- Un vergonzoso intento de Rajoy de ocultar la verdad. Por Iñigo Sáenz de Ugarte
Un ataque talibán en la calle donde se encuentra la embajada española en Kabul acabó con la vida de un policía español y originó un combate de varias horas entre las fuerzas de seguridad afganas y los agresores. La noticia confirmada por Mariano Rajoy durante un mitin en Alicante: “Un policía ha muerto. Desde aquí nuestro cariño, sentimiento y amor por él y por sus compañeros”. “Hoy nuestros pensamientos están con nuestros compañeros en Kabul”, dijo el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en el mismo acto. La Fiscalía de la Audiencia Nacional ya ha abierto diligencias para investigar lo sucedido en la legación española en Kabul.
El policía fallecido este viernes en Kabul es Isidro Gabino San Martín Hernández, tenía 48 años y había nacido en León. Este agente estuvo destinado en la Unidad de Intervención Policial de Oviedo aunque en la actualidad cumplía funciones de seguridad en la embajada.
Minutos antes de confirmarse la muerte del policía español, Mariano Rajoy compareció ante los medios hacia las 18:30 horas desde Alicante y confirmó que el ataque talibán en el centro de Kabul no iba dirigido a la embajada española tal y como apuntaban diversas informaciones tras lo sucedido. “No hay víctimas mortales españolas, no era un ataque contra nosotros”, dijo en un primer momento.
Aunque el presidente ha negado que la embajada española fuera el objetivo directo de los atentados, no pudo precisar cuál era el destino de las primeras explosiones. Rajoy también añadió en su breve comparecencia sin preguntas que la “gente de la embajada en Afganistán está bien” y que esperan poder confirmar todas estas informaciones con la “mayor celeridad posible”.
El ataque a la embajada española en Kabul comenzó durante la tarde de este viernes con la explosión de un coche bomba y el asalto de la embajada por los insurgentes. Fuentes oficiales confirmaron en un primer momento que el objetivo era la legación diplomática. La explosión fue de grandes dimensiones hasta el punto de que los edificios de la zona quedaron muy dañados y que las comunicaciones con la representación diplomática se vieron afectadas. Aunque la información era muy confusa desde un primer momento, sí que se pudo confirmar que el personal español que se encontraba en la embajada en ese momento logró refugiarse en el bunker del recinto. En el edificio colindante a la embajada, se aloja el personal español.
Fuentes de la lucha antiterrorista confirmaron que otro agente herido era también de la UIP (Unidad Intervención Policial) destinado a la protección del embajador, aunque sus heridas eran de carácter leve y no se teme por su vida.
No hay confirmación oficial del número de muertos o heridos, pero un hospital cercano atendió a siete personas. En la primera explosión, además del policía español, fallecieron dos agentes afganos que vigilaban la legación diplomática española.
Un vídeo emitido por el canal 1TV de Kabul muestra el caos posterior al ataque talibán en las inmediaciones de la embajada española. A partir del segundo 25 se escuchan disparos y se ve cómo la gente que se encuentra en ese momento en las calles empieza a correr. También a partir del minuto 1.40 se oyen más ráfagas de armas de fuego y se ve cómo las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencia se organizan para atender a los heridos.
Después de la explosión, se escuchó un tiroteo. Según la primera versión del Ministerio afgano de Interior, unidades especiales de la policía se trasladaron rápidamente al lugar de los hechos y rodearon a los agresores, que se hicieron fuertes en alguno de los edificios de la zona. Un portavoz talibán llamado Zabihullah Mujahid ha reivindicado el ataque con un mensaje en Twitter en el que sostiene que se ha producido un alto número de bajas entre las víctimas.
Moncloa se puso en contacto con los representantes de los partidos de la oposición para explicar lo sucedido. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, mantuvo varias conversaciones telefónicas con el encargado de negocios de la embajada, Oriol Solá, a pesar de las complicaciones técnicas en las comunicaciones con Kabul tras los ataques.