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Boris Johnson participó en otra fiesta en pleno confinamiento a la que estaban invitados un centenar de empleados de su oficina

elDiario.es / EFE

10 de enero de 2022 21:56 h

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El primer ministro británico, Boris Johnson, es de nuevo el centro de la polémica: el 20 de mayo de 2020, en pleno confinamiento por la COVID en Reino Unido, participó en otra fiesta en la sede de la jefatura de Gobierno en Downing Street, junto con su mujer, Carrie Johnson, a la que estaban invitados más de un centenar de empleados.

Así lo han confirmado este lunes medios británicos, que indican que cada participante debía “traer su propia botella”, tal y como especificó en un correo electrónico el secretario privado de Johnson, Martin Reynolds. El canal de televisión 'ITV' ha confirmado el lunes la información adelantada este domingo por el periódico 'The Sunday Times' de que Johnson y su pareja participaron en la celebración. Hasta el momento, la oficina del primer ministro no ha negado que este estuviera presente.

“Aprovechar el buen tiempo”

El mensaje enviado por Reynolds a los empleados de Downing Street los instaba a “aprovechar el buen tiempo” mientras se tomaban “unas bebidas con distancia social”. Ese email, obtenido en exclusiva por la televisión, animaba a todos los destinatarios a “unirse a partir de las 18.00 y traer su propia bebida alcohólica”.

Unas 40 personas participaron en la reunión, en la que se comieron aperitivos de picnic y se consumió alcohol, de acuerdo con “ITV News”. En aquel momento, las reglas del confinamiento permitían únicamente reunirse al aire libre con una sola persona no conviviente y respetando una distancia de dos metros.

Investigación interna sobre las presuntas fiestas

El festejo, cuya existencia ya fue sugerida el viernes en su blog personal por el antiguo superasesor de Johnson Dominic Cummings, se suma a las recientes informaciones acerca de celebraciones de carácter lúdico en Downing Street durante los meses de confinamiento y restricciones en 2020.

El pasado 20 de diciembre el diario 'The Guardian' difundió una foto del primer ministro y su mujer departiendo amigablemente y con copas de vino en los jardines de su residencia con colaboradores.

Todavía más ira despertaron las imágenes del equipo de prensa de Johnson bromeando sobre cómo ocultar al público una supuesta fiesta navideña que había tenido lugar en la sede del gobierno el 19 de diciembre de 2020. 

Se prevé que la investigación interna que está dirigiendo una alta funcionaria británica, Sue Gray, sobre la celebración de presuntas fiestas en Downing Street examine las nuevas pruebas que apuntan a la reunión social a la que invitó el propio secretario de Johnson.

La “número dos” de la oposición laborista, Angela Rayner, ha subrayado este lunes en declaraciones a “ITV” que es “vital” que Gray tenga acceso a toda la información necesaria para llevar a cabo su investigación, incluso si ello supone entrevistar al propio primer ministro.

“Es terrible. Mucha gente, al ver ahora las pruebas, no solo pensará que a Boris Johnson le están atrapando sus propias mentiras, sino que verán que es despreciable que cuando les estaban diciendo que siguiesen la reglas, Johnson y su equipo las estaban violando”, dijo Rayner.