La historiadora y profesora Barbara Perry dirige el programa de historia oral presidencial del Centro Miller de la Universidad de Virginia, que se dedica a entrevistar a los protagonistas de los gobiernos para documentar las presidencias desde dentro. Se ha encargado de las entrevistas para el estudio de George H.W. Bush y de George W. Bush y ahora está en medio del proyecto dedicado a Barack Obama. Es especialista en el Tribunal Supremo y ha escrito libros sobre presidentes demócratas y republicanos.
A lo largo de los años, he entrevistado a Perry varias veces sobre la actualidad política, y nunca la había escuchado tan preocupada como ahora por el futuro próximo de Estados Unidos. Esta es nuestra conversación, editada por extensión y claridad, sobre las próximas citas judiciales para Donald Trump.
Este martes, el Tribunal federal de Apelaciones del Distrito de Columbia dictaminó que Trump no es inmune ante cualquier delito cometido para alterar el resultado de las elecciones de 2020, incluido el asalto al Capitolio, cuando todavía era presidente. Este jueves, se celebra la audiencia en el Tribunal Supremo para escuchar argumentos sobre su inhabilitación en las primarias de Colorado por haber violado la enmienda 14 de la Constitución, que prohíbe presentarse a un cargo público a cualquiera que haya participado en una insurrección o apoyado a sus participantes.
¿Qué podemos esperar del caso de Colorado en el Supremo?
Se está tratando como lo que llamamos “un expediente cohete”. Es decir, va rápido como un cohete. Habitualmente, el Tribunal no actúa tan rápido como lo ha hecho al aceptar este caso. Y eso también me da una pista de cómo decidirá. Después de la audiencia del 8 de febrero, los nueve jueces se reunirán en una sala del tribunal abierta sólo para ellos, sin ningún secretario ni otro empleado, y celebrarán una votación preliminar. Si el presidente del Tribunal Supremo tiene la mayoría, puede escribir la opinión o asignársela a alguien. Si está en minoría, entonces el juez de mayor rango en términos de años de servicio tendría la misma prerrogativa, escribir la opinión o entregársela a otra persona. Si la decisión no es unánime, se pueden publicar opiniones disidentes.
¿Cómo podrían decidir?
El hecho de que lo hayan aceptado tan rápido significa que creen que es importante por las votaciones en las primarias y en las presidenciales. Es tan importante si Trump estará en estas papeletas o no que los jueces saben que tienen que decidir rápido.
Este caso lo decidió el Tribunal Supremo de Colorado y luego Trump apeló ante el Supremo de Estados Unidos. En un caso de apelación como éste, sólo se necesitan cuatro votos de los nueve para aceptar un caso. Es decir, no tiene que haber mayoría. Si estás entre los cuatro jueces que quieren decidir sobre el caso, la pregunta es ¿tienes un quinto voto de tu lado? Si no tienes tus cinco votos ya alineados, podrías perder.
Es tan importante si Trump estará en estas papeletas o no que los jueces saben que tienen que decidir rápido
Los jueces que probablemente votarían a favor de la decisión del Supremo de Colorado serían los tres progresistas: Sotomayor, Kagan y Jackson. A veces, Roberts se pasa al lado más progresista si cree que es importante, por ejemplo para defender el plan de salud de Obama. Votó dos veces a favor porque consideró que era bueno para la corte o porque realmente cree en esa posición.
¿De dónde saldría el quinto voto en contra de Trump para excluirlo de la papeleta de Colorado? Los tres designados por Trump son menos probables. Al menos cinco jueces lo quieren en la papeleta. De hecho, alguien que trabajó en el Tribunal me dice que cree que habrá nueve votos a cero a favor de Trump y en contra del Supremo de Colorado. Me parece difícil de creer.
¿Y los jueces “originalistas”, que dicen que hay que interpretar la Constitución de manera literal?
Me cuesta creer que vote en contra del Supremo de Colorado alguien que lea la sección tercera de la enmienda 14, y los originalistas proclaman que las palabras, cuando son claras, deben seguirse de manera literal. Pero no creo que los conservadores las vayan a seguir en este caso. Dirán que las palabras dicen una cosa, pero que la intención de quienes escribieron la enmienda fue que se aplicara sólo a aquellos que habían participado en el bando confederado en la Guerra de Secesión de EEUU.
