El martes por la noche el equipo de Kamala Harris cancelaba su discurso en la Howard University de Washington ante la avasalladora victoria de Donald Trump. Unas dieciséis horas después, Harris ha salido al escenario donde tenía la esperanza de hacer historia como la primera presidenta negra de los Estados Unidos para aceptar la derrota. “El resultado no es lo que queríamos”, ha dicho Harris, quien esta mañana ya había llamado al republicano para reconocer su triunfo en los comicios.
Harris, quien se ha comprometido a llevar a cabo un traspaso “pacífico” de poderes, ha querido convertir el discurso del fracaso electoral en una lección de principios democráticos frente a un Trump que en 2020 se negó a aceptar la victoria de Joe Biden y que aún hoy sigue sin reconocer que perdiera. “No es por lo que habíamos luchado, votado, pero la luz de la extraordinaria promesa de EEUU siempre brillará. Nunca nos rindamos y sigamos luchando. Sé que hay muchas emociones ahora, pero debemos aceptar los resultados de estas elecciones, es la diferencia entre nosotros y una monarquía o tiranía. Todos somos leales a la Constitución de EEUU, no a un partido o al presidente”, ha insistido la demócrata.
Encajar que Trump vuelve a la Casa Blanca no es tarea fácil para los demócratas, quienes habían volcado todas sus esperanzas en la vicepresidenta. Aun así, Harris ha intentado mantener los ánimos altos y ha enviado un mensaje de esperanza a sus seguidores. “Estoy aquí para decir que doy por perdidas las elecciones, pero no la lucha que ha alimentado nuestra campaña. La lucha por la libertad, por las oportunidades, la justicia, la dignidad de todo el pueblo, de las ideas del corazón de nuestra nación: nunca dejaré de batallar por un futuro en el que EEUU pueda luchar por las aspiraciones”, ha defendido la vicepresidenta.
Los demócratas saben que viene tiempos oscuros, Trump se sentará en el Despacho Oval con un Tribunal Supremo de mayoría conservadora y con mayoría en el Senado. Prácticamente, controlará los tres poderes (falta por confirmar si también ganará la Cámara de los Representantes) por al menos dos años, hasta las elecciones de medio mandato. Se trata un espacio de tiempo en los que el republicano tendrá manga ancha para desplegar su agenda conservadora y cumplir con la venganza contra sus rivales políticos. Es por ello que Harris ha pedido a los suyos no rendirse: “A veces la lucha lleva tiempo, pero no quiere decir que no podamos ganar”.
Las nubes y la luz mortecina del sol esta tarde en Washington acompañaban las caras largas de los seguidores de la vicepresidenta. A pesar de que de fondo sonaba “Who Runs the World” de Beyoncé, la fotografía era la de una mujer volviendo a quedarse a las puertas de la Casa Blanca. Harris, igual que Clinton en 2016, ha tenido que aceptar la derrota frente uno de los candidatos más misóginos que se recuerden. En los últimos días de la campaña, Trump había elevado la agresividad y había insultado a Harris. La fiscal ha perdido contra el convicto.
Después de la llamada de Harris, el presidente Joe Biden también ha llamado a Trump para felicitarlo por su victoria este miércoles por la mañana. El propio demócrata ha invitado al republicano a reunirse con él en la Casa Blanca y se ha comprometido en garantizar un traspaso de poder “pacífico”. La promesa no es difícil de cumplir teniendo en cuenta que el candidato ganador era el que agitaba el fantasma de la violencia en caso de perder. Biden también comparecerá este jueves ante la nación para hablar sobre el resultado electoral de este martes.
Han pasado 92 días desde que Harris fue nominada como la candidata para los demócratas en lugar de Biden. El giro de guion con Harris al delante del ticket electoral devolvió la esperanza al partido y remontó los números en una encuestas que se habían acabado de hundir después del desastroso de bate de Biden contra Trump en la CNN. A pesar de que Harris fue capaz de revivir una campaña que parecía perdida, los resultados en las urnas no se han correspondido.
Harris ha perdido el muro azul (Pensilvania, Wisconsin y Michigan) que Bien consiguió recuperar en 2016. Tampoco ha sido capaz de conservar Georgia y tampoco parece que vaya a conservar Arizona ni Nevada, según las últimas proyecciones de Associated Press. De los siete swing states que se proyectaban estas elecciones, Harris ha perdido en todos. En medio de la crisis interna del partido, un Biden cada vez más solo aseguró una vez que solo él estaba capacitado para derrotar a Trump.