La cumbre del G-20 que reunirá a los líderes mundiales en los próximos días tendrá una imagen incómoda: la foto junto al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, acusado por la CIA de ordenar el cruento asesinato del periodista Yamal Kashoggi en el consulado saudí en Turquía.
La imagen es inevitable porque Arabia Saudí es miembro del club de países que integran el G-20, según reconocen en Moncloa. De hecho, la reunión que comienza el 30 de noviembre en Buenos Aires (Argentina) se celebrará dentro de dos años en Riad, que tendrá la presidencia de turno del grupo. ¿Se podrá evitar la foto de familia? “Eso se lo tienes que preguntar la organización del G-20”, despejan sin mojarse en Moncloa.
Precisamente, desde la organización aseguran que se seguirá estrictamente el protocolo previsto en este foro internacional: “La delegación saudí será como cualquier otra delegación del G-20”. Además, detallan que no les “consta que ningún país haya pedido específicamente no coincidir con Bin Salmán” ni en la tradicional foto de familia ni en las actividades previstas para los líderes en Buenos Aires.
Para el Gobierno español la posible foto de Pedro Sánchez con Bin Salmán es doblemente incómoda tras la polémica que provocó el saludo del rey emérito Juan Carlos I en un campeonato de Fórmula 1 este fin de semana. El Ejecutivo le restó importancia dejándolo en un encuentro “casual”, en palabras de Josep Borrell. El PSOE lo situó en la agenda extraoficial del exjefe del Estado y se remitió a las explicaciones de la Casa Real. “Fue protocolario y sin trascendencia institucional”, señaló Zarzuela.
¿Existe la posibilidad de que Sánchez acabe en una foto con el príncipe heredero? ¿Hay planificada alguna forma de evitarlo? “Nada que decir. Vamos al G-20 a Argentina. Arabia Saudí es miembro de pleno derecho del G-20. Es un país con el que tenemos relaciones diplomáticas plenas y comerciales”, zanjan en Moncloa.
En el calendario del encuentro porteño hay tres momentos en los que está previsto que Sánchez y Bin Salmán coincidan: la foto de familia, en el centro de convenciones de Costa Salguero, situado junto al Río de la Plata; la gala que Argentina ofrecerá en el Teatro Colón y la sesión plenaria en la que los líderes del G-20 discutirán el documento final del foro.
Una denuncia judicial y la posible reunión con Turquía
La anunciada presencia del príncipe heredero en Buenos Aires ha motivado una denuncia de la organización Human Rights Watch ante un fiscal federal argentino en la que reclama que sea detenido por “presuntas violaciones del derecho internacional cometidas durante el conflicto armado en Yemen –de las cuales Mohammed bin Salmán sería penalmente responsable como ministro de Defensa de Arabia Saudita–”. El escrito también apunta a su “posible complicidad en graves denuncias de tortura y otros malos tratos de ciudadanos sauditas, incluyendo el asesinato del periodista Jamal Khashoggi”.
“La participación del príncipe heredero en la Cumbre G-20 en Buenos Aires podría permitir que las víctimas de abusos que no lograron que se haga justicia en Yemen o Arabia Saudí puedan obtenerla en los tribunales argentinos”, ha asegurado Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, basándose en los criterios de justicia universal de la legislación argentina que permiten, por ejemplo, que la jueza María Servini lleve adelante una causa contra los crímenes del franquismo.
Fuentes de la cancillería argentina quitan peso a la denuncia, porque entienden que es un asunto que debería derivarse a la Corte Suprema y no a un juzgado de primera instancia, y que el príncipe llega a Argentina como representante de la delegación de su país, por lo que le protege la inmunidad diplomática.
La investigación sobre la muerte de Kahshoggi señala al príncipe heredero como instigador del brutal asesinato del periodista, de acuerdo con lo que ha trascendido de las pesquisas.
El gobierno de Recep Tayyip Erdogan había rechazado la invitación a reunirse con Bin Salmán en el G-20, aunque ayer su ministro de Exteriores no descartó esa posibilidad. Sí parece que tendrán lugar encuentros bilaterales con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el ruso, Vladimir Putin.
Otros países, como Francia, no han querido responder sobre si compartirán agenda con Arabia Saudí en los dos días que dura la cumbre.
El país anfitrión, Argentina, tampoco tiene prevista “de momento” una reunión bilateral con la delegación saudí. España ha confirmado encuentros con el presidente Mauricio Macri; con Christine Lagarde, directora del FMI; y el primer mandatario canadiense, Justin Trudeau.
En un principio no estaba prevista la presencia del príncipe heredero, sino la del rey Salmán bin Abdulaziz. Arabia Saudí señala que la asistencia a la cumbre del príncipe heredero se enmarca dentro de su gira internacional. De hecho, Bin Salmán inició la semana pasada una breve gira por varios países árabes y se trata de su primera salida al extranjero desde el asesinato de Kashoggi. Desde el viernes pasado, el príncipe ha visitado Emiratos Árabes Unidos, Baréin Egipto y Túnez.