Análisis

Bernardo Arévalo, el académico que lleva a la izquierda al gobierno de Guatemala 75 años después

La Paz, Bolivia —

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En primera vuelta, Ecuador decidió el domingo que el balotaje presidencial se disputará entre la hija política de Rafael Correa, la también economista Luisa González, y el empresario Daniel Noboa, hijo del también empresario millonario Álvaro Noboa, cinco veces candidato presidencial.

En segunda vuelta, Guatemala dio el mismo domingo la presidencia de la República al político y académico Bernardo Arévalo, hijo del ex presidente centrosocialista Juan José Arévalo, que venció a su contrincante, la empresaria derechista Sandra Torres, exesposa y viuda del expresidente Álvaro Colom.

Debut de la izquierda guatemalteca

En ambos casos, en Ecuador y en Guatemala, las cuatro figuras rivales son de familias políticas cuya presencia recubre el entero siglo XXI y, en el caso de Arévalo, se remonta al corazón del siglo XX, y aún más atrás. En los dos casos, son del mundo empresarial privado las candidaturas de la derecha y son académicas las candidaturas de la izquierda.

Pero la novedad está en Guatemala: por primera vez en tres cuartos de siglo habrá en el Palacio Nacional de la Cultura (sede del Ejecutivo) un presidente democrático que no responde a las antiguas derechas tradicionales autoritarias.

De candidatura menospreciada en las encuestas, Bernardo Arévalo se erigió el domingo 20 de agosto en la gran sorpresa nacional e internacional. El también sociólogo y doctor en Filosofía, y candidato del partido Movimiento Semilla ya había ido en contra de todos los pronósticos cuando logró meterse al balotaje para disputarle la presidencia a la favorita de los sondeos, la mujer de negocios y candidata de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres.

Los sondeos también vacilaron, antes de la segunda vuelta presidencial, sobre cual de los dos saldría triunfante. Sin embargo, esta vez, el segundo de la primera vuelta fue el primero de la segunda. Arévalo venció, la izquierda ganó. Es más, computado el 99,8% de las mesas electorales y considerando el total de votos emitidos, un 58,04% daba a Arévalo la victoria sobre Torres con unos 20 puntos porcentuales de diferencia.

Cuando el actual gobernante Alejandro Giammattei -otro empresario derechista más, repudiado como ningún otro al fin de su período- entregue el mando al vencedor del balotaje del domingo, Guatemala tendrá otro presidente, que gobernará el país por cuatro años.  

Guatemala 1944-2023 y 2024-2028

La historia de la familia Arévalo tiene raíces profundas en la historia de Guatemala. Juan José Arévalo, padre de Bernardo, fue el militar, elegido democráticamente para ejercer la Presidencia del país entre 1944 y 1951, como candidato designado por la Junta Militar emergente de la revolución que derrocó al general Jorge Ubico.

Arévalo padre completó su mandato y su gobierno de un socialismo benigno, que evitaba cualquier alineación con el comunismo, en aquellos tiempos de caliente Guerra Fría. Tras el derrocamiento orquestado por la CIA de su sucesor y correligionario, Jacobo Árbenz, en 1958 Juan José Arévalo se vio obligado a permanecer en el exilio en Uruguay, donde nació Bernardo, quien regresaría a Guatemala en la década de 1970 con toda su familia.

Diez años después, Bernardo ingresó en la Cancillería. Su carrera diplomático lo llevó a ser viceministro entre 1994 y 1995, además de embajador en España. Posteriormente, trabajó en organizaciones de distintos continentes y fue asesor en diversos temas en la ONU y en instituciones de políticas públicas y académicas en EEUU.

Cuando pasó de la vida diplomática y académica a la política activa, Arévalo participó en el movimiento social de protesta que en 2015 exigió la renuncia del entonces presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, cuyas causas de corrupción y, sobre todo, aquella corrupción que quedaba a salvo del procesamiento judicial, secuestraban mente y cuerpo de la opinión pública movilizada.

Fue entonces cuando formó, junto a otras figuras intelectuales, el flamante partido, de doctrina socialdemócrata, ecologista y progresista: el Movimiento Semilla.

Con el nuevo partido, Arévalo fue precandidato presidencial en 2019, pero renunció a su candidatura para promover a la exfiscal Thelma Aldana, quien finalmente no pudo participar de las elecciones de ese año. Fue elegido diputado al Congreso, donde su actuación se dirigió principalmente a temas y problemas relacionados con la seguridad, las relaciones exteriores y los derechos humanos.

Ideológicamente, Arévalo se ubica como un candidato de izquierda moderada y ha centrado su mensaje en esta campaña en la necesidad de combatir la corrupción en su país, con la creación de un Sistema Nacional Anticorrupción. Arévalo pretende hacer frente al problema de seguridad en Guatemala con el fortalecimiento de la Policía Nacional Civil y el control de las cárceles.

En la letra, ni uno solo de esas promesas faltaban en la plataforma y las arengas hoy caducas de su contrincante. Tras la victoria del domingo, Arévalo le aseguró a su rival (favorita en el interior rural del país asistido por un denso y personalista sistema clientelar) y a toda la ciudadanía que él trabajará por el respeto de sus derechos y la atención de sus necesidades.

Un elemento clave, sin embargo, faltaba en el plan de Sandra Torres, mientras que es una prioridad en el programa del presidente electo Bernardo Arévalo para 2024-2028: la generación de empleo mediante la inversión en obra pública.