Joe Biden está muy cerca de sentarse en el despacho oval. El candidato demócrata ha dado un breve discurso este viernes en el que ha vuelto a pedir calma y paciencia a los ciudadanos mientras termina un escrutinio que dura ya más de tres días. “Aún no tenemos una declaración final de victoria, pero los números son claros. Vamos a ganar esta carrera”, ha señalado. El equipo de campaña del exvicepresidente había anunciado esta intervención el viernes por la mañana en lo que todos los medios consideraban como un discurso de victoria. Sin embargo, a lo largo del día no se ha declarado ganador en ningún estado de los que faltan por decidir y Biden, aunque lidera el escrutinio, no ha alcanzado aún los 270 compromisarios necesarios para ganar las elecciones.
El exvicepresidente ha celebrado la reconstrucción del “muro azul” –estados tradicionalmente demócratas– con las victorias en Michigan, Wisconsin y posiblemente Pensilvania, donde Hillary Clinton cayó en 2016. “Hay mucha tensión, pero tenemos que permanecer calmados y pacientes mientras contamos todos los votos”, ha afirmado. “La democracia funciona y tu voto será contado. No me importa lo duro la gente intente conseguir lo contrario, no permitiré que ocurra”.
Ante el anuncio del discurso de Biden, el presidente Trump ha publicado un tuit en el que afirmaba que “los procesos legales acaban de empezar” y que el demócrata no debería proclamarse presidente. “Biden no debería declararse injustamente presidente. Yo también podría hacer esa declaración”, ha afirmado. El actual comandante en jefe ha lanzado una ofensiva legal en varios estados para intentar detener el recuento y revertir lo que parece una inevitable victoria de Joe Biden.
“Tenemos grandes desacuerdos y eso está bien, son inevitables y saludables en democracia. El propósito de nuestra política no es avivar las llamas del conflicto, sino solucionar problemas. Puede que seamos oponentes, pero no somos enemigos. Somos estadounidenses”, ha dicho en un discurso de tono presidencial, alejado ya de la oratoria de un candidato.
Biden está acariciando la Casa Blanca. Sus palabras llegan después de una jornada en la que ha conseguido ponerse por delante en el escrutinio en estados clave que aún no están decididos como Pensilvania y Georgia. En estos territorios quedan apenas unas decenas de miles de papeletas por escrutar que corresponden a suburbios urbanos que suelen votar demócrata: Filadelfia y Pittsburgh en Pensilvania y varios condados de Atlanta en Georgia. El exvicepresidente continúa líder en Arizona y Nevada.
El objetivo es llegar a 270 compromisarios y la aritmética está de su lado. Mientras algunos medios como CNN o New York Times aún no pintan de azul el estado de Arizona –con 11 votos electorales–, otros como Fox News y Associated Press –referente en las proyecciones durante las elecciones de EEUU– sí, colocándole con 264 compromisarios, a solo seis de ganar las elecciones.
Las acusaciones de fraude
Trump lleva meses hablando de fraude electoral, dibujando sin pruebas un panorama en el que papeletas con su nombre acaban abandonadas en ríos, en el que los trabajadores del servicio postal venden votos y en el que gente se esconde en habitaciones para firmar papeletas de forma fraudulenta. Sin embargo, su ofensiva ha aumentado a medida que avanza el escrutinio en estados clave y Biden mejora su posición –los demócratas son más partidarios de utilizar el voto por correo y estos votos suelen ser los últimos en contabilizarse–.
“Si cuentas los votos legales, he ganado con facilidad”, llegó a afirmar el jueves en un breve discurso desde la Casa Blanca. “Si cuentas los votos ilegales, pueden intentar robarnos las elecciones”. Trump, que no aceptó preguntas y apareció cabizbajo y con un tono más frío, insistió en la existencia de un fraude electoral para que Biden gane la presidencia. La respuesta de las cadenas de televisión ABC, CBS y MSNBC fue cortar su discurso y recalcar que sus palabras eran falsas.
Además de no reconocer los resultados, el presidente ha lanzado una gran ofensiva legal –que ya comenzó antes de la jornada electoral– en varios estados clave para intentar frenar el escrutinio. Sus demandas se centran principalmente en dos aspectos: el voto por correo y el acceso de 'observadores' a los centros donde se cuentan los votos. En Michigan y Georgia, los jueces ya han rechazado las demandas de los republicanos. En Pensilvania, la campaña del presidente ha presentado dos.
Parte del partido de Trump se está mostrando abiertamente en contra de las mentiras del presidente. El gobernador republicano de Maryland, Larry Hogan, ha respondido a las denuncias sin pruebas del presidente, que han ido acompañadas de varias demandas en distintos estados, afirmando que “las denuncias frívolas para prolongar esto si no hay pruebas son absolutamente lesivas para el país”. El republicano Brad Raffensperger, secretario de estado de Georgia y responsable del escrutinio en este territorio, ha defendido “que no se están contando votos ilegales”, tal y como alega Trump.
¿Cuáles son los posibles escenarios?
Biden está muy cerca de convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos, pero aún no se ha cerrado el recuento en varios estados clave en los que, eso sí, aventaja por varios miles de votos a Trump. Son Georgia, Pensilvania, Nevada y Arizona.
- Pensilvania (20 compromisarios): 99% del voto escrutado. Durante la madrugada (hora española), Biden ha aumentado en 1.747 votos su ventaja respecto a Trump. Ahora, 28.877 votos separan al candidato demócrata del republicano. Esta tendencia a favor de Biden era previsible porque quedaban por contabilizar los votos de zonas tradicionalmente demócratas, como suburbios de Filadelfia y Pittsburgh.
- Georgia (16 compromisarios): 99% del voto escrutado. Biden también ha ampliado este sábado por la mañana (hora española) su ventaja respecto a Trump: está por delante con 7.248 votos más. Es posible que haya recuento por el margen tan pequeño de diferencia entre los candidatos, por lo que la diferencia entre Trump y Biden en este estado no es de las más decisivas por el momento. Aun así, cuanto más amplia sea la ventaja de Biden, más difícil tiene Trump darle la vuelta al resultado.
- Nevada (6 compromisarios): 92% del voto escrutado. El recuento de madrugada (hora española) ha beneficiado ligeramente a Biden, que adelanta a Trump por 22.657 votos. De nuevo, el candidato demócrata es quien más papeletas tiene de ganar en este estado porque quedan por contar votos en zonas urbanas de Las Vegas y Reno.
- Arizona (11 compromisarios): 90% del voto escrutado. Mientras que New York Times o CNN todavía no proclaman un vencedor, Associated Press -estándar del recuento en Estados Unidos- y Fox News dan la victoria a Biden. El candidato demócrata aventaja en 29.861 votos al republicano.
Biden solo necesita Pensilvania o dos de los siguientes estados: Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte (el más improbable de los cuatro porque Trump aventaja a Biden). Por su parte, Trump necesita Pensilvania más tres de esos estados, por lo que lo tiene prácticamente imposible. Teniendo en cuenta que Georgia está pendiente de un futuro recuento de votos, los escenarios más probables (e inminentes) para que Biden sea elegido presidente son dos: que se haga con Pensilvania directamente o que consiga Nevada y se confirme Arizona.