La UE va consumando su posicionamiento más duro contra la inmigración impulsado por los países que están en manos de la derecha y la extrema derecha. El endurecimiento del control fronterizo se ha convertido en una de las prioridades de los 27, a juzgar por las conclusiones del Consejo Europeo, en detrimento de posturas como la de España, que aboga por mejorar la relación con los países de origen y tránsito para abordar el fenómeno migratorio desde una perspectiva positiva -de cooperación, colaboración o ayuda- y no restrictiva. Una de las decisiones de los líderes en una maratoniana reunión este jueves que se prolongó hasta la madrugada ha sido pedir a la comisión que financie medidas de los estados miembros para contribuir al control de las fronteras externas de la UE, como “proyectos piloto de gestión fronteriza”.
En la rueda de prensa posterior, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha especificado que se financiarán dos proyectos pilotos a los que se proveerá de un “paquete integrado de infraestructura móvil e inmóvil” que incluya torres de vigilancia, cámaras, etc. “Uno de los proyectos tiene una valla y no funciona bien”, ha explicado la jefa del ejecutivo comunitario, que siempre ha defendido que Bruselas no podía financiar el levantamiento de muros para separar Bulgaria de Turquía, como reclaman algunos países, como Hungría, Austria y otros del este, y en contra del criterio del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
“No hay dinero en el presupuesto europeo para eso. Si gastamos dinero en vallas no habrá dinero para otras cosas”, había dicho unos días antes la comisaria de Interior, Ylva Johansson, que presentó una estrategia para el retorno de migrantes a los que se les ha denegado el asilo, que está en porcentajes muy bajo. Aquello supo a poco a muchos de los países y Von der Leyen envió una carta a los estados miembros en la que hablaba de reforzar el personal, el control y la financiación para infraestructuras y equipamiento así como impulsar un proyecto piloto, pero centrado en el retorno.
Lo que ahora figura en las conclusiones del Consejo Europeo es una directriz a la Comisión Europea para que “inmediatamente movilice fondos y medios sustanciales para apoyar a los estados miembros a reforzar sus capacidades de protección de fronteras e infraestructura, medios de vigilancia, incluyendo vigilancia aérea, y equipamiento”. Eso supone, a ojos del canciller austríaco, Karl Nehammer, que la UE dará más medios a los países en forma de vehículos o personal para que estos puedan destinar sus propios fondos a “endurecer la valla”, es decir, financiar en último término la capacidad para levantar fronteras físicas, informa Politico.
En los últimos días, los países con posturas más anti-inmigración habían calentado el debate al exigir que el Consejo Europeo hiciera una mención expresa a la financiación de infraestructuras para el control fronterizo. Austria había llegado a amenazar con bloquear las conclusiones de la cumbre extraordinaria de los 27. Ocho países –liderados por Austria, pero entre los que se encuentran también Dinamarca, Grecia, Letonia, Eslovaquia, Malta, Estonia y Lituania– enviaron la víspera de la cumbre una carta a los presidentes de la Comisión Europea y el Consejo Europeo pidiendo que destine más fondos y medios a la protección de las fronteras exteriores.
Esos posiciones han hecho saltar las alarmas de los socialdemócratas europeos, que ya advirtieron en contra del viraje del que acusan a la presidencia sueca, cuyo gobierno se sustenta en el apoyo de la extrema derecha, durante el último encuentro de los ministros del Interior. “No podemos aceptar este giro brusco a la derecha y el uso de fondos europeos para construir una 'Europa Fortaleza'. Cada euro en una valla es un euro que no se usa para ahorrar y ayudar a la gente”, ha expresado la jefa del grupo, Iratxe García, al acabar la reunión de los líderes.
“España no comparte la visión securitaria que muchos países están planteando”, reconoció Pedro Sánchez al acabar la cita en una rueda de prensa en la que insistió en que la “cuestión de la migración como se puede afrontar es reforzando la colaboración con los países de origen y tránsito. ”No se resuelve con vallas o muros más altos“, sentenció.
A España le corresponderá en buena medida liderar el debate del pacto migratorio durante la presidencia rotaria de la UE el próximo semestre, y todos los implicados esperan que en ese momento se cierre un acuerdo que por ahora se resiste. Aún así, el jefe del Ejecutivo dejó la decisión última sobre la financiación de las vallas en manos de la Comisión, pese al rechazo de España. “No es lo que defendemos”, reconoció antes de asegurar que negociarán “en aras del compromiso y el acuerdo”.
El Consejo Europeo ha ido, además, un paso más allá respecto a sus últimas conclusiones sobre el tema al dejar clara la intención de usar medidas restrictivas de los visados a los países que no contribuyan en el retorno de las personas migrantes.