La abogada y política de tradición izquierdista Dina Boluarte se convirtió este miércoles en la primera presidenta de Perú, al jurar al cargo ante el pleno del Congreso, después de que el Parlamento destituyó a Pedro Castillo, acusado de dar un golpe de Estado. Boluarte, de 60 años y de cuya vida personal no se conocen muchos detalles, fue elegida como primera vicepresidenta de la República en la fórmula presidencial del partido marxista Perú Libre, que el año pasado postuló a Pedro Castillo a la jefatura del Estado del país, y del cual fue expulsada por diferencias políticas con sus dirigentes.
Al convertirse este miércoles en la primera presidenta de la historia de Perú, juró “por Dios, la patria y la Constitución” y dijo que asumía “de acuerdo con la Constitución Política del Perú, desde este momento y hasta el 28 de julio de 2026”, cuando debe cumplir el actual período de Gobierno.
Añadió que entre sus compromisos estará “defender” la soberanía nacional y que “cumplirá y hará cumplir” la Constitución y las leyes de su país. Y relató que viene de “un pueblito” del Perú profundo, que es la última hija de una familia que vivió la precariedad y que de ahí aprendió bajo el afecto de sus padres el trabajo y la lealtad.
Este jueves, la nueva presidenta eludió responder si adelantará las elecciones, una petición elevada por varias voces. “Sé que hay algunas voces que indican (que debe haber un) adelanto de elecciones y eso, democráticamente, es respetable. Creo que la asunción de la Presidencia en esta oportunidad es un poco reorientar lo que hay que hacer con el país”, dijo Boluarte en una breve rueda de prensa antes de entrar al Palacio de Gobierno.
Del mismo modo, la presidenta indicó que, “más adelante, en coordinación con todas las organizaciones”, verá las medidas alternativas para “mejor reorientar los destinos del país”. Además, la nueva jefa de Estado de Perú añadió que todavía no tienen el nombre del próximo presidente del Consejo de Ministros.
Disturbios en Lima
Un pequeño grupo de simpatizantes y detractores del expresidente peruano Pedro Castillo se enfrentaron este miércoles frente al centro donde está detenido en Lima el exmandatario, acusado de haber dado un autogolpe de Estado.
Los cuerpos de la Policía Nacional de Perú (PNP) han tenido que intervenir con gases lacrimógenos y detener a algunos de los manifestantes para poder liberar la céntrica avenida Alfonso Ugarte, según pudo presenciar EFE.
“Incapacidad moral”
La mandataria fue ministra de Desarrollo e Inclusión Social desde el inicio del Gobierno de Castillo, el 28 de julio de 2021, hasta fines de noviembre, cuando el escenario político se agravó con la confirmación de que el Congreso iba a someter al expresidente a una tercera moción de destitución por “permanente incapacidad moral”.
En los últimos días, varios integrantes del Ejecutivo, como los exministros Alejandro Salas y Félix Chero, le recordaron a Boluarte que debía renunciar al cargo como lo habían acordado previamente, en el caso de que Castillo fuera destituido por el Parlamento, pero ella mantuvo silencio.
En su lugar, la vicepresidenta decidió dejar el ministerio cuando Castillo hizo su última modificación en el gabinete, tras la renuncia del jurista Aníbal Torres como primer ministro en noviembre último y el ingreso en ese cargo de la legisladora y abogada Betssy Chávez.
Tras el anuncio del cierre del Congreso, Boluarte rompió su silencio para rechazar la decisión de Castillo de “perpetrar el quiebre del orden constitucional” y añadió que se trató de “un golpe de Estado que agrava la crisis política e institucional que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley”.
De esta manera, la abogada dejó de apoyar públicamente a Castillo y con su nombramiento como jefa de Estado se corrigió de lo que había anunciado el año pasado, cuando declaró que si el entonces presidente era destituido ella se iba con él.
Denuncia archivada
La asunción de Boluarte a la Presidencia de Perú se produjo, además, 48 horas después de que la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales archivó una denuncia presentada contra ella por presuntas irregularidades en su renuncia al Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), una entidad pública en la que trabajaba desde 2007.
También fue presidenta del Club Departamental Apurímac, un cargo para el que realizó trámites de transferencia de funciones que le valieron una investigación del Congreso, que finalmente decidió que no había cometido una infracción constitucional.
Boluarte, nacida precisamente en la región surandina de Apurímac, se postuló a un cargo político por primera vez en los comicios municipales de 2018 y nuevamente intentó una curul en el Congreso en las elecciones extraordinarias de 2020 con Perú Libre, movimiento que la incluyó en la fórmula presidencial de Castillo un año después.
Durante su periodo como vicepresidenta, Boluarte representó a Castillo en varios viajes fuera del país, en los que no fue autorizado a desplazarse por el Parlamento, el último de los cuales fue la cumbre del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC) en Tailandia en noviembre pasado.
Asimismo, defendió el papel de la mujer en los eventos en los que participó como en la última Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que afirmó que “no hay desarrollo sostenible sin el desarrollo de las mujeres” y destacó el compromiso del Perú con el empoderamiento de las mujeres a través de políticas innovadoras, aunque persistan estereotipos y acoso político contra las líderes.
Reconocimiento internacional, salvo Venezuela y México
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, felicitó este miércoles a Boluarte como nueva presidenta. La condena a Pedro Castillo y el apoyo a Boluarte ha llegado también desde Estados Unidos, España y otros países de la zona. Sin embargo, el número dos del chavismo venezolano, Diosdado Cabello, calificó como un “golpe de Estado” la destitución de Pedro Castillo y aseguró que fue un hecho “promovido por Estados Unidos”.
Mientras, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, acusó a las “élites económicas y políticas” de Perú de forzar a Castillo a “tomar decisiones” que derivaron en su destitución. Consideró “lamentable” que por esos “intereses”, desde el comienzo de su “presidencia legítima” se haya “mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”. Sin embargo, pidió que “ojalá se respeten los derechos humanos y haya estabilidad democrática en beneficio del pueblo”.
Por su parte, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha conversado este jueves con Boluarte y ha destacado el “ejemplo de fortaleza democrática” del pueblo peruano y sus instituciones. A través de una publicación en Twitter, Sánchez ha informado sobre la conversación con la nueva mandataria en la que le ha trasladado “el apoyo de España en la defensa de la Constitución y el Estado de Derecho”.