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La filtración de planes militares de EEUU en un chat grupal desata una crisis política que Trump intenta minimizar

Imagen de archivo del secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, detrás del presidente, Donald Trump.

Antònia Crespí Ferrer

Washington —
25 de marzo de 2025 22:05 h

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Un error de seguridad en los dos primeros meses de Donald Trump al mando del país amenaza con convertirse en uno de los primeros grandes escándalos de su nuevo gobierno. La filtración de planes militares, provocada por la inclusión accidental del editor de The Atlantic en un grupo de Signal donde se discutían bombardeos contra objetivos hutíes, ha desatado una tormenta en Washington. El Consejo de Seguridad Nacional ya ha confirmado la filtración y está investigando lo ocurrido.

En el ojo del huracán está el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, quien añadió al periodista por error al grupo. El presidente estadounidense ya ha salido en su defensa y ha minimizado la crisis.

“Michael Waltz ha aprendido la lección y es un buen hombre”, afirmó Trump este martes en declaraciones a la cadena NBC News. El presidente ha reducido la filtración a un “error” por haber añadido al periodista Jeffrey Goldberg al chat de Signal y ha culpado a su equipo del fallo.

En una reunión en la sala de gabinete, Trump ha vuelto a desestimar la gravedad de la filtración del chat de Signal. Incluso se ha permitido hacer broma con el caso y ha asegurado que lo que allí se discutía era “tan aburrido” que incluso el periodista de The Atlantic abandonó el grupo. “No hubo peligros, no hay despidos”, ha afirmado

Cuando uno de los periodistas le ha preguntado quién le había dicho que la información que se discutió en el grupo no era clasificada, el presidente ha evitado responder: “Siguiente pregunta por favor”.

Trump ha seguido con el cierre de filas entorno a Waltz y ha defendido que es “un muy buen hombre y que continuará haciendo un buen trabajo”. El comentario quiere disipar los rumores internos sobre la posibilidad de la destitución del consejero de Seguridad Nacional en el escándalo.

La detallada discusión sobre los planes militares a través de una aplicación comercial —cuando en principio debería haberse realizado por canales de comunicación internos para evitar hackeos— ha provocado una crisis dentro de la Casa Blanca. Varios funcionarios consideran que es imposible que Waltz sobreviva al escándalo.

Según Politico, en la Casa Blanca hay discusiones sobre la posibilidad de cesar a Waltz. “La mitad no cree que pueda sobrevivir al escándalo”, explica un funcionario del gobierno, que califica de “imprudente” no haber revisado el chat. A pesar de la crisis interna, la última palabra sobre el destino del consejero de Seguridad Nacional la tiene el presidente, quien ya ha cerrado filas con él. Hace menos de 24 horas, Trump había negado conocer el caso y criticó a la revista, asegurando que “se va a la quiebra”.

En el chat también participaban otros altos cargos de la administración: el vicepresidente JD Vance, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, el director de la CIA, John Ratcliffe, la jefa de gabinete, Susie Wiles, el secretario de Estado, Marco Rubio, el asesor presidencial, Stephen Miller, y el enviado especial Steve Wiktoff. Ninguno de ellos revisó en ningún momento quién estaba en el chat donde, según The Atlantic, se compartió información detallada sobre los bombardeos del 15 de marzo en Yemen, lo que podría haber comprometido la seguridad nacional.

El escándalo ha coincidido con el comité anual de inteligencia del Senado, donde Gabbard y Ratcliffe han comparecido. El vicepresidente del comité, el demócrata Mark Warner, inició su intervención refiriéndose al caso y describiéndolo como un hecho “simplemente alucinante”.

“Dejando de lado por un momento que la información clasificada nunca debería discutirse en un sistema no clasificado, también me resulta abrumador que todas estas personas de alto nivel estuvieran en esta conversación y que nadie se molestara ni siquiera en comprobarlo —dijo Warner—. Seguridad básica 101: ¿quiénes son todos estos nombres? Pues, al parecer, entre ellos había un periodista”.

Mientras que The Atlantic ha señalado que el nivel de detalle discutido en el grupo de Signal podría haber comprometido la seguridad del país, no ha revelado la información en cuestión para evitar problemas. La gran incógnita ahora es si los altos cargos en el chat estaban compartiendo información clasificada. De ser así, la gravedad del escándalo aumentaría considerablemente.

La nueva administración Trump también ha emprendido medidas más agresivas para frenar las filtraciones a la prensa, incrementando la presión sobre los periodistas.

Durante la sesión en el Senado, Gabbard evitó responder directamente a la pregunta de si la información discutida en el chat de Signal era clasificada o no.

“No recuerdo que se mencionara ningún objetivo específico”, respondió Gabbard ante la pregunta del senador demócrata de Arizona, Mark Kelly.

“¿Y ningún objetivo en general?”, repreguntó Kelly.

Tras unos segundos de duda, Gabbard respondió: “Creo que se discutieron objetivos en términos generales”.

En un post publicado en X el pasado 14 de marzo, un día antes del bombardeo contra los hutíes discutido en el chat de Signal, Gabbard escribió: “Cualquier divulgación no autorizada de información clasificada es una violación de la ley y será tratada como tal”.

El director de la CIA también evitó responder directamente sobre si se compartió información clasificada: “Las deliberaciones sobre ataques decisivos deberían llevarse a cabo a través de canales clasificados”. Ratcliffe, por su parte, negó que la filtración del chat de guerra fuera un “gran error”.

La Casa Blanca ya se está moviendo rápidamente para rebajar el escándalo y ha enviado un comunicado de emergencia a la prensa. En él, acusan a los demócratas y “sus medios de comunicación aliados” de querer desviar la atención de la “exitosa” operación del presidente y su equipo.

“Este es un esfuerzo coordinado para distraer la atención de las exitosas acciones del presidente Trump y su administración para hacer que los enemigos de Estados Unidos paguen y mantener a los estadounidenses seguros”, señala el comunicado enviado este martes, en el que también se critica la gestión del expresidente Joe Biden.

En su artículo, el periodista Jeffrey Goldberg explicó que ya sabía que se producirían los bombardeos en Yemen dos horas antes de que ocurrieran gracias a ese chat. Aunque no ha revelado qué información se compartió, Goldberg asegura que el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, dio detalles operativos sobre los próximos ataques en Yemen, incluyendo información sobre los objetivos, las armas que Estados Unidos desplegaría y la secuencia de los ataques.

“El contenido de estos mensajes, si hubiera sido leído por un adversario de EE UU, podría haber sido utilizado para dañar al personal militar y de inteligencia estadounidense, particularmente en el amplio Oriente Medio”, advierte Goldberg.

Signal se ha convertido en un canal de comunicación frecuente para periodistas y funcionarios en Washington debido a la encriptación de sus chats. Sin embargo, a pesar de ofrecer más garantías de privacidad que otras plataformas, los protocolos establecen que los funcionarios deben utilizar canales internos de la administración para discutir información clasificada y así evitar comprometer la seguridad nacional.

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