La Fiscalía de Arabia Saudí ha anunciado este lunes que cinco personas han sido condenadas a muerte por el asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en octubre del año pasado en el consulado saudí de Estambul. En un proceso judicial opaco al que solo la familia de Khassogui y algunos diplomáticos han tenido acceso, otras tres personas han sido condenadas a penas de prisión por un total de 24 años. Además hay otras penas para otros tres condenados. Todos pueden apelar los veredictos.
La CIA mantiene la conclusión que el príncipe heredero y gobernante de facto en el país, Mohammed bin Salman, ordenó el asesinato de Khashoggi. Sin embargo, los dos principales investigados, Saud al-Qahtani, que fue asesor de bin Salman, y Ahmed Asiri, subdirector de los servicios secretos saudíes, no han sido acusados y ha sido puesto en libertad.
El tribunal también ha dictaminado que el cónsul general saudí en Estambul en ese momento, Mohammed al-Otaibi, no es culpable, aunque sí se encontraba presente en el momento del asesinato. Ha sido puesto en libertad después de que se anunciasen los veredictos, según la televisión estatal.
El portavoz de la Fiscalía General también ha señalado que, según las investigaciones, no hubo “intención previa” de matar a Khashoggi, puesto que los acusados y la víctima no estaban “enemistados”.
El asesinato de Khashoggi, columnista del Washington Post, desencadenó la mayor crisis diplomática de Arabia Saudita desde los ataques del 11 de septiembre, y causó un distanciamiento sin precedentes de los líderes mundiales y de grandes empresas respecto al régimen de Riad.
También según un informe de Naciones Unidas, es el príncipe heredero bin Salmán el que debería ser investigado por el asesinato Kashoggi porque hay “pruebas creíbles” de que él y otros altos cargos son los responsables de la ejecución. El informe de 100 páginas sobre el asesinato, publicado el pasado mes de septiembre por Agnes Callamard, relatora especial de la ONU, indica que la muerte del periodista fue un “crimen internacional”.
Críticas a la sentencia
Las primeras críticas al veredicto por parte de la comunidad internacional no se han hecho esperar. El secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire, ha criticado la sentencia y la opacidad del juicio en Arabia Saudí. “La condena a muerte no permite hacer justicia. Podemos interpretarlo como un medio para hacer callar para siempre a los sospechosos, como una manera de impedir que hablen para camuflar mejor la verdad”, ha dicho en Twitter.
Según Deloire, el juicio “no ha respetado los estándares internacionales de la justicia”. “La opacidad del proceso y la ocultación de elementos de prueba no permiten hacerse una idea sobre los motivos de las condenas y de las absoluciones”, ha añadido.
Por otra parte, el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, ha calificado en un comunicado de “terrible” el asesinato del periodista y ha pedido a Arabia Saudí que asegure que los responsables de ese crimen rindan cuentas, aunque ha señalado que “el Reino Unido condena el uso de la pena de muerte en todas las circunstancias como cuestión de principio”.