“Graves consecuencias”. Es lo que habrá, avisa la Comisión Europea, si el primer ministro británico, Boris Johnson, mantiene el órdago sobre la renegociación de los acuerdos del Brexit firmados por él mismo hace exactamente dos años. Y si lo lleva hasta el límite de suspender unilateralmente el protocolo de Irlanda del Norte, activando el artículo 16, si la Unión Europea no accede a eliminar el papel del Tribunal de Justicia de la UE en un territorio que forma parte del mercado único de la UE: Irlanda del Norte.
Fuentes del Gobierno británico, por su parte, han afirmado que su negociador, David Frost, subrayó tras su reunión con el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic este viernes en Bruselas, “que el progreso había sido limitado, y que las distancias entre las partes aún podrían salvarse con más negociaciones”.
El próximo 12 de noviembre viajará Sefcovic a Londres para verse otra vez con Frost, quien antes de entrar en el edificio Berlaymont de Bruselas para la reunión de este viernes volvió a amenazar con activar el artículo 16 del protocolo de Irlanda de Norte.
Según el portavoz de Downing Street, Frost afirmó “que las propuestas de la UE no abordaban de manera eficaz las dificultades fundamentales en la forma en que funciona el protocolo de Irlanda del Norte, y que estas lagunas aún podrían subsanarse mediante más negociaciones”.
Sefcovic, por su parte, leyó una declaración al final de la reunión en la que dijo: “La Comisión Europea ha estado colaborando intensamente con el Reino Unido para encontrar puntos en común y brindar estabilidad y previsibilidad para las personas y las empresas en Irlanda del Norte. No hemos escatimado esfuerzos. Nuestras propuestas darían lugar a una reducción de hasta el 80% de los controles en las aduanas. Pero hasta hoy no hemos visto ningún movimiento del lado del Reino Unido”.
El negociador comunitario ha calificado de “decepcionante” la actitud del Gobierno de Boris Johnson: “Insto una vez más al gobierno del Reino Unido a que se relacione con nosotros con sinceridad. La próxima semana es importante. Debemos concentrar todos los esfuerzos en llegar a una solución lo antes posible”.
Y avisa: “Escuchamos mucho hablar sobre el artículo 16. Que no quepa duda de que activar el artículo 16 para buscar la renegociación del protocolo tendría graves consecuencias para Irlanda del Norte, ya que generaría inestabilidad e imprevisibilidad y también para las relaciones UE-Reino Unido en general, y significaría un rechazo a los esfuerzos de la UE para encontrar una solución consensuada a la implementación del protocolo”.
Tensión con Francia
Frost y Sefcovic también han abordado la guerra de la pesca desatada entre París y Londres por las licencias que no están dando los británicos a pesqueros franceses.
“El acuerdo comercial y de cooperación es claro”, ha dicho Sefcovic: “Se debe permitir que continúen los barcos que estaban pescando en las aguas territoriales del Reino Unido y las dependencias de la corona británica [Jersey]. Todos los buques franceses tienen derecho a una licencia”.
Fuentes británicas, por su parte, informaron de que “Frost reiteró que el Reino Unido ha otorgado licencias al 98% de los buques de la UE que buscan pescar en aguas del Reino Unido, lo que representa casi 1.700 buques, en línea con sus obligaciones en virtud del Acuerdo de Comercio y Cooperación [el TCA es el acuerdo para el postBrexit, firmado el 24 de diciembre de 2020]. Y reiteró que las embarcaciones deben proporcionar las pruebas necesarias de actividad pesquera histórica requerida por la TCA para recibir una licencia [que faenaran en 2016, fecha del referéndum del Brexit]”.
Este jueves se reunieron en París los responsables de Asuntos Europeos de Francia, Clément Beaune, y de Reino Unido, David Frost.
Desde la semana pasada, el Gobierno francés había preparado una serie de medidas de presión que inicialmente debían entrar en vigor este martes, empezando por la prohibición a que los pesqueros británicos desembarcaran en puertos franceses y por un endurecimiento de los controles a las importaciones procedentes de Reino Unido.
El presidente francés, Emmanuel Macron, decidió el lunes por la noche paralizar la aplicación de esas represalias para dar tiempo a una negociación entre Beaune y Frost, que volverán a reunirse a comienzos de la semana que viene.
Francia ha reiterado que el objetivo es que los británicos “respeten la palabra que dieron” al firmar el acuerdo del Brexit en diciembre de 2020, que incluye un capítulo sobre la pesca.
En ese capítulo se estipula que podrán seguir faenando en aguas bajo jurisdicción británica pesqueros de la Unión Europea (UE), pero a condición de que obtengan licencias otorgadas por Reino Unido para las que hay que demostrar que ya pescaban en esas zonas anteriormente.
El problema es que Francia considera que Londres no está cumpliendo y que considera que hay unas 200 licencias a las que estima que tienen derecho sus pescadores que no han sido concedidas.
Beaune ha señalado este jueves que no se había sentido suficientemente apoyada por la UE en este pulso, aunque ha reconocido que la situación “ha cambiado en los últimos días”.