En la semana que separa las dos votaciones serán fundamentales los movimientos y las consignas de voto, y los movimientos han empezado nada más conocerse los resultados. En particular, la decisión que toman los candidatos que han terminado la primera vuelta en tercera posición, que ahora tienen que decidir si se retiran de la carrera y piden a sus votantes que apoyen a un partido rival para bloquear una victoria del candidato del partido ultra de Marine Le Pen y Jordan Bardella, en aquellas circunscripciones en las que la extrema derecha haya llegado a la final.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido “una unión amplia claramente democrática y republicana” frente a la extrema derecha en la segunda vuelta de las legislativas, en una declaración enviada a la agencia AFP.
De momento, la coalición presidencial ha pedido a aquellos candidatos que hayan llegado en tercera plaza a retirarse “en favor de candidatos [de otros partidos] que estén en condiciones de derrotar a AN y con los que compartamos lo esencial: los valores de la República”. En un comunicado, Juntos por la República señala que “frente a la amenaza de una victoria de la extrema derecha, hacemos un llamamiento a todas las formaciones políticas para que actúen con responsabilidad y hagan lo mismo [bloquear a la extrema derecha]”.
No obstante, la mayoría presidencial considera también que los candidatos de Francia Insumisa, partido de izquierdas del Nuevo Frente Popular, no comparten esos valores republicanos. “El Nuevo Frente Popular está pagando su alianza con Francia Insumisa, un partido conocido por provocaciones antirrepublicanas [referencia a los valores de la República]”, dice el comunicado, y asegura que por eso la coalición progresista no está en condiciones de ser una alternativa de Gobierno.
Desde el patio del Hôtel de Matignon, residencia del primer ministro, Gabriel Attal advirtió, con aire grave, que “la extrema derecha está a las puertas del poder”. Último líder político en pronunciarse públicamente, Attal afirmó que el objetivo de ahora en adelante es “impedir que RN consiga una mayoría absoluta en la segunda vuelta, que dominen la Asamblea Nacional y que gobiernen el país con el proyecto funesto que es el suyo. Ni un voto debe ir a RN en estas circunstancias. Francia merece que no dudemos”.
“La democracia ha hablado”, ha sentenciado una victoriosa Marine Le Pen desde su feudo de Hénin-Beaumont, en el departamento de Paso de Calais, ante un auditorio lleno de seguidores agitando banderas tricolores, a los que anunció haber sido reelegida en su circunscripción en la la primera vuelta. La líder del partido declaró que la ventaja de AN demuestra que los electores “en un voto sin ambigüedades, [han] demostrado su voluntad de pasar página tras siete años de gobierno arrogante y corrosivo” de Macron.
Tras conocerse los resultados, Le Pen ha pedido una mayor movilización de cara al próximo domingo. “Nada está ganado y la segunda vuelta será decisiva, para evitar que el país caiga en manos de la coalición Nupes, una extrema izquierda con tendencias violentas”, ha asegurado la líder ultra, llamando por su antiguo nombre al Nuevo Frente Popular. Para Le Pen, la cita del domingo próximo será “decisiva para dar a Jordan [Bardella] la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, para lanzar desde la próxima semana la recuperación de Francia y el restablecimiento de la unidad y la concordia nacional”.
El propio Bardella se ha expresado en esta misma línea desde París, donde siguió la noche electoral en un salón de actos en uno de los barrios más exclusivos de la capital, en la avenida Wagram. “Si los electores nos dan la mayoría absoluta para volver a poner en pie este país , tengo la intención de ser el primer ministro de todos los franceses”, ha asegurado.
Retransmitidas por una pantalla, las palabras de Le Pen han sido recibidas con algún abucheo aislado en el edificio donde la formación de izquierdas Francia Insumisa sigue los resultados, en el 10º distrito de París. Subido al estrado, en unas palabras que han despertado una ovación de los aquí congregados, el fundador de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha anunciado la retirada de los candidatos que han quedado terceros en las circunscripciones en las que la extrema derecha ha quedado en cabeza. “Ni un voto más, ni un escaño más para AN. Nuestras instrucciones son claras”, ha dicho.
Mélenchon ha señalado que el país “debe elegir”. “¿Agravará lo peor de sus divisiones, las de las desigualdades sociales y las diferencias religiosas, o se unirá para formar un solo pueblo, consagrado a la ayuda mutua y al bien común sin condiciones previas?”, ha preguntado en un discurso en el que también ha celebrado la “dura e indiscutible derrota” infligida al bando de Macron.
Mélenchon se ha marchado rápidamente tras terminar sus palabras, flanqueado por el coordinador del partido, Manuel Bompard, quien en una entrevista televisiva ha deplorado el “mecanismo político que intenta poner a AN y LFI al mismo nivel”. “Es inaceptable e insoportable”, ha afirmado.
El expresidente francés François Hollande, candidato a diputado en los comicios legislativos por el Nuevo Frente Popular (que engloba al Partido Socialista), pidió una “unión lo más amplia posible” para la segunda vuelta contra la ultraderecha de Marine Le Pen, vencedora en la primera ronda.
Tras conocerse las primeras proyecciones, que otorgan a la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) alrededor de un tercio de los votos y dejan al NFP en segundo lugar con en torno al 28 %, Hollande apeló a ser “consciente” de que la unión es necesaria para impedir una potencial mayoría absoluta de la extrema derecha en la Asamblea Nacional.
Esa unión debe ser “lo más amplia posible” y llamó a todos los electores, “más allá de la izquierda”, a expresarse en consecuencia para defender los valores republicanos y tener una futura Asamblea Nacional que respete los derechos humanos, sin importar las consignas de voto que emitan los cabezas de partido.