La cadena conservadora Fox News, que ha mantenido hasta ahora una estrecha relación con Donald Trump, interrumpió este lunes una rueda de prensa de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, en la que repitió la negativa del presidente aceptar la derrota en las elecciones y redobló las acusaciones de fraude electoral, de las que no hay pruebas. La portavoz insistió en que los republicanos quieren “que se cuente cada voto legal y que se descarte cada voto ilegal”, lo que llevó a la cadena Fox News a dejar de emitir la rueda de prensa.
Desde el estudio, el presentador Neil Cavuto replicó: “Espera, espera, espera. Creo que tenemos que ser muy claros. Está acusando a la otra parte de abrazar el fraude y la votación ilegal. A menos que tenga más detalles para respaldar eso, no puedo seguir mostrándoles esto”. La decisión de cortar la emisión de la rueda de prensa fue del presentador, no de los altos mandos, según el Washington Post, que cita a personas familiarizadas con el programa.
La decisión ha vuelto a poner el foco sobre Fox News, propiedad del magnate Rupert Murdoch, después una semana en la que ha tomado distancia de Trump tras haberse mantenido afín al presidente durante su mandato.
En gran medida, el canal de noticias ha tratado con prudencia, cuando no ha desmentido, las denuncias de fraude electoral masivo que ha defendido el mandatario sin aportar pruebas. “Pero no hemos visto ese nivel de fraude”, respondió el principal presentador político de la cadena, Bret Baier, al expresidente republicano de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, en una entrevista en directo.
Dos días antes, el editor de política de Fox News, Chris Stirewalt, también se había pronunciado sobre las afirmaciones infundadas de la campaña de Trump. “Demandas”, dijo Stirewalt. “Todavía no hemos visto ninguna prueba de que haya algo mal”.
Aún más contundente fue un reportero de la cadena en una conexión en directo desde Filadelfia, en el estado de Pensilvania (gracias al que Biden selló finalmente su victoria), que en esos momentos acaparaba todas las miradas.
Preguntado sobre las denuncias del equipo de Trump, que alegaba no se permitía a sus observadores ver el recuento en los centros de votación, el periodista respondió: “No es verdad, no es verdad. Simplemente, no es verdad. Los observadores de las elecciones (...) republicanos han estado en esta habitación, en esa habitación, donde se supone que deben estar, junto a los demócratas. Hay un área específica para los observadores demócratas y los republicanos. Así que la afirmación de la campaña de Trump y del presidente sobre eso no es cierta. Es falsa”.
El canal conservador, considerado durante años un aliado del líder republicano, ya había enfurecido a los trumpistas la noche electoral al adjudicar el estado de Arizona a Joe Biden antes que cualquier otra cadena, dando un balón de oxígeno al demócrata. La decisión de Fox desató la furia de Trump, según recogió The New York Times, que describió cómo la noticia cayó como un auténtico jarro de agua fría en la Casa Blanca, donde el ambiente era optimista después de que Florida se tiñera de rojo. Trump y sus asesores estallaron: si Arizona estaba perdido, esto pondría en duda cualquier declaración de victoria que el presidente pudiera hacer.
Fue una noche de llamadas airadas de Trump a los gobernadores republicanos, cuenta el medio estadounidense, según el cual Jared Kushner, yerno del presidente y asesor principal, también estuvo en contacto con Murdoch, el dueño de Fox News, durante el transcurso de la noche. Según una fuente citada por Vanity Fair, el presidente llamó a Murdoch, para “quejarse a gritos sobre la adjudicación [de Arizona a Biden] y exigir que se retractase”.
Lejos de ceder a la presión de los asesores de Trump, la cadena se mantuvo firme en su decisión sobre Arizona y refutó la insistencia del equipo del presidente en una que lograrían la victoria en el estado. Arnon Mishkin, analista y responsable de la mesa de decisiones de Fox News, defendió en una conexión con el equipo de presentadores que estaba “absolutamente seguro” sobre el anuncio. “Lo siento, el presidente no va a poder tomar la delantera y ganar suficientes votos”. Tras Fox, Associated Press –estándar del recuento en el país– también adjudicó Arizona a Biden, mientras otros medios como The New York Times y CNN no declararon un vencedor debido a los votos por correo que quedaban por contar.
