La consulta de López Obrador para investigar a los últimos expresidentes de México fracasa por la baja participación
La inédita consulta popular impulsada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre enjuiciar a sus cinco predecesores no logró los votos requeridos para ser considerada válida.
Con una participación de solo el 7%, lejos del 40% necesario, solo fueron a votar 6,5 de los 93 millones de convocados, cuando se requería una participación de 37 millones.
Como era esperar, el 'Sí' arrasó con un rango de entre el 89,4 y el 96,3 % de los votos, muy por encima del 'No', entre 1,4 y 1,6 %, y de los sufragios nulos, entre 2,2 y 9,2 %, según las proyecciones del Instituto Nacional Electoral (INE), que el lunes dará a conocer los resultados definitivos.
Solo los más convencidos por el 'sí' fueron a votar, como Jaime, un ingeniero químico de 56 años que lo consideró un ejercicio “muy importante”.
La consulta popular, la primera a nivel federal de la historia de México y con consecuencias muy inciertas, había sido interpretada como una exhibición de fuerza del oficialismo de cara al plebiscito del próximo año sobre revocar el mandato de López Obrador.
Pero la jornada se caracterizó por la llegada a cuentagotas de votantes a los puntos de votación, lejos de las largas filas que se registraron en las elecciones intermedias de hace apenas dos meses.
La confusión en torno a la pregunta del plebiscito, sus consecuencias y la postura del presidente, quien a pesar de convocarlo no fue a votar, impactó sobre el escaso nivel de participación.
En un inicio, la consulta convocada por López Obrador proponía enjuiciar a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) por corrupción, fraudes electorales y la guerra contra el narcotráfico, entre otros males.
Pero la Corte Suprema modificó la pregunta para preservar la presunción de inocencia y dejó un enunciado muy abierto que planteaba a los mexicanos si quieren “emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados”.
El enunciado dividió a los mexicanos entre los que creían que la consulta podía acabar con la histórica impunidad en el país y los que consideraban absurdo votar para que se aplique la ley.
Mientras el Ejército Zapatista había apoyado la consulta para resarcir a víctimas de masacres, la organización Human Rights Watch la había tachado de “circo político”.
Durante los días previos a la consulta había arreciado el enésimo choque entre el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el Instituto Electoral, que López Obrador plantea suprimir, y este domingo se recrudeció.
El líder de Morena, Mario Delgado, culpó al INE de no haber hecho suficiente difusión y de haber puesto solo un tercio de las mesas electorales que hubo en los últimos comicios. “Le tienen un profundo desprecio a la voluntad popular”, dijo Delgado, quien consideró que “es urgente que cambiemos a esta autoridad”.
En respuesta, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, denunció “las mentiras que buscan desinformar” desde el entorno de Morena y recordó que no se pusieron más mesas porque el Congreso, con mayoría morenista, rechazó aumentar el presupuesto para la consulta.
El único expresidente que se pronunció en redes fue Vicente Fox, quien ironizó: “Día histórico. La más baja votación de todos los tiempos!”
¿Y ahora qué?
La pregunta del millón es ¿qué pasará ahora?. Morena, que a pesar de todo consideró un “éxito” la consulta, prometió que si ganaba el 'sí', con independencia de la participación, impulsaría una Comisión de la Verdad para investigar a las Administraciones pasadas.
Pero lo cierto es que López Obrador nunca detalló cuáles serían las consecuencias de la consulta.
A pesar de haber convocado y llamado a la participación en el plebiscito, el presidente no votó porque, como había dicho en anteriores ocasiones, su fuerte “no es la venganza”.
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