La batalla que se libra cerca de la ciudad clave de Severodonetsk, en el este de Ucrania, se está intensificando, mientras Moscú asegura que está a punto de apoderarse de la región de Lugansk, bajo fuego constante, y Kiev tilda de “infierno” la situación en el Donbás durante la ofensiva rusa.
El gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai, ha acusado a las fuerzas rusas de atacar con artillería una escuela de Severodonetsk, situada en la región, “donde se escondían más de 200 personas, muchos niños”. Según ha informado en Telegram, tres personas han muerto.
El ataque se produce tras la muerte de 12 personas como resultado de los bombardeos rusos en Severodonetsk, según denunció Gaidai. “Desde por la mañana comenzaron a dispara al azar contra el centro regional con armas pesadas. La mayoría de ellos tenían como objetivo edificios residenciales”, dijo el gobernador regional.
Gaidai ha acusado este viernes a las fuerzas rusas de someter a bombardeos muy intensos la ciudad de Severodonetsk, donde, según sus datos, hasta 15.000 personas permanecen en refugios antiaéreos. El gobernador ha afirmado que el 70% de los edificios de gran altura están destruidos o dañados. “Hay que demoler muchos de ellos y construir otros nuevos”.
Las fuerzas armadas ucranianas informan en su último parte de guerra de que las fuerzas rusas están llevando a cabo una operación ofensiva en la zona de Severodonetsk –así como en Lysychansk–, uno de los principales núcleos urbanos de Lugansk, aún bajo control ucraniano y considerado clave para el control de esta región del Donbás. Según el Ejército ucraniano, los rusos han llevado a cabo operaciones de asalto en dirección a la ciudad pero “no tuvieron éxito, sufrieron pérdidas y se vieron obligados a retirarse”.
Analistas militares occidentales creen que los rusos están intentando cercar Severodonetsk y la vecina Lysychansk al menos desde el sur, posiblemente centrándose en cortar la última carretera que conecta ambas localidades con el resto de Ucrania. El miércoles, la Guardia Nacional de Ucrania publicó un vídeo que, según dicen, muestra la destrucción de un puente que conecta Severodonetsk con Rubizhne, al norte. The Guardian ha verificado de forma independiente la localización, que muestra un puente sobre el río Borova.
Este viernes, el ministro de Defensa de Rusia ha afirmado que lo que denominan la “liberación de la República Popular de Lugansk” –como se autoproclama el territorio separatista prorruso en la región, cuyo control reivindican– está a punto de completarse. “Los grupos de las fuerzas armadas rusas, junto con las milicias populares de Lugansk y de la República Popular de Donetsk siguen ampliando su control sobre los territorios del Donbás. La liberación de la República Popular de Lugansk se acerca a su fin”, ha asegurado Serguéi Shoigu.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, señaló en su discurso nocturno este jueves que las fuerzas rusas están intentando aumentar la presión en el Donbás. “Es un infierno, y no es una exageración”, dijo Zelenski. Mencionó el bombardeo sobre la ciudad de Severodonetsk que mató a 12 personas, el cual calificó de “brutal y absolutamente inútil”. “El bombardeo de otras ciudades, los ataques aéreos y con misiles del Ejército ruso: todo esto no son solo hostilidades durante la guerra”.
En declaraciones a Sky News, la diputada ucraniana Lesia Vasylenko ha dicho también que en el este de Ucrania se están produciendo “graves bombardeos” en estos momentos. “Solo están bombardeando las ciudades de la región de Lugansk por bombardear y por infligir miedo y más dolor y tragedia entre la población en un esfuerzo por hacer que la gente se rinda”.
El gobernador de la región de Lugansk ha asegurado este viernes de que más de 11.000 casas han sido destruidas por el Ejército ruso, de las cuales casi 3.200 eran edificios de gran altura. Y ha hecho hincapié en la destrucción de la localidad de Rubizhne, que antes de la guerra la ciudad tenía más de 60.000 habitantes. “Rubizhne comparte el destino de Mariúpol. La ciudad industrial ha quedado completamente destruida, no quedan edificios intactos, muchos edificios no se pueden restaurar. Los cementerios están en los patios”, ha escrito Gaidai en Telegram, donde ha compartido imágenes de edificios arrasados.
Después de encontrarse con una resistencia inesperadamente feroz y problemas logísticos, el Kremlin abandonó sus operaciones alrededor de Kiev hace más de un mes y se ha concentrado en el Donbás, la región industrial del este de Ucrania, escenario de un conflicto armado desde 2014 y donde se ubican los territorios separatistas prorrusos reconocidos por Vladímir Putin.
En el campo de batalla, hasta ahora las tropas rusas parecen estar consiguiendo avances limitados en el Donbás, marcados por las idas y venidas, kilómetro a kilómetro, según el Pentágono. Un alto cargo de Defensa de EEUU explicó este miércoles a los periodistas que están observando que, en los combates en el Donbás, las operaciones ofensivas rusas “se vuelven más pequeñas en su tamaño y escala” y que sus objetivos “se vuelven más localizados”.
“Se trata de pueblos y aldeas y, a veces, de cruces de caminos que estos tipos están tratando de alcanzar. Así que es una especie de reducción de sus objetivos y sus metas. Y eso también corresponde al tamaño de las unidades que están involucradas en estos objetivos más pequeños”, dijo. El Ejército ucraniano ha informado este viernes de que, en las últimas 24 horas, rechazó 14 ataques rusos en las direcciones de Donetsk y Lugansk.
La invasión rusa de Ucrania ha dejado a su paso un reguero de destrucción, ha obligado a huir a millones de personas y se ha cobrado miles de vidas. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha confirmado que al menos 3.838 civiles han muerto, 256 de ellos menores de edad, desde el inicio de la ofensiva, y un número algo mayor de heridos. Sin embargo, la ONU da por hecho que las cifras reales son más elevadas. En las regiones de Lugansk y Donetsk se ha registrado la muerte de 2.119 personas, 127 de ellas en territorio controlado por los rebeldes prorrusos.