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...Y Argentina tuvo su primer debate presidencial de la historia

El primer debate presidencial de la historia argentina se convirtió rápidamente en trending topic global –también en España, donde viven más de 100.000 argentinos registrados. Junto a un atril vacío, el del candidato ausente, el oficialista Daniel Scioli, el resto de aspirantes a suceder a Cristina Kirchner hablaron durante más de dos horas de sus propuestas de gobierno. La demostración del interés generado por el encuentro no sólo se notó en las redes: el programa le ganó en audiencia a la gran pasión local: el fútbol, que era transmitido por la televisión pública.

Mauricio Macri (Cambiemos), Sergio Massa (UNA), Margarita Stolbizer (Progresistas), Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) y Adolfo Rodríguez Saa (Alianza Compromiso Federal) no hablaron en el orden que les adjudicaban los votos conseguidos en las primarias, sino que sus intervenciones se ordenaron por sorteo. Sin embargo, el número de menciones en Twitter sí coincidió con los lugares conseguidos en las PASO. Hubo más de un millón de tuits con el hashtag #ArgentinaDebate.

Los temas del debate se habían acordado previamente, y cada participante tenía la posibilidad de sumar a su exposición una pregunta para otro candidato. Las palabras más duras, en todo caso, se dedicaron al ausente. Hubo muchas referencias a la erradicación de la pobreza, que afecta a un alto porcentaje de argentinos, aunque las cifras son objeto de encendidas discusiones.

También a la creación de empleo. Argentina tiene una desocupación de por debajo del 7%, según los datos oficiales. A pesar de que el país ha conseguido reducir la tasa de desempleo de dos dígitos que tenía a principios de esta década, el porcentaje está por encima de países de la región como Chile, Ecuador, México o Perú.

No hubo precisiones sobre algunas de las cuestiones más candentes de la política económica: la cotización del peso respecto del dólar, el llamado ‘cepo’ cambiario, la inflación, la gestión de la deuda frente a las reclamaciones de los fondos buitre, las restricciones a la importación…

Las propuestas pasaron más cuestiones genéricas como bajar la presión impositiva a los trabajadores y a los sectores productivos, ayudar al empleo y profundizar en las ayudas a los más desfavorecidos.

Las formaciones de izquierdas –Progresistas y el Frente de Izquierda– fueron las únicas en mencionar temas como el medio ambiente –propusieron el veto a la megaminería– o de la violencia contra las mujeres. Nicolás del Caño, el candidato del Frente de Izquierda, propuso la legalización de la marihuana –apoyado sorprendentemente por el peronista Adolfo Rodríguez Saa– y el aborto gratuito y seguro “para que no mueran más de 300 mujeres cada año”. El resto de participantes no se pronunciaron sobre este asunto.

La cuestión de la seguridad fue otro de los puntos fuertes. Y Sergio Massa fue el que expresó las propuestas más concretas y polémicas. Habló de bajar la edad de imputabilidad a los 14 años –“Un chico de esa edad sabe lo que está bien y lo que está mal”– y llevar las fuerzas armadas a “los barrios más pobres, donde manda el narco”.

El problema del narcotráfico y la lucha contra él fue causa común de todos los candidatos. Pero desde diferentes perspectivas. Frente al régimen penal juvenil de Massa y las fuerzas especiales de lucha contra el tráfico de estupefacientes de Rodríguez Saa y Macri, Stolbizer y Del Caño pusieron el foco en la corrupción de las fuerzas de seguridad –“son las que organizan el gran delito”– y de los funcionarios. Stolbizer aseguró: “100 de las 650 toneladas de cocaína que se producen en el mundo salen en aviones y barcos de Argentina con los trabajadores de aduanas como cómplices. Nunca hubo tantos funcionarios enriquecidos por el narcotráfico ni se han pagado tantas campañas electorales con la plata de la droga”.