Entonces nunca se aplicará a nadie…
Hay que tener en cuenta las palabras y la intención. En un punto del proceso, según estudios académicos, la redacción decía que sólo era para aquellos que habían participado en la Guerra de Secesión, pero eso se eliminó deliberadamente para que se aplicara a cualquiera que participara o brindara ayuda y apoyo a insurrectos o a aquellos que participan en una rebelión.
Los defensores de Trump también dicen que aunque la enmienda menciona a cargos públicos de Estados Unidos, no ven al presidente como tal. Eso es ridículo.
Pero me sorprendería mucho que el Supremo votara en contra de Trump. Creo que será al menos cinco a cuatro para Trump, tal vez seis a tres.
¿Los jueces progresistas podrían votar a favor de Trump por su preocupación por el precedente de eliminar de la papeleta a alguien durante una campaña presidencial?
Sí, esa podría ser la razón. Por eso me dicen lo de nueve a cero. Pero no veo cómo alguien que sea objetivo y lea la enmienda 14 tal como está escrita y como estaba prevista pueda pensar que no se aplica a Trump.
¿Hay algún precedente legal sobre la enmienda 14 en este sentido?
Ninguno que haya llegado al Supremo y ninguno que haya afectado al presidente, a un expresidente o candidato presidencial. Hubo varios exconfederados que querían postularse para el Congreso y fueron excluidos de la papeleta. Así que hay precedentes de prohibir que algunas personas se postulen para cargos públicos.
No veo cómo alguien que sea objetivo y lea la enmienda 14 tal como está escrita y como estaba prevista pueda pensar que no se aplica a Trump.
¿El Supremo sentaría precedente para otros estados?
Sí, por ejemplo para Maine, donde la secretaria de Estado, responsable de determinar si una persona puede presentarse, dijo que, según la enmienda 14, Trump claramente no cumple los requisitos para estar en la papeleta. Como tampoco los cumpliría Obama si quisiera postularse para un tercer mandato porque la Constitución tiene una enmienda que limita a dos los mandatos del presidente.
Si el Supremo votara a favor de Colorado y en contra de Trump, eso significaría que Maine podría excluirlo de la papeleta no sólo en las primarias, sino también en las presidenciales. Eso tendría consecuencias en los estados donde se decidirá la próxima carrera presidencial, como Michigan, Wisconsin, Georgia, Arizona, Nevada y uno o dos más. Hillary Clinton perdió el Colegio Electoral por unos 70.000 votos en sólo tres estados. El voto del Colegio Electoral podría decidirse por un margen muy estrecho. Si un candidato presidencial no aparece en la papeleta en uno o dos de esos estados en particular, eso podría hacer que pierda.
Usted ha escrito sobre casos a lo largo de la historia en que los jueces del Supremo votan contra el presidente que los eligió o con quien comparten ideología. Referente a Trump, cita un caso. ¿Es ahora más excepcional?
En el caso de los dos jueces elegidos por Trump y que votaron en su contra, Gorsuch y Kavanaugh, se trataba de si tenía que publicar sus documentos financieros antes de ser presidente. Los jueces dijeron que sí y Trump tuvo que entregar su declaración de la renta anterior a la presidencia al estado de Nueva York para un caso contra él. Eso es muy personal.
Y luego hay algunos casos contra una medida del presidente. Por ejemplo, Obama hizo nombramientos cuando el Congreso estaba en receso, según él, y, en realidad, estaba sólo en un breve descanso. Las juezas Sotomayor y Kagan, designadas por él, votaron en su contra. A veces es más sobre una política, no tanto sobre el presidente como persona.
La mayoría de los presidentes ponen en la corte a personas que están de acuerdo con ellos ideológicamente, y los politólogos han demostrado que el 80% de las veces los jueces votarán como el presidente quiere que voten. Eso también puede significar después de que el presidente haya dejado el cargo y sin que ni siquiera le afecte. Thomas y Alito fueron designados por presidentes conservadores y siguen votando de manera conservadora.
La mayoría de los presidentes ponen en el Supremo a personas que están de acuerdo con ellos ideológicamente y los politólogos han demostrado que el 80% de las veces los jueces votarán como el presidente quiere que voten
Pero, ¿el Supremo se está volviendo más partidista o polarizado como el resto de Estados Unidos?