La cadena conservadora también fue crítica con el discurso de Trump cuando, aprovechando la incertidumbre en plena noche electoral, salió a decir a la prensa sin pruebas que las elecciones eran un “fraude”, se presentó como ganador y aseguró que iría al Tribunal Supremo para revocar su derrota. “Estamos ganando todo. Esto es un récord, no ha habido nada igual”, dijo Trump, a pesar de que el escrutinio en estados clave aún estaba en marcha, especialmente en Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona y Georgia.
Chris Wallace, moderador del primer debate presidencial y periodista de Fox News conocido por sus entrevistas, comentó: “Esta es una situación extremadamente inflamable y el presidente acaba de lanzar una cerilla sobre ella. No ha ganado estos estados. Nadie dice que haya ganado los estados. Los estados no han dicho que haya ganado”.
Desde entonces, el canal ha sido objeto de ataques de los fervientes seguidores de Trump, quienes han visto la negativa de Fox a distorsionar la verdad sobre las elecciones como una traición. “Fox es una mierda” y “Fox, vergüenza” fueron algunas de las consignas coreadas por los partidarios que se concentraron a las puertas de los centros electorales de Arizona al grito de “contad los votos”. En las redes sociales, algunos seguidores de Trump escribieron que creían que varios reporteros de Fox se habían vuelto “completamente izquierdistas”. En Twitter, algunos simpatizantes del presidente han calificado a Fox News como “fake news” (noticias falsas). La cadena también ha sido criticada por una flotilla de medios más pequeños pro-Trump.
El viernes, la presentadora Laura Ingraham habló sobre los supuestos logros de Trump, pero después lo instó a aceptar la derrota con “gracia y compostura”. El sábado, día en el que se declaró finalmente la victoria de Biden, la cadena contó con un desfile de invitados, incluidos republicanos prominentes como Karl Rove, que respaldaron las proyecciones de AP, aislando aún más al presidente y sus partidarios, recoge The Guardian.
No obstante, no ha habido una completa unanimidad en los contenidos emitidos por la cadena. El miércoles, Ingraham afirmó que los demócratas estaban tratando de “destruir la integridad” del proceso electoral “con estos esfuerzos de registro por correo”. Aunque no llegó a respaldar las afirmaciones de Trump sobre un presunto fraude en las elecciones, el presentador Sean Hannity expresó sus dudas sobre la votación: “¿Confían en lo que sucedió en estas elecciones? ¿Creen que estos resultados electorales son precisos? ¿Creen que estas fueron unas elecciones libres y justas? Tengo un montón de preguntas”.
Jeffrey McCall, profesor de comunicación de la Universidad DePauw (Indiana), ha sostenido en declaraciones a la agencia AFP que Fox News siempre ha tenido dos caras: por un lado, presentadores estrella, más editorialistas que periodistas y ultraconservadores, y por otro, una redacción más moderada. A su juicio, el tratamiento de las elecciones estos últimos días y el anuncio de la victoria de Biden en Arizona indican “los esfuerzos de Fox News para funcionar de manera tan independiente como sea posible de los editorialistas”.
Trump ya llevaba meses manteniendo una relación pública de amor y odio con Fox News. El presidente ve la cadena con frecuencia, ha tuiteado vídeos de sus programas, ha participado en algunos de ellos, ha respondido a la programación en tiempo real y ha elogiado a algunos de sus presentadores. Sin embargo, se ha ido sintiendo cada vez más frustrado con el canal de noticias, cuestionando algunas de sus decisiones, arremetiendo contra Wallace por su papel en el primer debate, y quejándose de que la cadena no es tan favorable para él como lo era cuando se postuló por primera vez para el cargo.
Mientras afronta su salida de la Casa Blanca, Trump ha jurado vengarse de la cadena que impulsó su carrera política, según asesores cercanos citados por el Washington Post, “quizás atacando públicamente a Fox o socavando su modelo de negocio al apoyar a la competencia”, de acuerdo con el medio estadounidense.