La Convención Constitucional de Chile elige una nueva Mesa liderada por jóvenes, independientes y activistas

Meritxell Freixas

Santiago de Chile —
6 de enero de 2022 10:26 h

0

Hasta 10 votaciones y más de 22 horas de debate han sido necesarias para que la Convención Constitucional eligiera este miércoles una nueva Mesa directiva, tal y como establece el reglamento. La convencional María Elisa Quinteros, integrante del bloque Movimientos Sociales, alcanzó los 78 votos de la mayoría absoluta en la novena votación, que se produjo este miércoles tras la jornada maratoniana y estéril del día anterior. “Yo vengo de las plazas de Talca, de las marchas, donde nos juntábamos y nos articulábamos personas comunes para seguir construyendo este sueño de nueva sociedad”, dijo Quinteros, de 39 años, una vez electa. “Estos son tiempos de cambio, de diálogo, de encuentro. Los invito a ser parte de esto, de la deliberación, de los acuerdos, a co-construir en conjunto los 2/3 que necesitamos para dar a los pueblos de Chile lo que tanto nos han solicitado”, añadió. 

Su dupla en la vicepresidencia, Gaspar Domínguez, del colectivo Independientes No Neutrales y de 33 años, resultó electo en primera votación por 112 votos. Ambos enfrentan el desafío de conducir la segunda y última etapa del proceso constituyente, hasta la convocatoria del plebiscito de salida, previsto para el segundo semestre de 2022. 

Dos protagonistas caídas

“Esto se viene largo”, vaticinaba este martes uno de los guardias de seguridad del Salón de Honor del antiguo Congreso tras finalizar la segunda votación sin que ningún nombre sumara los 78 apoyos. La votación, que se hace con una papeleta escrita a mano que se deposita en una copa, se desarrolla a través del sistema papal, que obliga a votar las veces que sea necesario hasta que algún candidato obtenga la cifra requerida. Las negociaciones iniciadas hace unos días (y aceleradas este lunes) terminaron sin un nombre de consenso y, al empezar la sesión, tres convencionales se disputaban el primer cargo: Cristina Dorador, microbióloga perteneciente al grupo Movimientos Sociales; Ramona Reyes, candidata del Colectivo Socialista (y apoyada por la coalición de izquierda Frente Amplio); y el representante del pueblo diaguita Eric Chingo. Aunque a lo largo de las ocho votaciones numerosos candidatos salieron al ruedo, Reyes y Dorador fueron las protagonistas de la primera jornada.  

Hasta la segunda votación, la socialista se perfilaba como favorita. Convencionales del Frente Amplio habían llegado a un acuerdo para promoverla a cambio de instalar a su candidata, Beatriz Sánchez, en la vicepresidencia. Sin embargo, durante la mañana, estallaron en redes sociales las denuncias sobre varias irregularidades de la época en la que la candidata fue alcaldesa del municipio sureño de Paillaco (2008-2021). Su nombre se transformó en tendencia y las críticas, incluso de los propios militantes de los sectores que la sostenían, la obligaron a deponer su candidatura. 

Fue entonces que la postulación de Cristina Dorador tomó fuerza y sumó los apoyos del Frente Amplio, el Partido Comunista y diversos movimientos sociales. En la sexta votación se quedó solo a seis votos de la mayoría, pero a medida que avanzaban las vueltas, su opción se desinflaba un poco más. Pasadas las 2.00 horas de la madrugada y después de la octava ronda, retiró su candidatura: “Espero que mi paso al costado sea útil para destrabar este asunto (...) Mi nombre no produjo consenso”. 

Tras este episodio y entre críticas de algunos de los convencionales, la sesión se suspendió hasta este miércoles por la tarde. “Pareciera que estamos cada cual preocupados de nosotros mismos o del colectivo al que pertenecemos, y no de respondernos las preguntas dónde estamos y para qué estamos”, lamentó el académico y Premio Nacional de Humanidades 2009, Agustín Squella, quien también consideró que la Convención “dio una mala imagen”.

