Kamala Harris se ha enfrentado este jueves de madrugada a la entrevista más incómoda de toda la campaña en la cadena conservadora Fox News, el bastión mediático de Donald Trump. A tres semanas de las elecciones, la demócrata se ha metido en la boca del lobo para acallar las críticas de los republicanos por la falta de entrevistas concedidas desde que asumió la candidatura y para intentar llegar a los votantes republicanos indecisos. “Mi presidencia no será una continuación de la de Joe Bien”, le ha asegurado Harris al periodista Bret Baier.
“Como todo nuevo presidente que llega al Despacho Oval, llevaré mi experiencia vital, mi experiencia profesional y nuevas ideas, represento una nueva generación de liderazgo, como alguien que no ha pasado toda su carrera en Washington”, ha asegurado Harris. La vicepresidenta, que hizo buena parte de su carrera en California como fiscal general, ha buscado así desmarcarse de la idea de que el partido Demócrata encarna las “élites de Washington” contra las que Trump y su segundo, J.D Vance, pretenden luchar.
Nunca antes Harris había marcado tanta distancia de la presidencia de Joe Biden como lo ha hecho esta noche. A pesar de que su campaña se ha construido a partir de mostrarse como el partido del cambio, siempre había sacado pecho del legado de la administración Biden. El giro no solo busca acercarse más a los votantes republicanos, sino también desarticular los ataques por parte del Partido Republicano, que recuerdan como Harris ha tenido tres años y medio en la vicepresidencia para impulsar sus actuales promesas electorales.
Que haya buscado distanciarse aún más de Biden no significa que haya renegado de él. Cuando Braier le ha preguntado por el estado de salud del presidente y si antes de que renunciara no había tenido “ningún tipo de preocupación” sobre él, la vicepresidenta le ha recordado que Biden “ya no está en el ticket electoral, Trump sí”.
“Creo que los norteamericanos están preocupados por Donald Trump, por lo que incluida la gente que mejor lo conoce, incluidos líderes de nuestro servicio de seguridad nacional que han hablado sobre ello. Incluso gente que trabajó para él en el Despacho Oval y que ha estado en la Sala de Crisis con él han dicho que no está preparado para la presidencia, que es peligroso y que no debería volver a ser presidente. Incluido su vicepresidente, motivo por el cual el puesto estaba vacante ahora para elegir un nuevo compañero en la carrera electoral” ha esgrimido Harris después de un tira y afloja con Baier. Una dinámica que ha marcado la dinámica de la conversación.
El momento clave, y donde Harris ha mostrado más su voluntad de acercarse a los votantes republicanos y los seguidores de Trump, ha sido cuando Baier ha intentado retratarla como una persona que considera como “tontos” a los votantes del magnate. “Nunca diría eso del pueblo norteamericano y, de hecho, si escuchas a Donald Trump o miras alguno de sus mítines, él es el que pretende menospreciar los ciudadanos norteamericanos. Él es el que habla de un ”enemigo interno“. Un ”enemigo interno“ refiriéndose a la población estadounidense, sugiriendo que echaría los militares contra los americanos”.
Después de la respuesta de Harris, Baier ha vuelto a la carga mostrando un clip en el que preguntaban por esta cuestión a Trump. “No he amenazado a nadie”, dice en el vídeo el magnate y Harris ha respondido: “Bret, lo siento, y con todo el respeto, este clip no era en el que ha estado hablando sobre el ”enemigo interno“ que ha repetido cuando él habla de los estadounidenses. Esto no es lo que habéis mostrado”. La contestación, como venía siendo habitual, ha estado acompañada de más interrupciones por parte del periodista.
El presentador ha dedicado los 10 primeros minutos de la entrevista a los puntos débiles de la campaña de Harris, y al que más se aferra Trump: la gestión de la frontera. Como es habitual, la demócrata ha salido al paso apuntando que “la primera ley que presentamos al Congreso” fue la de la frontera y ha recordado que fue Trump quien instigó su bloqueo. Harris ha conseguido terminar la frase después de que un agresivo Baier la interrumpiera repreguntando constantemente. “Por favor, tienes que dejarme terminar,” ha insistido con calma Harris. “Estoy respondiendo al tema que estás planteando, y me gustaría terminar.”
Baier también ha sacado a colación los nombres de las mujeres que Trump cita frecuentemente en sus mítines como víctimas de inmigrantes indocumentados. Los nombres también son citados con frecuencia en la programación de Fox News, quien hace una amplia cobertura de todo lo que pasa en la frontera. “Lo siento mucho por su pérdida, pero hablemos de lo que está sucediendo en este momento”, ha respondido Harris, que rápidamente ha reconducido al bloqueo republicano que sufrió el proyecto de ley de la frontera: “Si se hubiera pasado el texto hace nueve meses, haría nueve meses que habríamos tenido más agentes en la frontera para asegurarnos que no pasaran daños futuros”.
Harris también ha querido dejar claro que no está a favor de despenalizar los cruces irregulares en la frontera con México. “No creo en despenalizar los cruces fronterizos. No he hecho eso como vicepresidenta. Y no lo haré como presidenta”, ha afirmado.
La entrevista en la cadena Fox se enmarca en la estrategia de la campaña de Harris para conseguir penetrar dentro de los republicanos indecisos o que siguen sin estar convencidos con Trump. Antes de sentarse con Baier, la demócrata ha llevado a cabo un mitin en el condado de Bucks (Pensilvania), donde más de 100 republicanos han participado en el acto, incluido Adam Kinzinger, un excongresista y miembro del comité que investigó el ataque del 6 de enero al Capitolio de los EEUU.
“No importa su partido, no importa por quién votaron la última vez, hay un lugar para todos vosotros en esta campaña”, ha afirmado la vicepresidenta. Pensilvania es uno de los siete estados clave que hay en juego este cinco de noviembre y será el que tenga la última palabra para decir quién se siente en el Despacho Oval. Que Harris también esté poniendo más esfuerzos en llegar a los votantes más conservadores es significativo, teniendo en cuenta el estancamiento que sufre entre dos grupos importantes de electores: los hombres negros y las personas latinas. A pesar de que Harris aún consigue recabar la mayoría de apoyos dentro de estos grupos, Trump está consiguiendo hacer mella. Especialmente entre los latinos.