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Cameron amenaza con cortar los subsidios a los parados europeos que emigren a Reino Unido

Si es español y pretende mudarse a Reino Unido a buscar trabajo, incluso si ya está aquí a la caza de un empleo, David Cameron dejó ayer en un mitin algunos mensajes para usted: “Tenemos que dejar claro que tenemos un Servicio Nacional de Salud gratuito, no un servicio internacional de salud gratuito”. Cameron también quiere que sepa que su Gobierno “va a luchar para que el acceso a los servicios públicos a inmigrantes no sea un derecho automático sino algo que se ha de ganar. Hay que acabar con la cultura del algo por nada”.

Algún experto en política británica le podría decir también que el mensaje no era sólo para usted sino también para los votantes de su partido que están comenzando a marchar hacia UKIP, un partido ultraconservador y euroescéptico que está captando votos tories según las últimas encuestas. Fue principalmente un discurso político cuya puesta en marcha podría demorarse un año o incluso hasta después de las elecciones generales de 2015. Sin embargo, marca el inicio de una política de mano dura contra el emigrante que por primera vez incluye medidas pensadas para reducir el número de ciudadanos europeos en el país.

Ya en 2010, durante la campaña que llevó a Cameron al 10 de Downing Street, el líder tory estaba obsesionado con poner límites a la inmigración. Aquel fue uno de los mantras de su campaña y uno de los puntos de más fricción con el Partido Liberal Demócrata con el que hoy gobierna en coalición. Mientras Cameron decía que quería establecer un tope de entradas de emigrantes, su hoy viceprimer ministro, Nick Clegg, respondía que era inútil poner barreras al mar porque la mayoría de los emigrantes procede de la Unión Europea.

Enseñar la puerta

El paro creciente en España, Grecia o Italia no ha hecho más que aumentar esas cifras desde aquel 2010 y David Cameron ha decidido apañárselas para reducir el número de estos emigrantes por otras vías. Ayer anunció que quiere volver a poner sobre el tapete la promesa de su partido de que los tories reducirán la inmigración neta (diferencia de entradas y salidas del país) por debajo de los 100.000 al año con una serie de medidas concretas. “Básicamente vamos a enrollar la alfombra roja y enseñarles la puerta”, dijo en referencia a emigrantes legales e ilegales que “no tengan nada que aportar” a Reino Unido.

Si el acuerdo de libre circulación de trabajadores impide a Cameron limitar el número de trabajadores europeos, nada ajeno a los acuerdos dentro del Parlamento británico le frena para disuadirles con condiciones más duras. Aún no ha establecido una fecha fija pero ayer aseguró que ya están trabajando en la legislación.

Así que si es usted español, del discurso de Cameron le atañen principalmente tres aspectos: entre los requisitos para optar a cualquier tipo de ayuda se exigirá saber inglés. Además, a los emigrantes parados llegados de la Unión Europea se les quitará el subsidio al desempleo después de seis meses si no puede probar que está buscando trabajo muy activamente y que es “muy posible” que lo encuentre pronto. Por último, si pretende optar a la compra de una casa de protección oficial, tendrá que demostrar que ha vivido en ese término municipal durante cinco años.

Inmigración ilegal

Más tajante aún se mostró con los inmigrantes ilegales. “Hoy es demasiado fácil ser inmigrante ilegal en Reino Unido. Es demasiado fácil obtener el carné de conducir, obtener una casa... por eso vamos a legislar para asegurarnos de que los emigrantes ilegales no puedan tener carné de conducir, y cambiaremos las normas de acceso a la vivienda de protección oficial. También perseguiremos a quienes utilizan a trabajadores ilegales para evadir impuestos y pagar salarios bajos, también estamos trabajando con el sector financiero para evitar que los inmigrantes ilegales obtengan tarjetas de crédito y abran cuentas bancarias”, aseguró el primer ministro.

Además ya han comenzado a poner en marcha una nueva forma de identificación, el permiso de residencia biométrico, para los residentes de fuera de la Unión Europea que hará más fácil la identificación de los inmigrantes ilegales, “lo que también permitirá una deportación más rápida”. Esto también facilitará la denegación de la ayuda estatal porque, sin este DNI del inmigrante, será denegado cualquier subsidio.

Cameron también anunció multas más altas a los inmigrantes ilegales, que serán dobladas a 20.000 libras. Los caseros que no sean capaces de detectar que sus inquilinos están viviendo en Reino Unido de manera ilegal también serán sancionados.

El Gobierno británico no fue capaz de proporcionar ningún tipo de cifra en la escala del problema, o el coste de los llamados 'tourists on benefits' (extranjeros que llegan buscando un subsidio). Las cifras del Departamento de Trabajo y Pensiones sugieren que el 17% de los británicos en edad de trabajar piden algún tipo de ayuda.

Esa cifra se reduce al 7% de los inmigrantes.