La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller de Alemania, Angela Merkel, y los socialdemócratas del SPD, su socio en el Gobierno federal, sufrieron este domingo pronunciadas caídas en las elecciones regionales de Hesse, lo que dificulta aún más la supervivencia de su Ejecutivo.
La CDU, de centroderecha, ha sufrido su mayor derrota desde 1966 en las elecciones de este estado federado, donde los Verdes y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) son los partidos que más votos han ganado. La CDU ha obtenido un 27% de los votos, por lo que pierde 11,3 puntos respecto a los comicios de 2013, según los últimos sondeos de la ZDF, la segunda cadena de televisión pública en Alemania.
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) ha obtenido un 19,8% de los votos, por lo que pierde 10,9 puntos, el peor resultado en Hesse desde 1946 y la confirmación de la pérdida de votos que también se produjo en los comicios de Baviera a principios de mes. Poco después de conocerse esos sondeos, la líder socialdemócrata, Andrea Nahles, admitió que parte de esas pérdidas se deben “a la situación del SPD”, a la vez que añadió que “una considerable responsabilidad en ello” corresponde al trabajo de la gran coalición, lastrada por continuas tensiones internas.
Los Verdes, que han gobernado en coalición con la CDU en la última legislatura en Hesse, han obtenido un 19,7%, una subida de 8,6 puntos. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) logró un 13,2% de los votos, 9,1 puntos más que en 2013, y cumplió así uno de sus objetivos: logra entrar en la última de las dieciséis cámaras regionales que le quedaba por conquistar en Alemania. Los Liberales (FDP) lograron un 7,5% y La Izquierda, un 6,3%, por lo que ganan 2,5 y 1,1 puntos respectivamente.
El resultado provisional en Hesse, donde la participación electoral fue de casi el 68%, muestra una derrota de los dos partidos convencionales, cristianodemócratas y socialdemócratas, que gobiernan en coalición en Berlín. Esta fragmentación del voto va a dificultar la formación de gobierno y abre un abanico de posibilidades de coalición.
Una pérdida “dolorosa”
El primer ministro de Hesse, Volker Bouffier, dijo que se trata de una pérdida de votos “dolorosa”, que toman muy en serio, a la vez que consideró que el resultado en su land ha estado muy influido por el descontento con la gran coalición entre cristianodemócratas y socialdemócratas en Berlín y que es un toque para la CDU. Este partido podría revalidar en Hesse su Gobierno con los Verdes, aunque no contarán con mayoría absoluta como hasta ahora y necesitarán otro socio, que podrían ser por ejemplo los Liberales.
El líder de los Liberales en Hesse, Rock René, se mostró dispuesto a negociar una coalición tripartita y recordó que ya han dicho que quieren asumir responsabilidad. Pero ese tipo de coalición fracasó a nivel federal en septiembre del año pasado. Ahora el presidente del FDP, Christian Lindner, considera que ese tripartito sería posible en Hesse, como lo es en Schleswig-Holstein, al norte de Alemania, desde hace un año.
También sería posible una gran coalición entre cristianodemócratas y socialdemócratas como la que gobierna a nivel federal en Berlín, aunque es la opción menos deseada por los electores, según encuestas. Un tripartito de izquierdas entre socialdemócratas, verdes y La Izquierda no alcanzaría la mayoría, pero otra opción sería una coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.
El líder de los socialdemócratas en Hesse, Thorsten Schäfer-Gümbel, dijo que esta es “una noche amarga” y calificó el resultado de “derrota amarga”, el peor desde 1946. Por su parte, el líder de los Verdes en ese estado, Tarek Al-Wazir, mostró su enorme satisfacción tras conocer la fuerte subida de votos de su partido. Al-Wazir, que ha sido ministro de Economía en el gobierno de coalición con la CDU de Bouffier en Hesse, indicó que este resultado es un “mandato” a los Verdes para acometer el cambio de modelo energético, la reforma agraria y el cambio del modelo de transporte.
La población de Hesse, al igual que ocurrió en Baviera, ha mostrado con su voto el descontento por las disputas internas dentro de la coalición de gobierno de Berlín, por los conflictos personales, los problemas por la política de migración y la integración europea. Muchos ciudadanos tienen la impresión de que los partidos convencionales no solucionan estos problemas, según adelantaron los sondeos de opinión durante las últimas semanas.
Tanto en Hesse como en Baviera -donde tanto la CSU (Unión Socialcristiana, partido hermanado con la CDU de Merkel) como el SPD sufrieron también grandes caídas- se añade además el descontento por otros problemas sociales como por ejemplo el fuerte encarecimiento del precio de la vivienda.