España y Reino Unido retoman las negociaciones sobre Gibraltar tras el cambio de Gobierno en Londres. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se ha reunido este lunes con su homólogo, David Lammy, para abordar el asunto, que es el gran fleco pendiente en las relaciones de la UE y Reino Unido desde el Brexit. La Comisión Europea volverá a albergar una reunión a nivel ministerial este jueves.
El acuerdo se está resistiendo, aunque desde hace tiempo las dos partes aseguran que está cerca. La intención era que se cerrara antes de las elecciones europeas de junio para que fuera el mismo equipo el que abordara todo el proceso de negociación del Brexit, pero no pudo ser. El adelanto electoral en Reino Unido también retrasó el proceso.
Bruselas volverá a ser la sede para una nueva reunión después de que el acuerdo se quedara muy cerca en el mes de mayo en un encuentro en el que los gobiernos destacaron “avances imporantes” e incluso hablaran de acuerdo político en algunos de los temas más relevantes. Sin embargo, los detalles aún están por cerrar. En la última reunión se abordaron los flecos pendientes respecto a la movilidad, bienes y el aeropuerto, que han sido los principales escollos en la negociación del estatuto de Gilbraltar tras el Brexit.
El objetivo de las negociaciones es eliminar los controles de personas y bienes en la frontera física, donde la movilidad es constante, y a la vez asegurar la seguridad del mercado y la zona de libre circulación de personas de la UE. “Se necesitan dos para bailar tango”, dijo Albares tras el último encuentro con David Cameron, entonces jefe de la diplomacia británica. La pelota, por tanto, la dejaba en el tejado de Londres.
“De acuerdo con el vicepresidente ejecutivo, Maros Sefcovic, las conversaciones entre España y la Comisión Europea con el Reino Unido sobre Gibraltar se retomarán a nivel ministerial el próximo jueves en Bruselas”, señalan fuentes diplomáticas.
Los principales enquistamientos durante estos años de negociación han tenido que ver con el aeropuerto del Peñón, para el que España reclamaba un convenio de uso conjunto así como el papel de los agentes de Frontex y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles en esa frontera aeroportuaria para los viajeros procedentes de terceros países, y la igualdad de trato de los trabajadores transfronterizos en la jubilación, extendiendo los beneficios del Community Care británico (que suponen unos 465 euros más) a ese colectivo. También las cuestiones relativas a la verja, que en la práctica supone una frontera exterior de la UE, y el control de las aduanas han centrado las conversaciones estos años.