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ENTREVISTA

Lanxin Xiang, experto de la Universidad de Shanghái: “El interés de China es que la guerra en Ucrania no se expanda”

Lanxin Xiang en Barcelona.

Emili Serra

17 de marzo de 2022 22:45 h

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Lanxin Xiang (Nankín, 1956) es experto en relaciones internacionales y en la historia moderna de China. Dirige el Institute of Security Policy de la Universidad de Shanghái, aunque este año da clases en Washington como profesor visitante en la Elliott School of International Affairs de la Universidad George Washington. Xiang, liberal dentro del espectro de pensadores políticos chinos, se considera “patriota”, pero es crítico con el Partido Comunista de China en el poder y cree que el país debería adoptar la democracia. Dejó de escribir sus columnas en el Global Times, el principal periódico del régimen, hace años y tacha a su antiguo editor, Hu Xijin, de ser “un poco fascista”.

Participó el pasado fin de semana en el seminario internacional War and Peace in the 21st Century, organizado por el centro de estudios de Barcelona CIDOB, en cuya sede atendió a elDiario.es.

¿Se esperaba la invasión?

Para mí fue una sorpresa total. Sabía que la estrategia de Putin era una gran amenaza y que su objetivo fundamental es la neutralidad de Ucrania, que es la verdadera demanda. Pensé que Ucrania aceptaría. Pero una operación militar a gran escala como esta es realmente una sorpresa para mí.

¿Qué implicaciones cree que tiene la guerra para la relación de China con Occidente?

Creo que depende de cómo vaya la guerra, depende de lo que quiera hacer Estados Unidos. No es fácil de saber porque si Estados Unidos decide utilizar la guerra como otra arma diplomática o retórica contra China, empujará a China más cerca de Rusia. Sería como una Guerra Fría. Si Estados Unidos o Europa quieren que China haga algo para ayudar a conseguir una paz negociada, entonces la relación probablemente mejorará. Pero no diría que con “Occidente”. Siempre advierto contra la idea de que hay un solo Occidente, aunque en este momento parece que esté surgiendo así. Pero utilizar Occidente frente a China es un prejuicio cultural. Diría que incluso una discriminación.

Entonces, ¿mediará China en el conflicto?

Creo que el interés de China es que esta guerra no se expanda ni se descontrole. No le interesa a nadie. Pero para el punto de vista chino, cuanto más corta sea la guerra, mejor. China tendrá un gran interés en desempeñar un papel de mediador. Pero depende de las dos partes, de si quieren que China lo haga. Probablemente China sería un mediador más eficiente que, digamos, Turquía, porque Turquía es miembro de la OTAN y tiene muchos problemas con Rusia. Antes, China tenía excelentes relaciones con Ucrania y al mismo tiempo con Rusia. Hace falta un mediador que no sea parcial, que no tenga prejuicios. Así que China estaría muy contenta si ambas partes quieren que lo haga. China dedicará serios esfuerzos a la mediación, no me cabe duda.

Hace poco fue el 50 aniversario del encuentro de Nixon con Mao que marcó la relación entre ambos países durante el resto del siglo. Hace un par de años, usted dijo en una entrevista que pensaba que la relación entre EEUU y China estaba en su peor momento. ¿Cómo cree que está ahora?

Ahora mismo, la situación es muy, muy peligrosa. La guerra de Ucrania la hace aún peor. Nunca pensé que vería otra guerra entre Estados Unidos y China, pero ahora parece cada vez más posible. Eso me preocupa mucho. Diré que el mayor problema es que EEUU trata de convertirla en una guerra ideológica, lo que es diferente del periodo de Nixon y Kissinger. En aquella época, por supuesto, China y Estados Unidos tenían intereses comunes porque tenían un enemigo común, que era la Unión Soviética. Así que no se preocupaban realmente por el aspecto ideológico. Hoy en día, Estados Unidos parece estar pasando muy rápidamente a una mentalidad de Guerra Fría, que no solo implica una confrontación militar, sino que necesita una guerra ideológica. Hay que definir al rival no sólo como malo, sino como fundamentalmente desesperado, equivocado. Como un sistema malo, donde solo hay un partido único, no una democracia. Y que su comportamiento va contra la humanidad. Por lo tanto, Estados Unidos parece estar utilizando todos los medios para exagerar esas cuestiones ideológicas contra China, supongo que principalmente por razones políticas internas.

