Patricia de la Piedra llevaba desde noviembre intentando conseguir cita para hacerle el pasaporte a sus hijos y renovar el suyo en el Consulado español de Londres. La española, que reside en Reino Unido desde hace más de una década, hizo este martes un viaje de hora y media desde Kent hasta Londres con su marido y los niños para, al final, volverse a casa sin los pasaportes de sus hijos y con una mala experiencia, según ha denunciado a elDiario.es.
La madre se encontraba en la ventanilla haciendo los trámites cuando, al darse la vuelta, vio en la sala de espera a su hija (de dos años y ocho meses) sentada usando el orinal portátil mientras su marido estaba intentado evitar que su otro hijo (de 16 meses) se subiera a la ventana, que estaba abierta. “Llegó el guardia civil a llamarme la atención y se me cayó la cara de vergüenza”, dice Patricia, que se disculpó inmediatamente. El guardia le recriminó no haber avisado para poder abrirle el baño, que estaba cerrado. “Tiene dos años y medio”, dice la madre a elDiario.es, “no te da esa anticipación”, que también asegura que de haberlo visto antes, lo hubiera parado. “Aún así pregunté si podía ir ahora al baño porque ella [la niña] seguía queriendo ir y me dijo que los baños estaban cerrados al público”.
Después de este incidente, el personal de administración le comunicó que no le iba a tramitar los pasaportes a los niños porque “era una falta de respeto que una niña de dos años y medio se muestre en público”, denuncia. “Me disculpé 100 veces”, dice Patricia, que recalcó al personal que tenía todos los documentos listos y, además de haber tardado meses en conseguir la cita, habían hecho un viaje de hora y media para hacer los trámites. Pero dio igual, según denuncia.
La trabajadora que estaba en la ventanilla le comunicó que el jefe, con el que le fue imposible hablar directamente, le había dicho que no podían hacerle el pasaporte por “una falta grave de respeto en una oficina pública”. “La pobre mujer que tuvo que pasar el mensaje se fue con lágrimas en los ojos”, dice la madre. Patricia se negaba a marcharse sin los pasaportes de sus hijos, pero la única respuesta que obtuvo fue la “invitación” del guardia civil para que se fuera.
“Lo que sucedió fue un descuido humano”, explica la madre, “no era una ofensa malintencionada contra nadie. Tiene dos años y medio, ella no puede diferenciar todavía lo que es correcto y lo que no”. La pequeña ha empezado a ir al baño hace apenas cinco semanas. Patricia considera que el castigo es “desproporcionado, sabiendo lo difícil que es conseguir una cita y que estamos en confinamiento”. Además, cree que la persona responsable de la gestión, que no se identificó en ningún momento, tuvo “mala intención”. “Nos echaron del Consulado como perros, nos escoltó el guardia civil a la puerta”, denuncia.
Fuentes diplomáticas señalan a elDiario.es que la familia no pidió acceder al baño, cosa que se les habría permitido a pesar de estar cerrado al público. Dichas fuentes afirman que el consulado está haciendo todo lo posible por facilitar las gestiones a los ciudadanos al tiempo que tiene que respetar las medidas de seguridad contra la COVID-19.
El consulado lo califica de “falta de respeto”
La respuesta a la queja que presentó Patricia llegó unas horas más tarde en forma de email: “La utilización de un orinal en un espacio público ha sido considerada como una falta de respeto, más aún teniendo en cuenta la situación sanitaria actual”. Y con respecto a la petición de la madre de una nueva cita le contestaron que “deberá consultar habitualmente la página para poder solicitar su cita en el momento en que haya disponibilidad”. Asimismo, avisan de que “la gran demanda de citas ocasiona que se agotan rápidamente y que sea difícil obtenerla”. “El modo en el que lo ponen en la respuesta es como si hubiera usado yo el orinal”, dice Patricia.
“Están desbordados”
Patricia asegura que no es la primera vez que tiene malas experiencias en el Consulado español de Londres. Hace tres años, cuando estaba embarazada, le negaron el acceso al baño porque era el del personal y el otro estaba fuera del servicio. Tuvo que ir a un restaurante cercano.
“Están desbordados, no tienen gente suficiente para todos los trámites”, comenta Patricia, “y entiendo que estén estresados, pero no hay derecho a que tengas que ir al consulado con miedo de a ver que te van a liar esta vez”. La madre asegura que, por experiencia propia, el martes iba preparada “como si fuera a un examen”, con todos los papeles listos desde tres días antes.
Este martes el Consulado anunció el nuevo plan de priorización de expedición de pasaportes, lo que ella considera que dificultará más el proceso para conseguir una cita. Ahora tienen que ser concedidas por el propio Consulado, que organizará a los solicitantes por grupos basados en “criterios objetivos”.