El caso de Alain Cocq, el francés que quiere retransmitir su fallecimiento para reivindicar el derecho a una muerte digna

París —
5 de septiembre de 2020 19:19 h

0

Alain Cocq, de 57 años, está apoltronado en su cama, conectado a una máquina y sin apenas poder moverse. Lleva más de 30 años luchando contra una enfermedad rara y degenerativa, pero este viernes decidió dejar de comer, de beber y de tomarse la medicación que lo mantiene en vida: quiere dejarse morir. La decisión llega después de intentar, sin éxito, que las autoridades francesas le proporcionen una ayuda médica –una sedación profunda– para poder tener una muerte rápida y sin dolor.

Alain ya no lucha por su vida, sino por un cambio. Desde su cama, en Dijon, lleva semanas enganchado a su tablet y a su ordenador, difundiendo para sus más de 22.000 seguidores y 5.000 amigos en Facebook su lucha por una muerte digna. Una batalla que Alain pretende dar hasta el final y, por ello, ha decidido retransmitir su muerte en directo a través de Facebook.

“Soy consciente de que los días siguientes van a ser duros, pero he tomado una decisión y estoy en paz” explica en su perfil de Facebook, donde también reivindica que no quiere “morir como un vegetal que se deja marchitar”. Su decisión ha sublevado a sus seguidores y ha acaparado la atención de los medios y la opinión pública, reabriendo el debate sobre el derecho a una muerte digna y la regulación de la eutanasia en Francia. Según el enfermo, su agonía puede durar entre dos y siete días.

Facebook bloquea la retransmisión

Pero Alain no lo va a tener tan fácil. Pocas horas después de empezar la retransmisión, Facebook ha bloqueado el vídeo. “Si bien respetamos su decisión de querer atraer la atención sobre esta cuestión compleja, basándonos en el asesoramiento de expertos hemos tomado medidas para evitar la transmisión en directo en la cuenta de Alain, ya que nuestras reglas no nos permiten representar tentativas de suicidio”, ha explicado un protavoz de Facebook a la agencia AFP.

Las condiciones de uso de Facebook permiten la transmisión de “fotos o vídeos que representan una persona que haya sufrido eutanasia o un suicidio asistido en un contexto médico”. Aun así, el caso de Alain es considerado un suicidio, pues el Gobierno francés le deniega el derecho a una asistencia médica para que pueda morir en paz.

La carta de Emmanuel Macron

El ruego de Alain Cocq llegó al máximo nivel. Fue el mismo presidente francés, Emmanuel Macron, quien el pasado jueves tomó cartas en el asunto y respondió personalmente a la petición de Alain, hecho que evidencia la delicadeza del caso. En una carta, admiró su lucha contra la enfermedad pero justificó su posición explicando que no podría acceder a su demanda porque su caso “no está por encima de la ley”.

La eutanasia es ilegal en Francia, pero hay una norma –la ley Claeys-Léonetti– que desde 2016 permite la sedación profunda y continuada hasta morir en el caso de pacientes cuyo pronóstico vital sea “de corto plazo”, es decir, solo para enfermos terminales. No es la situación de Alain, quien pretende que su historia promueva un cambio en la legislación. En las redes, algunos de los seguidores de Alain ya hablan de “la ley Cocq”.

El derecho a una muerte digna

Está por ver hasta qué punto Alain Cocq logra cambiar las cosas. De hecho, su caso no es el primero: mientras los franceses siguen con atención la agonía de este enfermo de Dijon, la prensa francesa vuelve a recordar casos de enfermos que también acarrearon polémica. El más reciente es Vincent Lambert, quien murió el año pasado después de más de diez años en estado vegetal tras un accidente de coche. Tras una larga batalla judicial, su familia consiguió que los médicos apagaran las máquinas que le mantenían en vida. O el caso del tetraplégico, ciego y mudo Vincent Humbert, quien en 2003 pidió al entonces presidente Jacques Chirac su derecho a morir. Los medios también destacan el hecho de que cada vez hay mas franceses que viajan a Bélgica para morir dignamente, puesto que la eutanasia es legal en el país vecino.

Alain Cocq, activista empedernido

Desde que le diagnosticaron la enfermedad a sus 23 años, Alain Cocq no ha dejado de luchar por aquello en lo que cree. Afiliado al Partido Socialista y miembro de múltiples asociaciones para discapacitados, Cocq llegó a defender los derechos de las personas con discapacidad hasta en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y en la ONU.

Ahora, Alain Cocq libra su última batalla por el derecho a una muerte digna y, desde este sábado, también por la libertad de expresión. Después de que Facebook haya bloqueado la retransmisión de su agonizante muerte hasta el 8 de septiembre, Alain ha hecho un llamamiento para que sus seguidores protesten “contra la violación de este derecho fundamental” por parte de la plataforma. Incluso ha publicado la dirección de la sucursal de Facebook en París, para quien quiera continuar su lucha en la calle. La batalla solo acaba de empezar.