La imagen de decenas de hombres en Roma hace unos días haciendo el saludo fascista ha retrotraído a los peores momentos de la historia del viejo continente. El canciller alemán, Olaf Scholz, encabezó este fin de semana una manifestación contra el plan de Alternativa por Alemania para deportar a miles de personas. El auge de la extrema derecha se ha ido convirtiendo en una de las principales preocupaciones para la mayoría de las fuerzas políticas europeas y más a las puertas de las elecciones del próximo mes de junio al mismo tiempo que va llegando al poder en muchos países del continente.
Y ante la normalidad con la que los líderes europeos despachan institucionalmente con Giorgia Meloni —que fue la primera líder de la extrema derecha en llegar al poder gracias a la ruptura del cordón sanitario que operaba hasta entonces—, el Parlamento Europeo ha querido alzar la voz con un debate apenas una semana después de que la conmemoración de la muerte en 1978 de tres jóvenes de la sección juvenil del Movimiento Social Italiano se convirtiera en una manifestación de tintes fascistas.
No era la primera vez, como han recordado los representantes de Fratelli d’Italia y La Liga en la Eurocámara. Cada año en esa fecha, la calle Acca Larentia, en la primera periferia de Roma, es el lugar en el que los grupos de la extrema derecha romana se reúnen ante la antigua sede del MSI para recordar el asesinato de dos militantes de la sección juvenil del partido —y de otro que murió horas después en los disturbios con la policía—, en uno de los episodios de los “años de plomo” que siguen generando divisiones.
Pero este año, con el Gobierno liderado por el ultraderechista Hermanos de Italia, que sigue llevando en su símbolo la misma llama del MSI, rápidamente se viralizó en las redes sociales el vídeo en el que aparecen cientos de personas vestidas de negro, que se cuadran y, por tres veces, responden al unísono con el saludo romano y el grito de “presente” para “todos los camaradas caídos”. Las imágenes se producían pocas horas después de la conmemoración institucional en la que participaron, entre otros, el presidente de la Región de Lacio, Francesco Rocca —de Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni— y el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Roma, gobernado por el Partido Democrático, Miguel Gotor.
“No fue un desfile en absoluto, fue una conmemoración fúnebre que se hace cada año en Roma desde hace 40 años. Por desgracia algunos militantes de extrema derecha aprovechan para hacer el saludo romano, pero cada vez son menos”, ha comenzado este martes el eurodiputado de Fratelli d’Italia Nicola Procaccini, cuya mayor crítica ha sido decir que “ese saludo es anacrónico incluso grotesco” antes de asegurar que “no tiene ni ha tenido tenido el significado de hacer apología del fascismo”.
El silencio de Meloni
A su jefa de filas, la primera ministra Meloni, han señalado varios de los intervinientes de distinto color político por no haber condenado ese saludo nazi. “No podemos aceptar este silencio de la señora Meloni”, ha dicho el jefe del Partido Democrático en la Eurocámara, Brando Benifei. “¡Qué silencio tan incómodo de la primera ministra!”, ha afirmado la liberal Sophie in’t Veld, que ha señalado al Partido Popular Europeo: “¿No está cada vez más incómodo con sus flirteos con Meloni? ¿Sigue pensando que es una buena aliada pese a que no condena el saludo nazi?”.
La pregunta se produce la víspera de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúna y comparezca con ella en Italia, donde está de visita a una zona afectada por inundaciones. La comisaria de Interior, Ylva Johansson, que ha mostrado su enorme preocupación por el auge del neofascismo con un “efecto corrosivo”, ha pedido en la Eurocámara que se actúe “con rapidez y decisión”: “Las democracias mueren cuando los demócratas no actúan”. Johansson ha asegurado que hay la “evidencia” de que “hay una participación creciente de grupos neofascistas de todos los Estados miembros” y ha apuntado al peligro de la movilización online.
En el caso concreto de Roma, la comisaria de Interior, que ha celebrado la presencia de Scholz en una movilización contra la extrema derecha, ha hecho una mención expresa a la condena del ministro de Exteriores, Antonio Tajani, de Forza Italia.
Su correligionario, Fulvio Martusciello, sin embargo, ha lamentado que se cuestione la democracia en Italia con ese debate y se ha limitado a decir que “la apología del fascismo es un delito y la justicia tomará cartas en el asunto” mientras se ha dedicado a defender a Israel, como víctimas de “un nacismo que ha vuelto a nacer”. En otro tono distinto se ha pronunciado su compañero de bancada eslovaco Peter Follack: “No podemos hacer la vista gorda con lo que ha ocurrido en Italia”.
“Podríamos haber hablado de forma equilibrada de extremismo de izquierda o derecha o abrir un debate sobre una realidad cultural de los años de plomo, pero se hace campaña”, ha defendido el parlamentario de La Liga Paolo Borchia, que se ha desmarcado en términos personales de lo ocurrido en Roma: Soy una persona que no defenderá nunca un saludo romano o una referencia a una tipología de extremismo“.
Los partidos italianos que forman parte del Gobierno han salido así al paso de las críticas del resto de fuerzas en la Eurocámara, a las que han acusado de “instrumentalización”, por llevar al Pleno unas escenas con ecos de otras épocas que también desataron la polémica y la ira de la oposición en Italia, con la líder del Partido Democrático, Elly Schlein, que las tachó de “inaceptables” y pidió que el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, compareciera en el Parlamento. “No parece 2024 sino 1924, en régimen fascistas”, recordó Schlein en la interpelación parlamentaria a Piantedosi la semana pasada. “El espíritu de la conmemoración de tragedias tan graves como la de Acca Larentia, que causó el asesinato cobarde de vidas jóvenes y que aún permanece sin justicia, se ve traicionado por la repetición de gestos y símbolos que representan una época condenada por la historia”, respondió el ministro, quien informó de que la policía había enviado a las autoridades judiciales un informe sobre cinco miembros del grupo de extrema derecha Casapound por apología del fascismo.
La Fiscalía actúa
“Lo que nos preocupa son las ambigüedades de esta derecha, que vuelve atrás con respecto a cuando al menos reconocía al fascismo como mal absoluto. Tener un presidente del Senado, que intenta legalizar el saludo fascista es un insulto a los que han hecho la Resistencia en este país”, replicó Schlein, en referencia a los comentarios hechos en los días siguientes por Ignazio La Russa, que fue uno de los miembros destacados del MSI, fue entre los fundadores de Hermanos de Italia y tenía un busto de Mussolini en casa. En una entrevista al Corriere della Sera, La Russa dijo, después de subrayar que su partido no tiene nada que ver con este tipo de conmemoraciones, que hay dudas, desde el punto de vista jurídico, si se puede aplicar el delito de apología del fascismo por hacer el saludo romano, una cuestión sobre la que el Tribunal de Casación de Italia se pronunciará este viernes en relación con el caso de una manifestación de 2016 en Milán.
Mientras tanto el PD ha presentado un proyecto de ley “para reforzar la acción represiva de la apología del fascismo y de los fenómenos subversores neofascistas”, según anunció en X, la antigua Twitter, el diputado Andrea Di Maria. Y la Fiscalía de Roma, después de que la División de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales de la policía identificara a cien participantes, ha abierto una investigación por apología del fascismo.