escrutados, Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM, liberal progresista), obtiene el 58,87 por ciento de los sufragios, más del doble que el 27,25 por ciento del expresidente dominicano Leonel Fernández, de la progresista Fuerza del Pueblo, mientras que Abel Martínez, expresidente de la Cámara de Diputados, ocupa la tercera posición entre los nueve candidatos que optaban a la Presidencia, con el 10,60 por ciento de los sufragios.
Según los primeros datos facilitados por la Junta Central Electoral, el mandatario ha mejorado el apoyo que obtuvo en las elecciones de julio de 2020, en plena pandemia de la covid-19, en las que obtuvo cerca del 53% de los votos.
Nacido el 12 de julio de 1967 en Santo Domingo en el seno de una familia acaudalada de origen libanés, Abinader es el primer mandatario dominicano nacido después de la caída de la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961).
El pueblo dominicano “quiere seguir profundizando el cambio”
En su discurso tras confirmarse su arrolladora victoria en las elecciones presidenciales, Abinader afirmó que el pueblo dominicano “quiere seguir profundizando el cambio” y destacó que él asume la confianza depositada y no fallará a los ciudadanos de su país.
Según el gobernante, hace cuatro años fue elegido con la esperanza de un cambio y ahora continuará ejecutando el mismo, pero no tratará de buscar una reelección, siguiendo los dos mandatos que indica la Constitución.
“Este optimismo no nos nublará la esperanza ni haremos caso omiso a los obstáculos. En la República Dominicana lo mejor está por venir”, agregó Abinader, flanqueado por la también reelegida vicepresidenta Raquel Peña, y por su esposa, la primera dama Raquel Arbaje.
El mandatario dio las gracias “de corazón” a los dominicanos por el “civismo y la participación de cada uno” de ellos, que “han sido fundamentales para fortalecer” las instituciones.
Aseguró que con la celebración este domingo de las elecciones presidenciales y legislativas República Dominicana ha dado una imagen ejemplar al mundo de que es un país de profundas convicciones democráticas. “En este país no sobra nadie, todos somos necesarios, por encima de todos está la República Dominicana y tengo la convicción de que lo que nos une es mucho más de los que nos separa”, añadió Abinader, al subrayar que continuará siendo el presidente de todos los dominicanos, por encima de partidos políticos.
El gobernante reelegido dijo que ahora toca seguir el camino de profundizar los cambios y reformas que, a su juicio, necesita el país. “Tenemos que seguir la línea de progreso y desarrollo que hemos emprendido desde que llegamos al poder hace cuatro años. Hemos hecho un Gobierno de progreso con inclusión y de justicia con independencia”, expuso.
Un empresario metido a político
Antes de su irrupción en la política, Abinader dedicó su vida profesional al grupo Abicor, una empresa familiar fundada por su padre, el exministro y exsenador José Rafael Abinader, que es dueña de hoteles, una universidad y una de las fábricas de cemento más importantes del país.
Asumió la jefatura de Estado el 16 de agosto de 2020 con la promesa de hacer frente a la corrupción, la impunidad, el caudillismo y el clientelismo que, según él, promovía el entonces presidente, Danilo Medina.
Abinader asumió el poder con una receta para reactivar la economía tras la pandemia, basada en incrementar el gasto público a través de subsidios, transferencias de efectivo y préstamos blandos para las personas y las empresas. Y, efectivamente, ha logrado mantener la economía, que, tras un crecimiento del 2,4 % en 2023, se expandirá el doble este año, según las proyecciones de los organismos internacionales. Pero sus opositores le acusan de endeudar al país de manera “abusiva e irresponsable” por la cantidad de préstamos que ha tomado su Gobierno, mientras persisten marcadas desigualdades sociales.
Ayuda internacional para el conflicto haitiano
Respecto al conflicto en Haití, Luis Abinader, ha sido muy claro y enfático al reconocer la gravedad de la crisis y su impacto en la República Dominicana y la región en general. Por ello ha subrayado en varias ocasiones que la situación en Haití, caracterizada por la inestabilidad política, la violencia de las bandas criminales y la crisis económica, representa una amenaza directa para la seguridad nacional de su país.
En sus discursos ante la ONU, el hoy reelegido presidente ha pedido a la comunidad internacional que tome medidas urgentes para abordar la crisis en el vecino país, enfatizando que la República Dominicana no puede resolver este problema por sí sola y necesita apoyo internacional. Por este motivo ha urgido a los líderes mundiales a proporcionar los fondos prometidos para apoyar la misión de seguridad multinacional que encabeza Kenia y que comenzará a desplegarse el próximo día 26.
Además, Abinader ha tomado medidas concretas, como el cierre de la frontera con Haití, para -según dijo- proteger la seguridad y los intereses nacionales dominicanos. Este cierre fue en respuesta a la construcción de un canal de riego en el río Masacre por parte de particulares haitianos, lo que ha sido visto como una violación de los tratados fronterizos y un riesgo para los recursos hídricos dominicanos.
Y desde el sector feminista le cuestionan haber hecho poco o nada para impulsar la despenalización del aborto en el Congreso Nacional, controlado por el PRM, a pesar de que en la campaña para los comicios de 2020 se mostró a favor de la interrupción voluntaria del embarazo cuando ponga en riesgo la vida de la mujer, si el feto no tiene opción de vivir fuera del útero o en el caso de violación o incesto, lo que en el país se conoce como 'las tres causales'.