Boris Johnson, contra las cuerdas tras la cascada de dimisiones en su Gobierno, ha insistido en el Parlamento británico en que su intención es seguir siendo primer ministro de Reino Unido. Tanto los partidos de la oposición como algunos diputados conservadores le han exigido la renuncia a raíz de la serie de escándalos que han salpicado su mandato, el último de los cuales ha sido en torno a las acusaciones por comportamiento inapropiado contra el diputado Chris Picher.
“El trabajo de un primer ministro en tiempos difíciles, en circunstancias en las que se le ha dado un mandato colosal, es seguir adelante y eso es lo que voy a hacer”, ha dicho Johnson en una bronca sesión de control en la Cámara de los Comunes. Ha respondido así al diputado conservador Tim Loughton, que ha preguntado si hay alguna circunstancia en la que dimitiría.
Johnson ha sugerido que lo haría si no pudiera aplicar una política que respalda, como el apoyo a Ucrania. Pero ha dicho que el trabajo de un primer ministro es continuar. “Cuando los momentos son duros y el país afronta presiones económicas, con la mayor guerra en Europa en 80 años, es el momento en que uno espera que un Gobierno continúe con su trabajo y no se marche”.
El líder tory ha hecho énfasis en las medidas económicas, defendiendo que su Gobierno está centrado en ayudar a las familias a superar la crisis por el alza de la inflación y celebrando “el mayor recorte de impuestos en una década”. “Vamos a seguir adelante y cumplir nuestro mandato y ganar otras elecciones generales”, ha respondido en otra ocasión.
El primer ministro británico está sumido en una profunda crisis tras la dimisión de cerca de una treintena de cargos, entre ministros, secretarios de Estado y otros miembros del Gobierno.
“¿No es este el primer caso registrado de barcos que se hunden huyendo de la rata?”, ha preguntado durante la sesión el líder de la oposición laborista, Keir Starmer.
Este martes, renunciaron por sorpresa dos piezas claves, Rishi Sunak como titular de Economía y de Sajid Javid como ministro de Sanidad. Javid ha dado este miércoles un duro discurso sobre su renuncia en la Cámara de los Comunes. “Caminar por la cuerda floja entre la lealtad y la integridad se ha vuelto imposible en los últimos meses. Y nunca me arriesgaré a perder mi integridad”.
“He concluido que el problema empieza arriba del todo, y eso no va a cambiar (...) Me temo que solo se puede pulsar la tecla de reinicio un determinado número de veces”, ha dicho el exministro. “Estoy profundamente preocupado por cómo las próximas generaciones verán al Partido Conservador si seguimos con este rumbo”.
Un aluvión de miembros del Ejecutivo, entre ellos secretarios de Estado, se han sumado a Sunak y Javid este miércoles. Según informa la BBC, Michael Gove, ministro británico de Cohesión Territorial, ha dicho al primer ministro que debe irse.
La última polémica
Las dimisiones se han producido en plena controversia por la gestión de las denuncias por el comportamiento de Pincher, que la semana pasada dimitió como encargado de la disciplina de la formación conservadora tras la revelación de que había manoseado sin su consentimiento a dos hombres en un club privado de Londres (el diputado sólo dijo que había “bebido demasiado” y que se había “puesto en ridículo”).
Este escándalo se une a los malos resultados de las dos últimas elecciones locales especiales y a las celebraciones en Downing Street que rompieron las estrictas reglas del confinamiento por la pandemia que estuvieron en vigor en Reino Unido la mayor parte de 2020 y 2021.
En el caso que ha desencadenado ahora la crisis, la polémica ha llegado por las sospechas de que el primer ministro no ha dicho la verdad sobre qué sabía acerca de otras acusaciones por acoso sexual contra Pincher.
Un portavoz del Gobierno reconoció este lunes que el primer ministro estaba al tanto de acusaciones anteriores contra Pincher antes de nombrarlo en febrero responsable de la gestión de la disciplina de su partido. Downing Street había dicho la semana pasada que el primer ministro no sabía nada de acusaciones “específicas” contra Pincher.
La BBC reveló este lunes que Pincher fue investigado por comportamiento sexual inapropiado, con denuncia confirmada, cuando fue secretario de Estado para Europa y América entre 2019 y 2020 y que el primer ministro había sido informado al respecto. Este martes Johnson reconoció que fue “un error” nombrar a Pincher para el cargo y pidió “perdón”. “No hay lugar en este Gobierno para nadie que tengan un comportamiento depredador o abuse de su posición de poder”, dijo Johnson en una entrevista poco antes de los anuncios de dimisión de sus ministros.
En relación a Pincher, Starmer ha reprochado al primer ministro ha tolerado un “comportamiento horrible, inaceptable en cualquier aspecto de vida”.
El 6 de junio, Johnson superó la votación que convocó su propio partido para cuestionar su liderazgo tras los escándalos por la falta de cumplimiento de las reglas del confinamiento por parte de varios miembros del Gobierno, incluidas celebraciones en la sede del Gobierno en 2020 y 2021. Según las normas del partido, no se puede someter a otro voto interno al primer ministro hasta dentro de un año a no ser que se cambien las reglas (que es una posibilidad, especialmente por la llegada a la comisión clave de más diputados críticos con el primer ministro la semana próxima).
Johnson también podría dimitir por voluntad propia. En ese caso, el partido conservador tendría que escoger a su sucesor. En Reino Unido no hay elecciones generales previstas hasta 2024.