El país está dividido casi por igual en dos partes. El electorado está dividido casi por igual entre partidos. El Congreso está dividido casi por igual. Y, curiosamente, como a Trump se le permitió designar a tres miembros de la corte, ahora el Supremo está algo menos dividido. La mayoría conservadora es de seis a tres. Eso surgió de la singularidad de que Mitch McConnell impidiera a Obama hacer su tercer nombramiento, el ahora fiscal general, Merrick Garland, lo cual no tuvo lógica. McConnell fue inconsistente de nuevo al permitir luego que Amy Coney Barrett fuera nombrada al final del mandato de Trump cuando murió Ruth Bader Ginsburg. Por estas dos singularidades de la historia, hay tres personas designadas por Trump. Hay presidentes que no hicieron ni un nombramiento para el Supremo, como Jimmy Carter.
Irónicamente, el Supremo está menos dividido, pero es más partidista de lo que lo ha sido en mucho tiempo. Y, por lo tanto, también está perdiendo la aprobación del pueblo estadounidense. Tiene los índices de aprobación más bajos desde que se empezó a preguntar a principios de los años 70.
¿Eso podría ser una preocupación para los jueces a la hora de decidir casos relacionados con Trump?
Sí. Así tal vez se entiende el argumento de los progresistas para votar a su favor, tal vez crean que es mejor un frente unido en esto. Podría suceder que el presidente del Tribunal Supremo, que cree en la defensa de la legitimidad del tribunal, se ponga del lado de los progresistas. Sabiendo que tiene la mayoría, tal vez no quiera que el voto sea tan uniformemente dividido. También podría intentar llevar a progresistas al lado mayoritario.
Es una cuestión partidista porque permitirá o no que Trump esté en las papeletas. Lo que para mí no es partidista es el lenguaje claro de la enmienda 14.
El Supremo es más partidista de lo que ha sido en mucho tiempo. Y, por lo tanto, también está perdiendo la aprobación del pueblo estadounidense. Tiene los índices de aprobación más bajos desde que se empezó a preguntar a principios de los 70
Si un juez quiere votar a favor o en contra de Trump, puede defender que lo hace de manera imparcial.
Si vota a favor de Trump, puede decir que quiere dejar que la gente decida si será presidente o no. Ese es el punto clave de nuestra democracia: la gente decide... o más bien, el Colegio Electoral. Pero si un juez dice que la enmienda 14 no permite a Trump estar en la papeleta, eso también respeta la democracia: no queremos que lleguen a ser presidentes personas que han actuado para derrocar nuestra democracia. No queremos que lo hagan los miembros del Congreso y tampoco el líder del poder ejecutivo.
¿Y qué pasa con otros casos en el Supremo que podrían afectar a Trump?
Lo siguiente podría ser después de la decisión del Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia sobre la inmunidad de Trump. La jueza Chutkan, del tribunal de distrito, ya dijo que no es inmune en el caso federal sobre el asalto al Capitolio. [El Tribunal de Apelaciones reafirmó este martes que Trump no es inmune a cualquier cargo por un delito cometido siendo presidente y que en este caso puede ser procesado]. Probablemente Trump recurrirá al Tribunal Supremo, que puede decidir aceptar el caso o no. Si lo acepta, el problema para el Departamento de Justicia es que mientras eso sucede se bloquea el juicio, cuyo comienzo la jueza Chutkan había fijado para el 4 de marzo [la jueza decidió el viernes dejar en el aire la fecha]. Si esta apelación llega al Supremo, el juicio se retrasaría dos meses o más. Eso nos coloca en el verano, a menos que no se lleve a cabo ningún juicio si el Supremo decide que Trump es inmune.
¿Eso es poco probable?
Espero que sea poco probable. No sólo porque creo que Trump es culpable de incitar a una insurrección, aunque no se le acuse de eso porque es más difícil de probar y la acusación diga que fue parte de una conspiración para alterar los resultados. Espero que el Tribunal Supremo, si acepta el caso, no considere que el presidente es inmune. Durante el juicio ante el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia, uno de los jueces le preguntó al abogado de Trump si su defensa de la inmunidad total significaba que un presidente puede mandar a un equipo de las fuerzas especiales a asesinar a su rival político y ser inmune al procesamiento penal.
Ay, Dios...