Independientes versus partidos

El acuerdo entre los bloques de convencionales independientes y el Partido Comunista permitió, a la novena oportunidad, entregar la presidencia a María Elisa Quinteros. El resto de partidos insistieron en levantar sus propias cartas, en una especie de pulso entre independientes y partidos que se alargó durante las dos jornadas de votación. Solo con la elección de Gaspar Domínguez se alinearon unos y otros (excepto las fuerzas de derecha) en una holgada votación que superó con creces todas las expectativas.

“La votación de este miércoles ha significado un reagrupamiento y un triunfo de los sectores independientes en desmedro de los partidos políticos”, dice el analista político Ernesto Águila. Para el politólogo del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile Jaime Baeza, ambos bloques protagonizan “​​la pugna grande de la Convención”, pero eso no significa que los partidos desaparezcan, sino que cambian: “No son los mismos de la transición, cambian quiénes son y cómo miran la política”, añade. 

Tanto María Elisa Quinteros como Gaspar Domínguez pertenecen a dos grupos de convencionales independientes –Movimientos Sociales Constituyentes e Independientes No Neutrales, respectivamente–. Además, tienen menos de 40 años, se vinculan con el activismo social, son de regiones (y no de la capital), eran figuras de más bajo perfil (y desconocidas hasta ahora) y trabajan en el área de la salud. Quinteros es odontóloga y ejerce como investigadora y académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Talca. Forma parte de organizaciones ambientales de la Región del Maule, al sur de Chile. En la Convención integra la comisión temática de Derechos Fundamentales. Domínguez es médico rural y vive en la zona de la Patagonia chilena. Es miembro de la “disidencia sexual”, como él mismo ha recalcado en su primer discurso, y desde el área de la salud ha impulsado varios proyectos comunitarios en zonas aisladas de su región. 

Impacto en el futuro gobierno

Mientras la primera mesa, liderada por la académica mapuche Elisa Loncon y el abogado del Frente Amplio Jaime Bassa, se enfocó en la puesta en marcha de la Asamblea (instalarla, redactar el reglamento de funcionamiento, crear las comisiones temáticas, etc.), esta segunda tendrá un rol más político. Por lo mismo, también será más sensible a los debates y agenda de los poderes constituidos –Ejecutivo y Legislativo–. “Se requerirá mucha capacidad de diálogo y acuerdo. La mayoría que existe es muy heterogénea y la redacción de ciertos temas será objeto de acuerdos complejos”, dice Águila.

En las nueve votaciones para la presidencia quedó en evidencia, una vez más, que la coalición de gobierno Apruebo Dignidad –formada por el Frente Amplio y el Partido Comunista– no existe dentro de la Convención. Ahí cada uno corre por su carril, y ha sido así prácticamente desde el inicio. Está por ver cómo estas dinámicas afectarán al futuro gobierno de Gabriel Boric. “La coalición que apoya al Gobierno de Boric no logró actuar unida en esta elección y, en general, en lo que va de la Convención, lo cual genera preocupación en el futuro gobierno, bastante demandado de dar señales de gobernabilidad”, dice Águila. Sin embargo, destaca que tanto en el próximo gobierno como en la nueva Mesa constitucional “se observan sensibilidades comunes y, sobre todo, la irrupción de una nueva generación política que deja atrás la de la transición”. Para Baeza, “la realidad de la Convención no necesariamente se trasladará a la del nuevo Gobierno”, por lo que considera que “no habrá un gran ruido frente al tema”.

Poco tiempo después de conocerse el resultado de la votación de la Mesa, Boric envió sus felicitaciones a la elegida: “No me cabe ninguna duda que va a ser una gran presidenta y que sepa, respetando por cierto la autonomía que le corresponde a la Convención Constitucional, que va a contar con todo el apoyo entusiasta del Ejecutivo para que el proceso llegue a puerto [...] Independientemente de las vicisitudes que tuvo el proceso, bienvenido sea el resultado”.