El expresidente brasileño Jair Bolsonaro pidió un visado de turista de seis meses para poder continuar en Estados Unidos, donde se encuentra desde el pasado 30 de diciembre, confirmaron sus abogados a la cadena CNN.
“Creo que Florida será su hogar temporal lejos de casa. Ahora mismo, con su situación, creo que necesita un poco de estabilidad”, dijo Felipe Alexandre, abogado del expresidente, a The Financial Times. elDiario.es no pudo confirmar esta información debido a que el Departamento de Estado ha declarado que no está autorizado a hacer comentarios sobre casos específicos de visados.
Bolsonaro ingresó a Estados Unidos posiblemente con un visado A-1, reservado para diplomáticos y jefes de Estado. El expresidente partió rumbo a Orlando dos días antes de la llegada de Lula da Silva al Gobierno, argumentando que el viaje respondía a unos días de descanso.
Su presencia en el país se ha vuelto más controvertida a raíz del ataque a los tres poderes en Brasilia que protagonizaron cientos de sus seguidores a comienzos de enero. A petición de la Fiscalía, el pasado 14 de enero el Tribunal Supremo incluyó al expresidente brasileño en la lista de investigados por la intentona golpista.
Este sábado, su hijo y senador Flávio Bolsonaro ya había dicho a medios locales que el expresidente no tenía pensado volver a Brasil. “No hay previsión para su regreso. Él sabrá cuando lo hace. Puede ser mañana, puede ser en unos seis meses o puede no regresar nunca. Yo no lo sé”, aseguró el hijo del exmandatario.
Las declaraciones llegaron después de que la exprimera dama Michelle Bolsonaro regresara este viernes a Brasilia tras pasar un mes en Orlando con el expresidente. El senador dijo que no sabe con quién está su padre en este momento, pero agregó que “con seguridad son personas muy próximas”.
Políticos de EEUU piden su expulsión
A principios de este mes, un grupo de representantes demócratas en el Congreso firmaron una carta instando a la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a revocar el visado de Bolsonaro. “No debemos permitir que el señor Bolsonaro o cualquier otro exfuncionario brasileño se refugie en Estados Unidos para escapar de la justicia por cualquier delito que puedan haber cometido cuando estaban en el cargo”, decía la carta, que abrió el debate sobre la opción poco probable de que Estados Unidos avance con una deportación. Alexandre le dijo a Financial Times: “Si vas a echar a alguien del país, tienes que tener una justificación legal para hacerlo”.
Bolsonaro abandonó Brasil sin reconocer su derrota en las elecciones presidenciales de octubre en las que ganó Lula. También ha sido poco enfático en las críticas al intento de golpe a la sede de las instituciones democráticas de Brasil el 8 de enero pasado.
“Si quieren imputarle a Bolsonaro alguna responsabilidad por un campamento pacífico de personas que protestaban legítimamente por no haberlo desmovilizado, Lula también tiene que ser responsabilizado”, dijo el senador sobre el campamento de bolsonaristas que habían montado frente al cuartel general del Ejército y desde el que partieron los actos golpistas.
La casa en la que reside Bolsonaro en Miami es del exluchador José Aldo. La mansión cuenta con ocho dormitorios y está ubicada en una comunidad cerrada cerca de los parques de Disney, por cuantías que van desde 519 dólares por día pero cedida por el excombatiente, quien apoyó a Bolsonaro en las elecciones de 2022, según cuenta en esta crónica Thiago Amâncio, publicada en Folha do São Paulo.
Bolsonaro enfrenta múltiples investigaciones en su contra, las últimas abiertas tanto el Supremo Tribunal Federal como el Tribunal Superior Electoral. La Tribunal Supremo pidió investigar su posible responsabilidad como incitador de los ataques del 8 de enero. “No hay ningún temor. Él no tiene ninguna responsabilidad sobre lo que ocurrió en Brasil. Si estuviese sentado en la silla presidencial podrían decir que facilitó alguna cosa pero no estaba”, aseguró Flávio Bolsonaro.
Con información de EFE