Al menos tres personas murieron y nueve resultaron heridas en un tiroteo perpetrado por un hombre armado que se atrincheró durante más de cinco horas en un centro de planificación familiar de Planned Parenthood, con clínica de abortos, en Colorado Springs (Colorado, EE.UU).
Los fallecidos son dos civiles no identificados y uno de los primeros agentes en llegar al lugar de los hechos, el policía Garrett Swasey, de 44 años.
Otros cuatro civiles y cinco policías están siendo atendidos en hospitales locales con heridas de bala pero su vida no corre peligro, según informó la portavoz de la Policía local Catherine Buckley, en declaraciones a la prensa.
El agresor, de raza blanca, está en custodia policial y los agentes investigan ahora el edificio para determinar si hay más víctimas y la naturaleza de unos objetos que el individuo colocó dentro y delante del centro, que podrían ser explosivos.
Los artificieros registran también el vehículo del agresor, situado en el aparcamiento del centro, en busca de posibles explosivos. La revisión de todo el centro llevará bastante tiempo, han advertido las autoridades, ya que hay salas de espera, salas de tratamientos, oficinas, cuartos de baño y otras estancias.
El agresor se atrincheró durante casi cinco horas en el centro y abrió fuego contra los agentes, alcanzando al menos a seis de ellos, uno de los cuales falleció.
En paralelo, los policías iban evacuando a las personas que habían quedado atrapadas en el centro, la mayoría de ellas mujeres, algunas personal de la clínica ataviadas con batas blancas, según pudo observarse en las imágenes de televisión.
El presidente del Gobierno, Barack Obama, fue informado sobre el grave incidente por su asesora principal de Seguridad Nacional, Lisa Monaco, según informó la Casa Blanca.
La llamada de alerta, al mediodía hora local (19:00 GMT), se emitió desde ese edificio, aunque se desconoce si el objetivo del agresor era este centro donde se practican abortos, además de numerosos servicios relacionados con la salud reproductiva.
Planned Parenthood desconoce si su centro en Colorado Spring era un objetivo pero aseguró, en un comunicado, que seguirá proporcionando servicios reproductivos a pesar de “los extremismos que están creando un ambiente envenenado que alimenta el terrorismo doméstico” en el país.
Los centros de Planned Parenthood, que practican abortos entre otros numerosos servicios de planificación familiar y salud reproductiva, tienen una fuerte oposición entre los activistas contrarios al aborto y recientemente han sido objeto de duras críticas por parte de destacados miembros del partido republicano, entre ellos los aspirantes a la presidencia en 2016.
La última batalla, que el Partido Republicano llevó casi a un cierre de gobierno, fue a cuenta de unos vídeos editados por un grupo antiabortista en los que miembros de Planned Parenthood hablan sobre la venta a investigadores médicos del tejido de los fetos abortados en sus clínicas.
La favorita demócrata en las elecciones de 2016, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, mostró hoy una vez más su apoyo a la organización con el mensaje “Hoy y siempre estamos con Planned Parenthood”, que publicó en las redes sociales Facebook y Twitter.
El centro de planificación familiar, que recibe 500 millones de dólares anuales de fondos federales ( unos 472 millones de euros), tiene 700 centros en todo el país y ofrece servicios a alrededor de 2,7 millones de mujeres.
Aunque es objeto de críticas y amenazas por practicar abortos, la organización asegura que este servicio representa solo un 3% de los que ofrece, que incluyen la prevención de embarazos no deseados, el acceso a métodos anticonceptivos y programas para la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
La cadena CNN asegura que el centro atacado hoy en Colorado Springs había recibido amenazas de individuos contrarios al aborto. Desde 1997, en Estados Unidos ha habido al menos 73 ataques en clínicas de aborto, según datos de la Federación Nacional del Aborto.