El exprimer ministro británico Tony Blair ha negado que el avance de los insurgentes en Irak se deba a la invasión de ese país en 2003 y ha considerado que es el resultado “predecible” del fracaso de Occidente para intervenir en el conflicto de Siria.
El exlíder del Partido Laborista -en el poder desde 1997 hasta 2007- ha hecho estas declaraciones en un escrito colgado hoy en su página web al tiempo que la comunidad internacional trata de detener la ofensiva yihadista del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) en esa nación y lidiar con sus consecuencias humanitarias.
En este debate, Blair ha tildado hoy de argumentos “estrambóticos” los que consideran que Irak sería hoy un país más estable y pacífico si no hubiera sido ocupado por la coalición liderada por EEUU, ayudado del Reino Unido, en 2003, y que apoyó el Gobierno español de José María Aznar, para derrocar a Sadam Husein (expresidente iraquí).
Según el político laborista, a menos que la comunidad internacional esté dispuesta a enfrentarse a los extremistas “con fuerza” las consecuencias del avante insurgente en Irak serán aún más graves.
Blair, enviado especial del Cuarteto de mediadores para Oriente Medio, alertó de que Irak afronta hoy “un peligro mortal” del que culpó al sectarismo del Gobierno de Nuri al Maliki y la expansión de la guerra civil que desde hace tres años libra Siria.
Según el ex primer ministro laborista, no es “el juicio de decisiones anteriores” la causa de la actual situación en Irak sino que “son las decisiones de ahora las que importan”.
“Las opciones son todas bastante feas, es cierto, pero durante tres años hemos visto cómo Siria descendía al abismo y cómo continúa cayendo y, lentamente, nos está envolviendo y arrastrándonos con ella”, observó.
En opinión de Blair, es necesario “dejar a un lado las diferencias del pasado y actuar ahora para salvar el futuro”.
“Donde los extremistas están luchando, tienen que ser contraatacados con dureza, con fuerza”, dijo Blair, que precisó en este sentido que esto no implica “otra invasión” sino que “hay montones de respuestas”.
Para el exjefe del Gobierno de Londres, el avance insurgente en Irak ha sido planeado y preparado en el marco del conflicto sirio.
“Los elementos moderados y sensatos de la oposición siria deberían recibir el apoyo que necesitan; (Bachar al) Asad debería saber que no puede obtener una victoria; y los grupos extremistas, bien en Siria o en Irak deberían ser blanco, en coordinación y con el acuerdo de los países árabes”, escribió.
“Por muy desagradable que esto parezca, la alternativa es peor”, agregó.
Por su parte, el presidente de EEUU, Barack Obama, se plantea adoptar una serie de opciones militares al tiempo que Irán -aliado de la administración de Al Maliki- ha indicado que está dispuesto a proporcionar asistencia a Irak dentro del marco de las normas internacionales.
El Estado Islámico de Irak y el Levante, que pretende crear un emirato islámico en ese país y en Siria, es una alianza de organizaciones radicales nacida bajo el paraguas de Al Qaeda en territorio iraquí en octubre de 2006, durante la ocupación anglo-estadounidense.