Andrew Tate, detenido este jueves en Rumanía junto a otras tres personas por su presunta participación en una red de tráfico de personas y violación, es un empresario de 36 años y luchador de kickboxing retirado que decidió reconvertirse en 'influencer'. En sus redes sociales se dedicaba a difundir opiniones misóginas y discursos de odios ante millones de seguidores. Sus mensajes le valieron su expulsión de numerosas plataformas, aunque en Twitter consiguió regresar de la mano de Elon Musk cuando compró la compañía.
Su popularidad creció enormemente en este último año. Varias organizaciones habían alertado del potencial que tenía su discurso misógino en la radicalización de otros hombres y la incitación a cometer violencia hacia las mujeres. El 'influencer' considera que sus parejas no deberían hablar con otros hombres o salir por la noche a discotecas, según puso de manifiesto en sus redes sociales: “No quiero que mis chicas hablen con otros tíos, que les gusten otros tíos. Mis chicas no van a clubs sin mí. Están en casa”.
En algunos vídeos, Tate hacía descripciones muy gráficas de situaciones de violencia. En uno de ellos representó lo que haría si su novia le acusase de engañarla: “Le sacaría el machete, 'boom' en su cara y le agarraría por el cuello. Cállate, puta”, dijo, según recoge theGuardian.
También afirmó en Twitter que las víctimas de violencia sexual deberían asumir “alguna responsabilidad”. “Si te pones a ti misma en la situación de ser violada, debes asumir cierta responsabilidad. No digo que esté bien que te violen (...) Si dejo un millón de dólares en la puerta de mi casa, cuando me lo roben la gente dirá: ¿Por qué estaba ahí ese dinero? Es irresponsable”, ejemplificó.
“Si sales por la noche, conoces a un chico, bebéis toda la noche, vas a su apartamento borracha, le besas y entonces él te toca las tetas, no es acoso”, añadió también. “Asume cierta responsabilidad. Este juego de 'cero culpa' es perjudicial para la causa de las mujeres. Protegeos”.
Los coches, los puros y la imagen de la masculinidad
Sus fotografías posando con coches ostentosos, con cigarros o con armas eran habituales. Precisamente su imagen de la hombría y la masculinidad fue una de las protagonistas de su sonado enfrentamiento con Greta Thunberg. Tate pretendía burlarse de la activista presumiendo de su flota de 33 coches de lujo altamente contaminantes, pero le salió al revés y consiguió que la adolescente recibiese tres millones de 'me gusta' con su respuesta.
“Hola, Greta Thunberg. Tengo 33 coches. Mi Bugatti tiene un turbo 16 8.0L. Mis dos Ferrari 812 competizione tienen 6.5L v12s. Es solo el principio. Por favor, dame una dirección de email para que te pueda mandar una lista completa de mi colección de coches y sus enormes emisiones”, escribió él. Ella respondió: “Sí, por favor, ilumíname. Mándame toda la información a energíadepenepequeño@búscateunavida.com”.
La pista de las cajas de pizza
Tate volvió a contestar al mensaje de Thunberg con un vídeo sentado en una habitación y fumando un puro —“Liberando gases de efecto invernadero”, dice él— en el que se podía ver un detalle que, según explica theGuardian citando medios rumanos, dio la pista a las autoridades de que se encontraba en ese país. “Estoy enfadado con Greta. Por favor, tráeme pizza [a una persona fuera de cámara], pero asegúrate de que el cartón no haya sido reciclado”, dice. El logo que aparece en la caja de pizza es de la cadena rumana Jerry's Pizza.
La activista sueca ha reaccionado con ironía al arresto, aludiendo a esa pista que habría sido clave en su detención: “Esto es lo que ocurre cuando no reciclas las cajas de pizza”.
Detenido por una red de tráfico de personas
Tate ha sido detenido en Rumanía junto a su hermano y otras dos personas por su presunta implicación en una red de tráfico de personas que obligaba a las víctimas a grabar material pornográfico. Según los investigadores, las víctimas eran atraídas por los dos “ciudadanos británicos”, que pretendían iniciar una relación amorosa con ellas para después llevarlas a una vivienda de los alrededores de Bucarest en las que eran retenidas por la fuerza y explotadas.
A los cuatro detenidos se les acusa de obligarlas a mantener relaciones sexuales que filmaban en vídeos que retransmitían a cambio de dinero por internet “con el objetivo de obtener importantes beneficios financieros”.
Hasta el momento, las autoridades rumanas han identificado a seis víctimas que fueron explotadas sexualmente por el grupo. Una de ellas, además, habría sido violada en dos ocasiones en marzo de este año por uno de los supuestos integrantes de la banda.
Los cuatro sospechosos han sido detenidos por un plazo de 24 horas que podría ser extendido a 30 días por el juez.