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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

EFE

San Francisco —
10 de septiembre de 2020 13:45 h

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El intenso humo de estos días a causa de los incendios declarados en California se ha unido este miércoles a la niebla y ha cubierto San Francisco con un cielo inédito de un intenso color naranja que recordaba al imaginario del Apocalipsis. La niebla, habitual en estas fechas en esta parte del estado, había estado ausente durante las últimas jornadas, pero regresó con intensidad y dejó unos cielos como nunca antes se recuerdan, sin apenas luz a pleno mediodía y de un anaranjado casi rojo que a su vez “tintaba” todo lo demás, dejando postales tan bonitas como terroríficas.

La razón por la cual se da este fenómeno es porque la niebla y el aire frío provenientes del océano impiden que el humo (impulsado por aire caliente) llegue al suelo, y lo mantienen en una capa superior de la atmósfera -paradójicamente, la calidad del aire este miércoles es mejor de en las últimas jornadas-, y este a su vez se encarga de tapar la luz solar. Pese a que el aire que se respira es mejor que el de los días anteriores, el humo sigue dejando cenizas que cubren vehículos, hogares, mobiliario público y las mesas y sillas de restaurantes que sirven en el exterior a causa de la pandemia de Covid-19.

Más de cuarenta incendios se mantienen activos en California, veinte de ellos catalogados por las autoridades de “grandes fuegos”, en la peor temporada registrada en ese estado hasta la fecha. En total, la zona ha registrado más de 7.600 incendios desde que comenzó el año y hasta septiembre ya ha arrasado más de 930.000 hectáreas y emitido enormes cantidades de humo a la atmósfera.

Estas cifras toman mayor relevancia comparándolas con las del año pasado, ya que en todo 2019 se declararon menos de 5.000 incendios, que quemaron 118.000 acres, es decir 47.000 hectáreas.

El gran temor de las autoridades es que estos números se han alcanzado incluso antes de la que en los últimos años venía siendo la “temporada” de incendios, entre octubre y noviembre, y que este año se espera que sea especialmente peligrosa a causa de la extrema sequedad.