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La crisis con Rusia entra en un “momento crucial”

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
17 de febrero de 2022 22:40 h

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¿Hay desescalada o hay escalada? ¿La invasión es cuestión “de días” o no se producirá nunca? ¿Esta tensión es una “nueva normalidad” o es la víspera de una vuelta a la Guerra Fría y a la política de bloques? ¿El agravamiento del conflicto en el Donbás es un pretexto ruso o también Kiev está detrás de la ruptura del alto el fuego? A menudo se parafrasea al senador estadounidense Hiram Johnson, quien en 1917 afirmó que “la primera víctima de una guerra es la verdad”. Aún no ha comenzado la guerra, pero la batalla de la información hace tiempo que comenzó.

Lo que sí parece cierto es que, haya o no movimientos de tropas rusas en la frontera con Ucrania, es cierto que Moscú se anexionó Crimea en 2014 y está implicado en el conflicto bélico en el Donbás, al tiempo que parece cierto que no se han desmovilizado todas. A veces se habla de 100.000, y hasta de 150.000. Seguramente solo el Kremlin sepa cuántas tropas tiene allí, pero lo que no ha negado es que estén. Afirma que son maniobras, que llevan meses produciéndose y que no se preparan para invadir Ucrania. Ese jueves, en su respuesta por escrito a la misiva estadounidense, lo ha repetido el Kremlin. Al tiempo que ha insistido en que “tendrá que responder de forma técnico-militar” si no se atiende a sus preocupaciones de seguridad. Es decir, que la OTAN no siga su expansión al Este que comenzó en 1997 –Ucrania y Georgia– y que no haya misiles en los países de la OTAN que antes pertenecieron al Pacto de Varsovia.

Tanto la OTAN como EEUU y la UE han rechazado estas reclamaciones, y han reivindicado la política de “puertas abiertas” de la Alianza Atlántica y el derecho de “cada país a elegir sus aliados y sus políticas de seguridad”. Por si quedaban dudas, este jueves han acudido a la OTAN, durante la reunión de ministros de Defensa de la Alianza, los representantes de Ucrania y Georgia.

Si bien el viernes pasado los servicios secretos británicos y estadounidenses fijaron el miércoles 16 de febrero para una invasión que no se produjo, este jueves el presidente de EEUU, Joe Biden, ha insistido en la hipótesis de la inminencia de un ataque que desmiente el Kremlin y ha dicho que su “intuición es que sucederá en los próximos días”. Y, según la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, “la evidencia sobre el terreno es que Rusia se está moviendo hacia una invasión inminente. Este es un momento crucial”.

El secretario de Defensa, Anthony Blinken, por su parte, dijo que Rusia inventaría un pretexto, posiblemente un “acontecimiento violento” o una “acusación escandalosa”, para, a continuación, “en respuesta a esta provocación fabricada, la cúpula rusa pueda convocar teatralmente reuniones de emergencia para abordar la llamada crisis y declarar que Rusia debe responder para defender a los ciudadanos o a los rusos en Ucrania”.

Según Blinken, “misiles y bombas rusas caerán sobre Ucrania. Las comunicaciones se bloquearán. Los ataques cibernéticos cerrarán instituciones clave de Ucrania. Después de eso, los carros de combate y los soldados rusos avanzarán hacia objetivos clave que se han trazado en planes detallados. Creemos que estos objetivos incluyen la capital de Ucrania, Kiev”.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha anunciado algo similar, pero con menos riqueza de detalles: “Estamos preocupados por que Rusia esté intentando escenificar un pretexto para un ataque armado contra Ucrania. No sabemos lo que pasará, pero lo que sabemos es que Rusia ha acumulado la mayor fuerza que hemos visto en Europa en décadas en y alrededor de Ucrania, y también sabemos que hay muchos espías rusos operando en Ucrania, están presentes en el Donbás. Hay intentos de escenificar un pretexto, operaciones de bandera falsa, para que proporcionen una excusa para invadir Ucrania. No puedo entrar en los detalles de los diferentes informes, pero esa es la razón por la que estamos monitorizando tan de cerca lo que está pasando y por la que los aliados de la OTAN han expuesto las acciones rusas, los planes rusos y los esfuerzos rusos cuando se trata de desinformación. Porque creemos que eso hace más difícil para ellos actuar e invadir Ucrania”.

Mientras EEUU sigue con la idea del ataque inminente al tiempo que ha introducido el elemento del “pretexto”, empleado también por la OTAN, la UE afirma que se encuentra lista para aplicar duras sanciones si se produce ese ataque. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha afirmado que Rusia “ha iniciado campañas de desinformación y bombardeos [en el este de Ucrania, en el Donbás]. Todavía creemos en el proceso diplomático y concentraremos todos nuestros esfuerzos en la actividad diplomática. Pero, por otro lado, hemos preparado un paquete completo de sanciones muy duro”.

Por su parte, Rusia ya ha respondido a la carta de EEUU, que a su vez era respuesta a la enviada por Moscú a finales del pasado año en la que expresaba preocupaciones sobre la seguridad en Europa que, básicamente, se ceñían a la exigencia de que la OTAN no siguiera creciendo por el Este, en concreto Ucrania y Georgia, y, además, que no hubiera misiles en países de la OTAN que antes fueron del Pacto de Varsovia.

En esa carta, afirma el Kremlin: “EEUU no ha dado una respuesta constructiva a los elementos básicos sobre garantías de seguridad. Se han ignorado las propuestas rusas. La creciente actividad militar de Estados Unidos y la OTAN directamente en las fronteras rusas es alarmante”.

Y añade Rusia: “En ausencia de disposición por parte estadounidense de pactar garantías firmes y legalmente vinculantes para garantizar nuestra seguridad por parte de EEUU y sus aliados, Rusia se verá obligada a responder, incluso mediante la implementación de medidas técnico-militares”.

Pero ¿qué respuesta puede ser? De acuerdo con las fuentes diplomáticas, uno de los escenarios consiste en pensar que el Gobierno ruso podría distribuir armas y apoyo logístico en el conflicto del Donbás. O, incluso, una anexión completa del Donbás.

Otro escenario que se maneja en Bruselas es una ocupación rusa hacia el oeste de la costa de Ucrania con el mar Negro, hacia Odessa. O, incluso, que se produjera una ocupación entre Mariupol y Odessa, que sería dejar a Ucrania sin salida al mar Negro, que es lo que también temen los ucranianos a tenor de dónde están desplegando las tropas.

El escenario de mayor implicación militar, una ocupación completa, parece lo más improbable.

“Es evidente que una invasión a gran escala sería muy costosa”, dice el alto representante de la UE para la Cooperación y la Seguridad, Josep Borrell: “Estamos comprometidos con encontrar una solución pacífica. Aun así nos estamos preparando para los peores escenarios”.

En este sentido, el escenario más probable para la UE son ataques cibernéticos, que tienen el inconveniente añadido de que son difíciles de atribuir y rastrear.

Y a partir de ahí se podrían desatar las sanciones que tienen preparadas EEUU y la UE.