Sí, ay, Dios. El abogado de Trump dio un “sí” matizado, dijo que el presidente sería inmune al procesamiento penal. Esto ya no es sólo autoritarismo, sino dictadura. Y, como alguien que ha dedicado toda su carrera a nuestra república democrática y nuestra Constitución, encuentro esto muy angustioso.
¿Tendrán impacto los casos contra Trump entre los votantes?
No para aquellos que votaron por él dos veces y ya han decidido votar por él una tercera, tal vez porque son conservadores y nunca votarían por Joe Biden, aunque sea un progresista moderado, o porque piensan que todos estos casos se han ejecutado, si no ilegalmente, sí inmoralmente contra Trump. Ahora bien, puede haber efecto en un grupo del electorado de independientes o personas a quienes simplemente no les agradan Trump o Biden, que piensan que ambos son demasiado mayores y no quieren votar por ninguno de los dos. Los casos contra Trump podrían hacer que algunas de esas personas vayan a votar y apoyen a Biden.
¿Podría Trump convertirse en un presidente autoritario o incluso en un dictador? ¿No le detendrían las instituciones?
Pensando en el Watergate, la prensa fue crucial, era como una cuarta rama de gobierno. Y el Congreso hizo su trabajo en contra de Nixon. Lo mismo hizo el Supremo. Pusieron nuestra Constitución por delante de un presidente que empezaba a actuar de manera autoritaria y violaba la Constitución. Y lo cierto es que el 6 de enero de 2021, al final, el Congreso también hizo lo que tenía que hacer. El vicepresidente hizo lo que tenía que hacer.
Pero ahora hay menos personas que se opondrían a Trump y es difícil incluso para aquellos que lo harían en el Supremo, si vieran estallar el autoritarismo en la Casa Blanca de Trump, o en el Congreso. Incluso si los republicanos no tienen mayoría, no hay nada que el Congreso pueda hacer. Cuando lo acusó en los juicios políticos, no pudo condenarlo. Incluso si el Tribunal Supremo o el Congreso se interpusieran en su camino, Trump los ignoraría.
Ahora hay menos personas que se opondrían a Trump y es difícil incluso para aquellos que lo harían en el Supremo o en el Congreso
Nixon dijo en el caso de las cintas de Watergate que si la corte fallaba en su contra, él ignoraría la sentencia. Pero no lo hizo. Entretanto, los líderes de su propio partido fueron a la Casa Blanca y le dijeron que se aprobaría el impeachment en la Cámara, sería condenado en el Senado, sería destituido de su cargo y no recibiría ninguna pensión. Le dijeron que aunque eran de su partido votarían en su contra.
Ya nadie tiene ese coraje en el Partido Republicano. McConnell votó en contra de la condena en el proceso de destitución por el asalto al Capitolio y dijo que el caso debería ir a los tribunales civiles. Dijo que moral y políticamente Trump fue responsable del 6 de enero. Y su esposa dimitió del gabinete. Pero ahora apoyará a Trump.
No tienen el coraje los que saben que esto es malo para nuestro país. Creen en el conservadurismo de Trump, en el tipo de personas que puso en el Tribunal Supremo. Consiguieron deshacerse de la discriminación positiva y de Roe v Wade [la protección nacional del derecho al aborto]. Consiguieron lo que querían a un precio.
Dado que Trump es más extremista ahora que hace cuatro o cinco años, todo es posible sobre el tipo de acción autoritaria que aplicaría si vuelve a ser presidente, incluido violar o suspender la Constitución, e invocar la ley marcial. No creo que hubiera forma de detenerlo en ese momento.
Dado que Trump es más extremista ahora que hace cuatro o cinco años, todo es posible sobre el tipo de acción autoritaria que aplicaría si vuelve a ser presidente... No creo que hubiera forma de detenerlo en ese momento
¿Cooperaría el Ejército con él?
Ciertamente en los rangos inferiores. Entre los que se unieron al asalto al Capitolio había antiguos miembros del Ejército, a través de grupos como los Proud Boys, que son muy próximos al fascismo. En Estados Unidos, hay una larga historia de fascismo, que siempre ha sido contrarrestado. Antes de la Segunda Guerra Mundial, hubo un partido fascista muy activo en este país. También un partido comunista. En general, ha ganado la moderación, pero eso no está sucediendo ahora. Si Biden gana, sí habrá triunfado la moderación.
Estoy muy preocupada. Espero que Trump no gane. Si lo hace, estas son las cosas que podrían pasar.