Más información
El día que desaparecieron las mujeres de las calles de Kabul
Los veteranos de Afganistán se cuestionan su misión ante el regreso talibán: “¿Valió la pena?”
Saad Mohseni, junto a sus hermanos, es el fundador de la primera emisora de radio privada de Afganistán, Arman; de uno de los canales de televisión más vistos del país, Tolo TV; y de Tolo News, el primer canal de noticias 24 horas. “Ha sido un gran golpe y hay mucho que procesar… Por el momento seguimos emitiendo y tenemos que navegar en este ambiente de la mejor forma posible”, dice a elDiario.es sobre la victoria talibán.
Aunque normalmente vive en Dubái y viaja cada dos semanas a Kabul, actualmente sigue desde Londres con incertidumbre los acontecimientos. El lunes los talibanes entraron en las oficinas de la cadena de noticias y se llevaron las armas del personal de seguridad entregadas por el Gobierno. Un día después, uno de sus portavoces se sentó en el plató para ser entrevistado por una de las periodistas de la cadena, algo impensable hace 20 años.
“Son listos y saben que los medios tienen mucha audiencia. Están utilizando los medios para lanzar sus mensajes y nosotros estamos utilizando esa oportunidad para hablar con ellos. Si eso significa algo de cara al futuro, no lo sé, pero creo que no nos deberíamos emocionar demasiado todavía”, dice.
Con el paso de las horas –y a pesar de amables declaraciones ante medios internacionales–, sus intenciones van quedando cada vez más claras. Este miércoles el canal de Mohseni ha emitido un debate de dos mujeres sobre la victoria de los talibanes, pero mientras tanto, en la cadena pública, los fundamentalistas no han permitido trabajar a la periodista Shabnan Dawran. “El régimen ha cambiado. Vete a casa”, denuncia que le han dicho. Otra periodista de la televisión pública, Khadija Amin, también ha denunciado que ha sido despedida.
En un comunicado del portavoz talibán Zabihullah Mujahid a Reporteros Sin Fronteras (RSF) señala: “Estableceremos un marco legal para cuestiones de vestimenta y que no se moleste a las mujeres en la calle ni en sus puestos de trabajo. Pero hasta que se aprueben estas disposiciones escritas, les pido que se queden en casa sin estrés y sin miedo. Les aseguro que volverán al trabajo”.
“Es imposible saber realmente si han cambiado. Lo sabremos en las próximas semanas. Tenemos que juzgarlos por sus acciones, no por sus palabras”, dice Mohseni. “Por el momento no están interfiriendo en Tolo. Pero todavía están en el proceso de tomar el poder y organizarse. Creo que no tienen la capacidad de abordar nada más. En las próximas semanas probablemente aprueben leyes para los medios. Creo que cambiarán cosas, pero ahora mismo tienen otras cosas más importantes que hacer”.
Mohseni nació en Londres en 1966, donde su padre trabajaba como diplomático de Afganistán. A los tres años, la familia volvió a su país y cuando tenía 12, su padre fue destinado a Japón. Un año después, en 1979, la URSS invadió Afganistán, el padre dimitió y pidió asilo para él y su familia. Mohseni pasó 23 años sin volver a su país. En ese tiempo, los soviéticos se habían retirado derrotados tras una larga guerra y los estadounidenses habían derrocado a los talibanes, que gobernaron entre 1996 y 2001.
“Era un momento muy difícil porque no había electricidad y la infraestructura era mala. Pero había apertura para crear una empresa de medios de comunicación. Había buena voluntad hacia los nuevos medios”, cuenta. Con los talibanes la televisión estaba prohibida y la única radio que existía era ‘Voice of Sharia’, que solo emitía propaganda y programas religiosos. Uno de los primeros empleados de 'Arman' fue Massood Sanjer, que previamente era presentador en inglés para la emisora talibán.
“Un error, una palabra equivocada y podías acabar encerrado en un contenedor”, declaró Sanjer a AFP. Hoy es director de canales en Afganistán de Moby Group, el conglomerado que aúna las empresas de Mohseni. Entonces pasó de recitar las noticias del mulá Omar, antiguo líder talibán, a poner canciones de Shakira o Madonna. No resulta muy tranquilizador que los talibanes hayan renombrado ya una emisora de Kandahar como ‘Voice of Sharia’.
“Es inevitable tener miedo por lo imprevisibles que son los talibanes. Pero la clave con nuestros trabajadores es que puede que tengan miedo, pero son valientes y siguen adelante con su trabajo. Informan sobre los hechos y cubren eventos a pesar de los riesgos y la incertidumbre”, dice Mohseni.
Hay razones más que fundadas para tener miedo. En los últimos cinco años, 13 empleados de Mohseni han sido asesinados. “Hemos sido muy independientes. Fuimos por ejemplo los primeros en centrarnos en la muerte de civiles por los bombardeos estadounidenses y apoyamos los derechos de las mujeres y otros valores que a los conservadores no les gustan”.
En 2015, tras publicar una información crítica con los fundamentalistas, Tolo fue declarado objetivo militar por los talibanes. “El Emirato Islámico de Afganistán no reconoce a partir de ahora a Tolo y 1TV como medios de comunicación, sino que los designa objetivos militares por sus acciones irrespetuosas y hostiles contra la nación muyahidín afgana”, señalaron en un comunicado. Tres meses más tarde cumplieron su palabra y un ataque suicida contra un autobús lleno de trabajadores de Tolo mató a siete de ellos.
“Gracias a Dios todopoderoso y su apoyo y con las oraciones de los musulmanes vejados por los espías de Tolo, el ataque tuvo éxito. El vehículo fue destruido y tragado por el fuego con todos sus espías y sus pasajeros corruptos murieron”, dijo entonces el portavoz talibán Zabihullah Mujahid. El mismo que ahora manda comunicados a RSF: “Respetaremos la libertad de prensa porque será útil para la sociedad y ayudará a corregir los errores de los líderes”. “Pueden criticarnos para que mejoremos”, dijo este martes en una rueda de prensa.
A pesar de todo, Mohseni cree que los talibanes tienen ahora “una oportunidad” para hacer las cosas “apropiadamente”. “Como compañía de medios de comunicación, tenemos que ayudar a ambas partes a entenderse y a entender cómo ha cambiado el país. Si se nos diese la oportunidad de no cerrar, creo que ese va a ser uno de los principales retos”, dice el empresario.
Afganistán tiene al menos ocho agencias de noticias, 52 canales de televisión, 165 emisoras de radio y 190 publicaciones impresas, según RSF. De acuerdo con los datos de la Federación Afgana de Medios y Periodistas, en el país hay 12.000 periodistas.
El día que desaparecieron las mujeres de las calles de Kabul
Los veteranos de Afganistán se cuestionan su misión ante el regreso talibán: “¿Valió la pena?”
Periodismo a pesar de todo
Necesitamos tu apoyo económico para hacer un periodismo riguroso y con valores sociales
HAZTE SOCIO, HAZTE SOCIA