Marcelo Nagy
Budapest, 1 jul (EFE).- Hungría, gobernada por el primer ministro Viktor Orbán, un referente de la ultraderecha internacional, inicia este lunes 1 de julio su presidencia de turno de la Unión Europea (UE), bajo el lema “Hagamos a Europa grande de nuevo”.
“Hoy hemos tomado del primer ministro belga el relevo en la presidencia de la Unión Europea”, declaró Orbán desde Bruselas, donde se entrevistó con Alexander De Croo, jefe del Gobierno de Bélgica, país que ocupó la presidencia rotativa de los Veintisiete en los seis meses anteriores.
“Arranca”, es la única palabra que acompaña una foto de Orbán y De Croo publicada por el mandatario húngaro junto al anuncio del relevo en la red social Facebook.
“El objetivo central de la presidencia húngara de la UE es el de reforzar la competitividad europea”, aseguró la víspera el ministro magiar para Asuntos Europeos, János Bóka, en una entrevista a la radio pública Kossuth.
Para ello se intentará alcanzar el consenso para firmar un nuevo pacto europeo por la competitividad en el correr de la presidencia magiar, que durará hasta el próximo 31 de diciembre.
De esta forma se “centraría la atención política en el asunto e identificaría las áreas en las que se podrían tomar decisiones para reforzar la competitividad”, insistió Bóka.
Las otras seis prioridades fijadas por el Ejecutivo de Orbán son la defensa común y la defensa de las fronteras externas, así como avanzar en la ampliación del club comunitario, impulsar las políticas de cohesión y la agricultura, y abordar los problemas demográficos.
Además, Budapest aspira a impulsar los procesos de integración principalmente de los países de los Balcanes Occidentales y a profundizar las relaciones con China.
No obstante, dado que las decisiones comunitarias sobre política exterior requieren del voto unánime, no se espera que Orbán consiga intensificar los vínculos con Pekín, recuerda el portal independiente Telex.hu.
Por otro lado, los observadores políticos ven una provocación de Orbán en el lema elegido para la presidencia húngara -“Hagamos a Europa grande de nuevo”- pues se trata de una emulación del eslogan usado por el expresidente estadounidense Donald Trump en su campaña electoral de 2016.
“¿No es muy original, no?”, preguntó irónicamente Vera Jourová, vicepresidenta saliente de la Comisión Europea, citada por la prensa magiar.
Otra provocación es para muchos el anuncio hecho por Orbán el 30 de junio, un día antes de asumir la presidencia comunitaria, sobre la formación de un nuevo grupo de extrema derecha y euroescéptico en el Parlamento Europeo.
Orbán compareció el domingo ante la prensa en Viena junto a Herbert Kickl, líder del partido ultranacionalista austríaco FPÖ, y Andrej Babis, presidente de la checa “Alianza de Ciudadanos Descontentos” (ANO), para presentar a la nueva familia política, bautizada “Patriotas para Europa”.
Los tres partidos disponen juntos de 24 eurodiputados (Fidesz 11, ANO 7, FPÖ 6), uno más que el mínimo de 23 necesario para crear una fracción en el Parlamento Europeo.
No obstante, la formación de un nuevo grupo en la Eurocámara requiere además un mínimo de 7 países representados, por lo que la nueva familia necesita acoger a formaciones de otros cuatro Estados.
El partido portugués Chega comunicó este lunes su intención de unirse a ellos, con lo cual el número de escaños del grupo ascendería a 26.