Una marea negra de brazos en alto. Cientos de personas que se cuadran y, por tres veces, responden al unísono con el saludo romano y el grito de “presente” para “todos los camaradas caídos”. Ocurrió este domingo en Roma, en el barrio Tuscolano. Como cada 7 de enero en la calle Acca Larentia se dieron cita los grupos de la nebulosa de la extrema derecha romana para conmemorar frente al palacio que fue sede del Movimiento Social Italiano el asesinato en 1978 de dos militantes de la sección juvenil del partido —y de otro que murió horas después en los disturbios con la policía—, en uno de los episodios de los “años de plomo” que sigue generando divisiones y polémicas. Este año lo ha hecho todavía más por la entidad de la manifestación y porque la puesta en escena fascista apareció poco después de la conmemoración institucional en la que participaron, entre otros, el presidente de la Región de Lacio, Francesco Rocca —de Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni— y el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Roma, gobernado por el Partido Democrático, Miguel Gotor.
“Roma, 7 de enero de 2024. Y parece 1924”, escribió en sus redes sociales la líder del Partido Democrático, Elly Schlein, anunciando que este lunes presentará una interpelación parlamentaria al ministro del Interior, Matteo Piantedosi. “Lo que ha ocurrido es inaceptable. Las organizaciones neofascistas tienen que ser disueltas, como dice la Constitución”. En las últimas horas, muchos han recordado la intervención de la policía en el estreno de la temporada del teatro della Scala, el pasado octubre, cuando los agentes identificaron a un hombre que había gritado “Viva la Italia antifascista”. “¿El delito de apología del fascismo ha sido abolido? ¿Era operativa la policía ayer? ¿A cuántos ha parado?”, escribió en X, la antigua Twitter, el diputado de Italia Viva, Davide Faraone. “Es una vergüenza inaceptable en una democracia europea”, comentó el líder de Acción, Carlo Calenda.
En la polémica también ha intervenido el viceprimer ministro y ministro de Exteriores, Antonio Tajani. “Somos una fuerza que ciertamente no es fascista, somos antifascistas”, ha dicho. “Quienes se han comportado así deben ser condenados ciertamente por todos, igual que deben ser condenadas todas las manifestaciones de apoyo a las dictaduras. Hay una ley, está previsto que no se puede hacer apología del fascismo en nuestro país”.
En la conmemoración institucional participó el vicepresidente de la Cámara, Fabio Rampelli, quien fue el mentor de Giorgia Meloni, en la sección juvenil del MSI. En sus redes sociales publicó un cartel conmemorando el asesinato y escribió: “El sistema quería el choque feroz entre muchachos inocentes, necesitaba la violencia para crear pánico y crear consenso sobre el miedo a la guerra civil, a pesar del hedor que emanaba, de la corrupción, de la decadencia moral, de la continua traición a la nación. Un interminable juego de venganzas cruzadas pedía más sangre, pero entonces llegó el juramento: la única razón que remotamente podía dar sentido a la muerte de un muchacho de veinte años era la victoria. Y nos dispusimos desesperada a construirla. Primero nos ignoraron, luego se burlaron de nosotros, nos combatieron. Luego ganamos. Por vosotros y por Italia”.
La polémica llega en días ya turbulentos para la formación que lidera el Gobierno, después de que, en una fiesta de fin de año en la que participaba también el secretario de Estado, Andrea Dalmastro, un hombre resultó herido por el disparo salido de la pistola del diputado de Hermanos de Italia, Emanuele Pozzolo, para el que Meloni ha pedido la suspensión del partido.