Un chófer y sus anotaciones en cuadernos escolares pone en jaque a la clase política y empresarial en Argentina desde hace poco más de dos semanas. Las notas manuscritas de Oscar Centeno en las que describe con lujo de detalles un ir y venir de bolsos con fajos de billetes provenientes de supuestos sobornos han desatado un vendaval político y judicial que afecta a las principales empresas constructoras del país (e incluso a una española). Las confesiones de importantes ejecutivos en las últimas semanas dibujan una trama de financiación ilegal que recuerda al caso Lava Jato de Brasil y que afecta a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Pero la noticia en sí misma tiene su particular historia, ya que el periodista que consiguió los documentos fotocopiados, Diego Cabot, del diario La Nación, decidió no publicarlos hasta comprobar que los apuntes del chófer (que trabajó para un funcionario del ministerio que controlaba la obra pública) tenían visos de credibilidad. Después, entregó todo el material a la justicia, resignando la exclusiva a cambio de conseguir avanzar en la investigación, como explica en esta entrevista a eldiario.es Martín Rodríguez Yebra, subdirector de La Nación.
Los diarios de la corrupción
El chófer misterioso
Por qué Oscar Centeno hace estas anotaciones, es todavía un misterio. ¿Era un agente doble? ¿Un mecanismo de seguridad de la propia trama? ¿O una forma de garantizarse inmunidad si surgían problemas? Las intenciones del chófer, un aparente personaje secundario en el presunto montaje de los sobornos, siguen sin estar claras. Aunque sus apuntes desvelan otras muchas cosas.
El paralelismo con los Papeles de Bárcenas
La publicación de estos documentos recuerda a la aparición de los Papeles de Bárcenas, donde el extesorero del PP aparentemente apuntaba los detalles del dinero que recibían de empresarios y el reparto que se hacía entre miembros del partido. Sin embargo, hay algunas diferencias entre los dos casos que explican un desarrollo diferente en las investigaciones.
La confesión de grandes empresarios
El verdadero avance en la investigación no surge de los cuadernos sino de la catarata de confesiones que empiezan a sucederse a raíz de su publicación y de las actuaciones judiciales. A través de la figura del 'arrepentido' importantes ejecutivos y empresarios admiten ante la justicia haber pagado sobornos para conseguir adjudicaciones por parte del Estado. Uno de los primeros es el expresidente de una empresa española en Argentina, Isolux Corsán, que asegura que la orden de pagar salió directamente de Madrid. El escándalo afecta de lleno a las principales empresas constructoras de Argentina, algunas de las más poderosas del país. Y uno de los 'arrepentidos' es familiar directo del actual presidente, Mauricio Macri.
El futuro de Cristina Fernández de Kirchner
El juez ya ha pedido la comparecencia de la expresidenta, que en este momento mantiene su condición de aforada, porque ocupa un escaño en el Senado argentino. Pero cabe la posibilidad de que la Cámara Alta permita su procesamiento. La expresidenta denuncia una campaña judicial en su contra orquestada por el gobierno de Mauricio Macri, precisamente cuando estaba mejorando en las encuestas y se situaba como posible candidata a las elecciones presidenciales del año próximo.
Problemas también para Macri
Aunque en un primer momento el gobierno de Macri celebró la investigación, pronto descubrió que sus efectos no solo alcanzaban al kirchnerismo. El escándalo, además de salpicar a la familia del presidente –cuyas empresas han sido durante décadas contratistas del Estado– podía afectar gravemente a la economía argentina, tal y como sucedió en Brasil con Lava Jato. Un agravamiento de las dificultades económicas que atraviesa el país pueden acabar con las aspiraciones de Macri de conseguir una reelección en 2019.