Continúa la tensión en Oriente Medio que ha marcado la actualidad de la Semana Santa. Este sábado, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha anunciado que el Ejército contribuirá con “recursos y tropas” a las actividades de la Policía en las ciudades, tras el ataque de ayer en Tel Aviv que se saldó con un turista italiano muerto y siete heridos.
“Tras completar una evaluación de la situación operativa esta noche, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha instruido al estamento de Defensa la asignación de recursos y tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel para contribuir a las actividades de la Policía de Israel”, ha informado una portavoz del ministerio en un comunicado, que precisó que la cantidad de tropas será determinada por miembros del aparato de seguridad.
Gallant ha decidido además extender hasta el miércoles por la noche el cierre de los accesos a territorio israelí para palestinos desde Cisjordania ocupada y prohibir el acceso de palestinos desde la Franja de Gaza. “El cierre también incluye la cancelación de las medidas civiles que se aprobaron antes del Ramadán y la entrada de trabajadores a Israel”, ha anunciado Defensa, en referencia la relajación de requisitos de entrada a Israel para palestinos de los territorios ocupados en ocasión del mes sagrado musulmán de Ramadán.
Este anuncio llega tras varios días de tensión entre israelíes y palestinos, incluyendo dos ataques mortales este viernes que se saldaron con la muerte de tres personas.
La escalada de violencia comenzó poco después de un fuerte intercambio de fuego entre el Ejército israelí y milicias palestinas en la Franja de Gaza y el sur de Líbano, desencadenados por la represión este miércoles hacia los fieles palestinos por parte de la policía israelí en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén este ocupado. Se trata del mayor repunte de violencia desde 2006, y en pleno mes sagrado musulmán de Ramadán.
El primero de los ataques mortales tuvo lugar en una carretera en el norte de Cisjordania ocupada, donde, según la Policía, al menos un palestino disparó contra el vehículo en el que viajaban tres mujeres israelíes, causando la muerte de dos de ellas e hiriendo de gravedad a una tercera.
Poco después, un ciudadano árabe de Israel atropelló a un grupo de turistas en un paseo marítimo de Tel Aviv. Un turista italiano de 36 años murió en el lugar y otras siete personas resultaron heridas.
Tras el ataque en Tel Aviv, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha convocado a unidades de reserva de la Policía de Fronteras para desplegarse como refuerzo.
“Alimentar la violencia”
Este mismo sábado, la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), integrada por 57 países, ha acusado a Israel de “alimentar la violencia” en Oriente Medio debido a las “violaciones” y “agresiones de sus fuerzas” en la mezquita de Al Aqsa, según un comunicado oficial.
“Israel, la potencia ocupante, es responsable de las consecuencias de las acciones peligrosas y provocativas del gobierno racista israelí”, ha señalado la OCI en un comunicado tras una reunión extraordinaria que los delegados de sus países miembros celebraron en la sede del organismo en la ciudad saudí de Yeda.
“Ese Gobierno israelí sigue tratando, mediante ataques brutales sistemáticos, provocaciones deliberadas e incitaciones, de incendiar la situación y provocar una confrontación religiosa con consecuencias imprevistas”, ha añadido.
En los pocos más de tres meses desde el inicio de este año, 18 israelíes y 92 palestinos han muerto en ataques o incidentes violentos, lo que convierte a 2023 en el inicio de año más mortífero en el marco del conflicto palestino-israelí desde el 2000.
Manifestación contra la reforma judicial
A pesar de los últimos acontecimientos, la manifestación que había prevista este sábado por todo el país contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha seguido adelante. Más de 250.000 personas se han concentrado en distintos puntos del país bajo un fuerte dispositivo policial.
Si bien Netanyahu anunció el pasado 27 de marzo la suspensión temporal de los trámites legislativos y el comienzo de negociaciones con la oposición para impulsar una reforma consensuada, las manifestaciones no han cesado.
Unas 145.000 personas, según los organizadores de la marcha, han asistido a la protesta en Tel Aviv, que se ha realizado en coordinación con la Policía por temor a nuevos ataques y ha comenzado- con un minuto de silencio por las víctimas fatales de los episodios de ayer.