El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha afirmado este miércoles en el Parlamento que actuó conforme a la ley para “defender a las personas” durante el secuestro del avión de la aerolínea Ryanair que fue desviado de su recorrido (Grecia-Lituania) y obligado a aterrizar en Bielorrusia para detener a dos opositores al régimen bajo el pretexto de que existía la amenaza de bomba en el avión.
“Actué conforme a la ley al defender a las personas de acuerdo con todas la normas internacionales”, ha dicho Lukashenko en una intervención ante ambas cámaras del Parlamento y otras autoridades, según la agencia oficial bielorrusa BELTA. El presidente, que lleva 26 años en el poder y ha sido apodado como el 'último dictador de Europa', ha calificado de “total mentira” que el avión fuese obligado a aterrizar por un avión de combate MiG-29, señalando que su misión era garantizar las comunicación y acompañar al avión.
“El aviso de que había una bomba en el avión provino de Suiza”, ha dicho Lukashenko, citado por el canal de Telegram Pul Pervogo (Primer canal), asociado con la presidencia bielorrusa. Ha insistido en que la tripulación del avión se comunicó con su compañía y con el aeropuerto de Vilna, su punto de destino, pero tomó la decisión de aterrizar en Minsk. Lukashenko, por tanto, ha rechazado que fuese una operación de las autoridades para detener a Roman Protasevich y a Sofia Sapega. Sin embargo, ambos están actualmente detenidos y las autoridades han publicado vídeos en los que aparencen confesando. Este tipo de vídeos forman parte del manual de los servicios de inteligencia y la policía. Hace meses ya forzaron a la líder opositora, Svetlana Tijanóvskaya, a reconocer los resultados y huir del país.
“La central nuclear bielorrusa está situada cerca de la ruta de vuelo. El avión hizo un giro en [forma de ] U cerca de esta zona. ¿Y si algo saliera mal? ¿Necesitamos otro Chernóbil aquí? ¿Cómo respondería Estados Unidos en una situación así, dada su triste experiencia?”, ha dicho el presidente, según recoge BELTA, insistiendo en la teoría de la amenaza de bomba. Ha agregado que, por orden suya, “todos los sistemas de protección de la planta nuclear, incluida la defensa aérea, se pusieron instantáneamente en alerta máxima”.
“Les pido que entiendan una cosa muy sencilla: si el avión tuviera una bomba y los terroristas tuvieran la intención de hacerlo explotar, no habríamos podido hacer nada al respecto. Pero no podía permitir que el avión cayera sobre las cabezas de nuestra gente”, ha dicho Lukashenko.
La comunidad internacional ha exigido la liberación inmediata del periodista, incluido en una lista de extremistas por el KGB bielorruso, y de su pareja, Sofía Sapega.En respuesta a la “piratería” y “secuestro” del avión por parte de Minsk, la Unión Europea (UE) ha acordado ampliar las sanciones contra el régimen de Lukashenko, cerrar el espacio aéreo con ese país y recomendar a las aerolíneas europeas evitar el sobrevuelo. La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos ha calificado el incidente de “arresto arbitrario e ilegal”.
“Nuestros detractores tanto dentro como fuera del país han cambiado los métodos de ataque contra el Estado. Han cruzado numerosas líneas rojas (...). Ya no es una guerra informativa, es una guerra híbrida moderna”, ha dicho el presidente bielorruso en su intervención.
Lukashenko ha agregado que sus adversarios “han pasado de la organización de revueltas a una etapa de estrangulamiento”. “Buscan nuevas vulnerabilidades y esto apunta no solo contra nosotros: para ellos somos un polígono de pruebas antes de lanzarse hacia el Este”, ha dicho el mandatario, en alusión a que el próximo objetivo es Rusia.