Fue a las 4.30 de la mañana cuando Paddy comenzó a temer que no amanecería en un nuevo país. A esas horas las cuatro primeras circunscripciones habían anunciado sus resultados… todo noes. Paddy ha pasado la noche en casa de unos amigos pegado a la BBC esperando que el sí se imponga. “A esas horas he comenzado a digerir la derrota y a pensar cómo vamos a construir sobre esto”, nos comenta en la Plaza del Parlamento.
Alrededor de las 5.30, el no era un hecho. Todos los medios nacionales lo anunciaban media hora más tarde a falta de unas pocas circunscripciones por recontar.
La reunión de unos 600 votantes del sí que han bebido y cantado frente al Parlamento esta madrugada se ha empezado a disolver eso de las 6.00.
De vuelta a casa, sobre las 6.30, cabizbajo y vestido con el kilt, la falda escocesa, David Chris nos comenta orgulloso: “Better an x in a box than a body in a box”, en referencia a la ausencia de violencia que ha reinado todo el proceso (“Mejor una x en una casilla que un cuerpo en una caja”).
“Yo estoy satisfecho porque mi pueblo ha hablado y eso era lo que quería. Quizá yo no vea mi país convertirse en un Estado independiente, pero este es un paso decisivo. Ahora todos los escoceses estamos muy implicados y más atentos que antes a lo que hace Westminster (el distrito de Londres donde están el Gobierno y el Parlamento). Si los gobiernos del Reino Unido no se aplican en hacer de Escocia un lugar donde sus habitantes se sienten reconocidos, el siguiente saldrá que sí”.
“El derecho a decidir”
A las 7.48, y con los últimos resultados a falta de salir, David Cameron salió a celebrar la decisión de permanecer unidos. “Soy un ferviente creyente en el Reino Unido y quería más que nada que nuestro Reino Unido permaneciera junto, pero también soy un demócrata y es bueno que hayamos respetado la mayoría del SNP (el partido nacionalista) en Escocia y diéramos a los escoceses el derecho a decidir”.
La funcionaria del Gobierno escocés Mary Pitcaithly confirmó las tempranas intuiciones de Paddy. A las 8.46 Pitcaithly dio los números exactos de un resultado que a esas horas todos los medios daban por hecho. El Reino permanecerá unido porque 2.001.926 votantes así lo han querido. Eso supone el 55,3% del electorado, frente al 44,7% que ha votado sí, exactamente 1.617.989 papeletas con una x marcada en la casilla del Yes. La participación ha sido del 84,5%, lo que refleja un enorme interés sobre el futuro, pero no el 90% que preveían varios sondeos.
Los votantes del no, fieles a su estilo de esta campaña, no han salido a celebrar a las calles de Edimburgo y han mantenido la relativa discreción con la que han llegado a la victoria.
Jordan Scott era uno de los pocos votantes del no que bajó a Hollyrood a conmemorar el momento. “He estado haciendo campaña los últimos dos años y siento que esta decisión refresca la democracia de Reino Unido al haber votado por permanecer juntos”, comentaba este norirlandés residente en Escocia envuelto en la Union Jack, la bandera británica.
¿Y ahora qué?
Aunque se haya votado por la continuidad el resultado no permite que las cosas permanezcan igual. Según Nick Robinson, el comentarista político de BBC, la cosa está muy lejos de haber terminado.
“El hecho de que 1,6 millones de ciudadanos británicos hayan votado para romper con el Reino Unido y el hecho de que la mayor ciudad de Escocia, Glasgow, haya respaldado la independencia, el hecho de que por un corto periodo de tiempo Westminster creyó que este voto estaba perdido es la razón para ello”, escribe el analista de la cadena pública.