El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha responsabilizado al expresidente Jair Bolsonaro del asalto al Congreso, al Tribunal Supremo y a la sede del poder ejecutivo por parte de miles de bolsonaristas radicales este domingo. “Aprovecharon el silencio dominical, cuando aún estábamos constituyendo el Gobierno, para hacer lo que hicieron. Hay varios discursos del expresidente animando a ello y esto también es responsabilidad suya y de los partidos que le apoyaron”, ha señalado.
“Esa gente que llamamos fascistas invadió el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo y el Palacio del Planalto. Todas las personas que hicieron esto serán encontradas y castigadas”, ha señalado en una rueda de prensa en la que ha anunciado que volverá a la capital. “Voy a volver a Brasilia a visitar los tres palacios y vamos a intentar descubrir quién ha financiado todo esto. Investigaremos también si alguien del Gobierno federal está metido en esto”, ha dicho el presidente. “Todo el mundo sabe que hay discursos del expresidente Bolsonaro estimulando lo ocurrido y él es responsable”, ha añadido, recordando que el expresidente se negó a traspasarle la banda presidencial.
Lula ha decretado este domingo la intervención de las fuerzas de seguridad federal en la capital. El magistrado del Tribunal Supremo, Alexandre De Moraes, también ha ordenado a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado actuar para liberar cualquier tipo de vía o edificio público ocupado por partidarios de Bolsonaro.
De Moraes también ha apartado de su cargo al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, por 90 días. El juez, que atendió una petición de aliados de Lula, ha dicho que “la escalada violenta” contra la sede de los tres poderes “solo podía ocurrir con la anuencia, y hasta la participación efectiva,” de las autoridades competentes por la seguridad pública e inteligencia.
De esta forma, De Moraes ha señalado directamente a Rocha, quien horas antes había pedido disculpas al presidente Lula y a la cúpula de los poderes Legislativo y Judicial por los graves acontecimientos ocurridos este domingo en la capital brasileña.
Rocha también había dicho en Twitter que había destituido a su secretario de Seguridad, Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia en los dos últimos años del Gobierno de Bolsonaro (2019-2022) y es una figura muy cercana del ahora exgobernante. Además, la Fiscalía ha solicitado al Tribunal Supremo la detención de Torres.
“Pagarán con la fuerza de la ley”, ha señalado Lula. “Es preciso que esta gente sea castigada de manera ejemplar. Esto nunca había pasado ni en el auge de la llamada lucha armada de este país ni en ninguna de las disputas de los poderes del Estado”, ha añadido.
El mandatario progresista ha calificado de “barbarie” los graves altercados vividos en la capital brasileña por parte de radicales de la extrema derecha que exigen una “intervención” militar que devuelva al poder a Jair Bolsonaro, que se encuentra en Estados Unidos. Lula también ha criticado la actuación policial. “La policía no ha hecho nada. Solo ha dejado pasar a los manifestantes”.
“La democracia garantiza el derecho de la libertad de expresión”, pero “exige que las personas respeten las instituciones”, ha dicho Lula, quien juró como jefe de Estado de Brasil el pasado 1 de enero y que ha recordado todas las elecciones en las que perdió y en las que respetó los resultados.
Lula se encontraba este domingo en Araraquara, en el interior de Sao Paulo, para conocer los daños provocados por las fuertes lluvias de los últimos días en la región.