El Estado de Israel lleva años queriendo “dar una lección” a la ONU y cuestionando incluso su “derecho a existir” por lo que considera una política sesgada y tendenciosa en su visión del conflicto con Palestina. Los representantes israelíes libran una larga batalla con la institución y, particularmente, con varios de sus organismos y agencias, incluido el Consejo de la ONU de Derechos Humanos; la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, UNRWA; y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura, UNESCO, entre otras.
El último discurso del secretario general de la ONU, António Guterres, en el Consejo de Seguridad ha desatado la ira de los representantes israelíes. Guterres condenó el ataque de Hamás, afirmando que “nada puede justificar” el asesinato de civiles, pero señaló que “es importante reconocer que los atentados de Hamás no vienen de la nada”. “El pueblo palestino ha estado sometido a 56 años de ocupación asfixiante. Han visto su tierra devorada sin cesar por los asentamientos y asolada por la violencia; a su población desplazada y sus hogares demolidos”. Guterres habló también de “castigo colectivo” y “claras violaciones del derecho internacional humanitario en Gaza”.
La respuesta de Israel ha sido declarar ‘non grato’ al organismo internacional. “La ONU se creó para prevenir atrocidades como las cometidas por Hamás, pero la ONU está fracasando y usted, secretario general, ha perdido toda moral e imparcialidad. Está tolerando el terrorismo. Desde este momento, cada día que pase sin dimitir no hay justificación para la existencia de este edificio”, dijo indignado el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan.
“Debido a sus comentarios, nos negaremos a expedir visados a los representantes de la ONU. Ya hemos denegado el visado al subsecretario general de Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths. Ha llegado el momento de darles una lección”, afirmó el embajador nombrado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Una lección que llevaban años esperando. Recién nombrado embajador, Erdan escribió en septiembre de 2020 una columna en un periódico israelí en la que afirmaba que la ONU “se está arriesgando a perder los últimos vestigios de relevancia y legitimidad”. “Si la organización no puede tomar acciones contra los peores regímenes y continúa obsesionada con la cuestión palestina, en 75 años no habrá ONU para marcar su cumpleaños porque simplemente habrá perdido su derecho a existir”.
En el artículo el embajador también criticaba el “silencio” de la organización pese a la firma de los acuerdos de normalización firmados entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
Consejo de Derechos Humanos, “cómplice del terrorismo”
Uno de los grandes problemas del mundo ONU para Israel es el Consejo de Derechos Humanos, al que se opone desde su creación. El organismo nació en 2006 con solo cuatro votos en contra: Israel, EEUU, Palaos e Islas Marshall.
En 2019 el organismo concluyó que había “bases razonables” para creer que Israel había cometido “violaciones, en algunos casos constitutivas de crímenes de guerra” en su respuesta a las protestas del Gran Retorno en Gaza iniciadas el año anterior. Una resolución posterior aprobada por 23 votos a favor, 8 en contra y 15 abstenciones [tiene 47 miembros] condenó a Israel por la represión de manifestantes en Gaza.
Entre los votos a favor, el de España. “El voto español es vergonzoso y alienta el terror”, afirmó entonces Emmanuel Nahshon, portavoz del Ministerio de Exteriores israelí. “Daña el derecho de autodefensa de Israel”. Representantes israelíes protestaron en Ginebra contra el “sesgo antiisraelí”. “Hoy en Ginebra estamos diciendo que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es cómplice de la campaña terrorista de Hamás contra Israel”, decía a elDiario.es una fuente de la embajada israelí en España.
El Ministerio de Exteriores también relacionó un ataque posterior de Hamás con la resolución del Consejo. “Es un acto de agresión deliberado y peligroso de terroristas palestinos incentivado, sin duda, por la complacencia del Consejo de Derechos Humanos”, afirmó el portavoz de Exteriores.
Una de las causas principales de las tensiones entre Israel y el Consejo de Derechos Humanos es el llamado ‘punto número 7'. En 2007 el órgano de la ONU aprobó crear un punto permanente en la agenda del consejo para discutir las violaciones de derechos humanos en “Palestina y otros territorios árabes ocupados” en todas las sesiones. De los 47 miembros, solo Canadá se opuso a esta decisión. Israel denuncia que es el único país con un punto permanente en la agenda dedicado exclusivamente a estudiar su situación.
En 2022 Israel se negó a colaborar con una comisión de investigación del mismo organismo tras la ofensiva de 11 días de 2021 sobre la Franja alegando que “simplemente no hay razones para creer que Israel recibirá un trato igualitario, razonable y no discriminatorio por parte del Consejo”.
“UNRWA tiene que cerrar”
Netanyahu aboga también por la eliminación de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, UNRWA, creada en 1949 para asistir a los refugiados palestinos de la Nakba tras la creación del Estado de Israel. La ONU pide el “regreso de los refugiados”, la “restitución de la propiedad” y la “compensación”, pero el problema no se ha resuelto y la agencia cada vez atiende a más personas, ya que incluye a los descendientes de los refugiados. Comenzó con 750.000 personas y ahora alrededor de 5,9 millones pueden acceder a sus servicios.
“UNRWA es una organización que perpetúa el problema de los refugiados palestinos y perpetúa también la narrativa del llamado 'derecho a volver', cuyo objetivo es la eliminación de Israel. Por esas razones, UNRWA debe cerrar”, afirmó Netanyahu tras el anuncio del expresidente Donald Trump de retirar la financiación a la agencia.
Los bombardeos de Israel han matado a 35 trabajadores de UNRWA, incluidos profesores y trabajadores humanitarios, y han golpeado 29 de sus escuelas. Ocho de ellas utilizadas como refugio para desplazados internos. La agencia es el principal proveedor de ayuda humanitaria en Gaza, pero ha advertido que tendrá que cerrar todas sus operaciones si no entra combustible a la Franja.
La semana pasada la agencia informó en Twitter que había “recibido informaciones” de que un grupo de personas “fingiendo ser del Ministerio de Sanidad” se llevaron combustible y suministros médicos. Después eliminaron el tuit y publicaron un comunicado en el que afirmaron: “UNRWA confirma que no se ha producido ningún robo en ninguno de sus almacenes en Gaza”.
Tras eliminar la publicación inicial, la cuenta del Ministerio de Exteriores de Israel respondió: “Espera, UNRWA, ¿Hamás también ha entrado en tu cuenta de Twitter? ¿O solo tenéis miedo de decepcionar a vuestros amigos terroristas?”.
En 2019, Israel se retiró de la UNESCO siguiendo los pasos que antes había tomado EEUU. “Es un organismo que reescribe continuamente la historia, incluso eliminando la conexión judía con Jerusalén”, dijo el entonces embajador israelí ante la ONU, Danny Danon. “Está corrompida y manipulada por los enemigos de Israel y continuamente señala y condena al único Estado judío. No vamos a formar parte de una organización que actúa contra nosotros a propósito”.
La UNESCO ha publicado resoluciones criticando a la “potencia ocupante” de Israel y se ha llevado críticas por referirse con el nombre árabe a varios lugares disputados por ambas partes en la ciudad vieja de Jerusalén.