El juez del caso Stormy Daninels ha anunciado este viernes que pospone de forma indefinida la sentencia sobre la pena de Donald Trump, quien fue declarado culpable el pasado mes de mayo de los 34 delitos graves que se le acusaban. La decisión del juez Juan Merchan congela definitivamente la resolución del caso y supone una nueva victoria judicial para el ahora presidente electo. El único de los primeros casos penales contra Trump que consiguió llegar a juicio antes de las elecciones también ha acabado en vía muerta.
Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 enero con una condena de culpabilidad firme, pero sin tener una sentencia sobre la pena qué debe pagar. Para el republicano, la etiqueta de “convicto” nunca ha sido un problema y lo será menos cuando goce de la protección que le otorga la presidencia, la cual impide juzgar a un presidente en el cargo.
Merchan ha aceptado la petición de la defensa de Trump para presentar una solicitud para desestimar el caso, hecho que ha supuesto que el juez posponga sin nueva fecha la resolución de la pena que el ahora presidente electo debería cumplir por su condena. Inicialmente, el próximo martes 26 Merchan debía dictar sentencia.
Los abogados de Trump argumentaron que el caso debe ser desestimado porque su existencia mientras es presidente causaría “impedimentos inconstitucionales” para su capacidad de gobernar.
La decisión llega después de que este martes la fiscalía también se mostrara abierta dejar el caso suspendido hasta que el magnate finalice el mandato, pero se negaba a desestimar la condena. El juez también ha aceptado posponer la decisión sobre si la inmunidad presidencial aplica a Trump para este caso hasta que se hayan revisado los últimos recursos que ambas partes pueden presentar hasta el 2 de diciembre, aunque la defensa del magnate pidió.
El republicano se enfrentaba a hasta casi cuatro años de prisión por los delitos que fue hallado culpable, entre ellos el de falsificar los registros legales de los pagos a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio para que no explicara que habían mantenido relaciones sexuales. Como el pago que se falsificó se hizo para evitar un escándalo que pudiera dañar la campaña del magnate en las elecciones del 2016, Trump incurrió en un delito que violaba la ley de financiación electoral.
Inicialmente, Merchan había fijado el 12 de noviembre como la fecha límite para pronunciarse sobre la inmunidad presidencial. Aunque cuando llegó el día esperado, el juez anunció que volvía a retrasar la fecha hasta este martes 19.
En setiembre, el juez ya había anunciado que posponía también la pena por la sentencia del caso Stormy Daniels pasadas las elecciones del 5 noviembre y fijó como nueva fecha el 26 de noviembre. La decisión, según argumentaba el escrito presentado, respondía a la voluntad de no influir en el posible resultado de los comicios. Durante todo el proceso, Trump ha capitalizado el juicio para mostrarse como la víctima de una supuesta persecución política.
La estrategia de posponer los juicios penales hasta pasadas las elecciones ha resultado dar sus frutos: Trump no solo se salvará de la pena de la condena del caso de Nueva York, sino que con toda probabilidad se dará carpetazo a los dos casos federales, mientras que el juicio estatal de Georgia sigue congelado desde hace meses.
El fiscal especial Jack Smith, a cargo de los dos casos federales –el de los papeles clasificados de Mar-a-Lago y el del intento de asalto al Capitolio–, ya está trabajando para ver como cierra ambos procesos antes de que Trump tome posesión. Una vez lo haga, Pam Bondi, a quien el republicano ha nominado como su nueva fiscal general, tendrá poder para desestimarlos si no se han cerrado antes.