¿Qué probabilidad hay de que, después de la invasión de Ucrania, China lance una operación similar en Taiwán?

Taiwán es una posible chispa que desencadenaría una gran confrontación militar. Es un peligro real, un gran problema ahora después de esta guerra en Ucrania. Pero no estoy de acuerdo con la tendencia de la prensa occidental de comparar automáticamente Ucrania a la cuestión de Taiwán. No es lo mismo. Putin está lanzando una guerra contra un Estado soberano. Taiwán no es un Estado soberano. Ahora, incluso si China decide usar la fuerza, que espero que no, habría una base legal allí, una base legal internacional, que se estableció desde la época de la guerra, en la declaración de El Cairo y en Potsdam. EEUU trata de convertir esta cuestión de Taiwán en la Ucrania del Este. Dicen que es lo mismo porque es una democracia, un argumento ideológico de nuevo.

En cuanto a la supervivencia económica de Rusia, ¿tiene China la capacidad de salvarla?

No tengo ninguna duda de que China ayudará. Y está ayudando. El comercio internacional ruso es principalmente tres cosas. Energía, alimentos (trigo) y armas. Estas son las tres cosas principales. China tiene un apetito insaciable por las tres. No hay duda de que, para China, Rusia va a ser el mercado más importante. Ya es el mercado más importante ahora. Pero lo será aún más. No estoy hablando de que China ayude a Rusia: las necesidades comerciales normales en sí mismas ya ayudarán a las condiciones económicas rusas. El segundo aspecto es la ayuda financiera. Rusia ya se está preparando para esto, aunque no está lista todavía. Han empezado a diversificar sus reservas bancarias. Empiezan a usar otras divisas, y una gran cantidad de dinero está en bancos chinos, por lo que la relación ya está ahí.

¿Cómo cree que afectará la crisis de Ucrania al dólar y a la economía de Estados Unidos?

Lo que Estados Unidos está tratando de hacer es confiar en el escenario de que la economía rusa se derrumbe pronto. Tal vez en dos meses. Si ese es el caso, el régimen de Putin habrá terminado. Pero el efecto real de las sanciones tardará más tiempo en afectar a Estados Unidos. Así que la idea es que si Rusia colapsa antes, ellos también sufrirán antes. El impacto en EEUU se producirá tal vez cinco meses o seis meses más tarde. EEUU está pensando en esa dirección, y pienso que puede ser un error de cálculo. Mi sensación es que la economía rusa será capaz de sostenerse mucho más tiempo del que EEUU cree. Sean cuales sean sus consecuencias, las sufrirán. La inflación, la cadena de suministro, la energía y todo lo demás. Europa tiene una agenda totalmente diferente. Estados Unidos quiere tomar una gran cantidad de cuota de mercado de Rusia en la energía, pero la energía de EEUU es mucho más cara. Todo el mundo sabe que eso no tiene sentido económico. La agenda europea me parece que quiere una guerra más corta. Y levantar sanciones rápido. ¿China quiere una guerra más corta? No hay duda. 

Pone mucho énfasis en diferenciar Estados Unidos de Europa al hablar de Occidente. ¿Cómo deja la guerra la relación entre Europa y China? 

Antes de la guerra, la relación ya no estaba realmente en buenos términos porque los europeos decidieron unirse a la guerra ideológica estadounidense contra China. En todas las demás cuestiones, Europa solía ser pragmática, por así decirlo. Hacían diplomacia práctica con China y mantenían los intereses económicos en China bastante bien. Ahora, ¿cuál es su futuro? Depende de cuánto dure esta guerra. China y Europa tienen un interés común en resolver rápida y pacíficamente este problema. Los estadounidenses son los únicos que quieren que dure más. Por lo tanto, si a China se le permite desempeñar un papel serio de mediación y lo consigue, mi sensación es que las relaciones entre Europa y China mejorarán mucho, porque los europeos también se darán cuenta de que limitarse a seguir la política de Estados Unidos puede no ser una buena idea. Tenemos que hacer lo que la UE llama la autonomía estratégica. Tenemos que impulsar eso porque los estadounidenses siempre tienen su propia agenda. Por lo tanto, la UE debe desarrollar su propia política independiente sobre China y no seguir necesariamente el ejemplo de Estados Unidos.

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