Europa eleva el tono frente a China

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
21 de octubre de 2022 16:10 h

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La Unión Europea eleva el tono con China. Después de apuntar a Pekín en el plan estratégico de la OTAN aprobado este verano en la cumbre de Madrid, donde se definía a Pekín como “desafío”. Y después del apoyo al documento elaborado por Josep Borrell el pasado lunes por los ministros de Exteriores de la UE, los 27 líderes han elevado el tono con China, que se encuentra en pleno congreso del PCCh este viernes en el Consejo Europeo de Bruselas, en una reunión sin móviles en la sala para abordar el asunto.

“El Consejo Europeo ha mantenido un debate estratégico sobre las relaciones de la Unión Europea con China”, rezan las conclusiones de los líderes de la UE. ¿Y eso qué significa? Que los 27 han preferido no negociar un párrafo donde podrían aflorar matices entre ellos. Ahora bien, todos han hablado de ello.

“La discusión mostró que estamos presenciando una gran aceleración de tendencias y tensiones”, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: “Ha quedado claro en el Congreso del Partido Comunista que el presidente Xi continúa reforzando el rumbo asertivo que ha tomado China. Claramente, China continúa con la misión de establecer su dominio en el este de Asia y su influencia a nivel mundial. Al mismo tiempo, hemos sido testigos en febrero de la llamada asociación sin límites entre Rusia y China, justo antes de la invasión de Ucrania. Estos acontecimientos afectarán a la relación UE-China. El sistema chino es fundamentalmente diferente al nuestro. Y somos conscientes de la naturaleza de la rivalidad”.

Von der Leyen ha proseguido: “Obviamente, tenemos que estar muy atentos cuando se trata de dependencias. Hemos aprendido nuestra lección sobre la dependencia excesiva de los combustibles fósiles de Rusia, y lo difícil pero necesario que es deshacerse de esta dependencia. En el caso de China, es el riesgo de dependencia de tecnologías y materias primas. Por tanto, aquí las prioridades son reforzar nuestras propias capacidades y por supuesto también diversificar el suministro de materias primas hacia proveedores fiables y de confianza”.

“La componente ‘competición’ está en el centro (partner, competidor y rival sistémico). Es la posición central porque el mensaje que hoy lanza China es un mensaje de competición: competición con su sistema político, con sus éxitos económicos, con su voluntad de influir a todos los niveles, con su presencia en África, en Asia, y en América Latina”, ha afirmado el jefe de la diplomacia sobre un país al que la UE sitúa del lado de Rusia en la invasión de Ucrania y al que EEUU ve próximo a atacar Taiwan.

“Hemos analizado bien el discurso del presidente de China, Xi Jinping”, decía Borrell, “es un discurso muy afirmativo de la voluntad de China de seguir influyendo en los asuntos del mundo. Es una decisión que ha tomado el Partido Comunista chino. Tenemos que discutir con China muchos temas. No podemos obviar la existencia de China; sin China los grandes problemas del mundo no tienen solución. Y vamos a comprometernos, vamos a interactuar con China teniendo claro que la dimensión más relevante en este momento es la dimensión de la competición”.

El canciller alemán, Olaf Scholz, por su parte, ha defendido mantener vínculos comerciales con Pekín. “La UE es una unión interesada en el comercio mundial y no se pone del lado de quienes promueven el fin de la globalización”, dijo Scholz, quien será el primer líder del G7 en visitar China desde el comienzo de la pandemia del coronavirus.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado, por si parte, que China “es un rival, un competidor y un necesario colaborador en asuntos como el cambio climático”. Sánchez, además, ha reclamado alternativas: “Europa puede articular una política exterior más inteligente tendiendo puentes con África y América Latina, por eso planteamos una cimbre UE-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) durante la presidencia española, que no se celebra desde 2015, con el fin de diversificar relaciones”.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha anunciado que esa cumbre se celebraría en Bruselas, en la segunda mitad de 2023.

La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha afirmado a su llegada al Consejo Europeo: “La discusión estratégica sobre China es muy importante, deberíamos discutir más sobre las dependencias europeas, especialmente cuando se trata de nuevas tecnologías o conocimientos. Ahora estamos viendo cuán problemático es que dependamos tanto de la energía rusa, y Rusia está usando la energía como arma contra Europa. Así que creo que es muy importante que hablemos de China hoy”.

El primer ministro belga, Alexander De Croo, pidió asimismo un replanteamiento de la relación general con Pekín: “En ciertos temas, China es un socio, como el cambio climático. En algunos campos es un competidor, es un competidor feroz, en otros, vemos que tiene un comportamiento hostil”, dijo: “En el pasado creo que hemos sido demasiado complacientes como países europeos. En los últimos meses hemos entendido que en muchos campos puramente económicos, la geopolítica también juega un papel”.

“Se interactúa mejor con China cuando somos 27, no cuando estamos uno a uno frente a China”, ha dicho Krišjānis Kariņš, el primer ministro de Letonia. Su homóloga estonia, Kaja Kallas, se expresó de forma similar: “Deberíamos tratar con China con el formato 27+1. Somos fuertes cuando estamos unidos hablando con las grandes potencias”. 

El primer ministro holandés, Mark Rutte, afirmó tras el Consejo Europeo: “Es importante que Europa opere con la mayor confianza posible en sí misma, pero también de manera independiente. La UE debería buscar igualdad y reciprocidad, para que no seamos una especie de extensión de Estados Unidos, sino que tengamos nuestra propia política con respecto a China”.

Estados Unidos ha estado presionando a sus aliados durante años para que adopten un enfoque más duro hacia China.