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Macron pierde la mayoría absoluta ante el avance de la izquierda de Mélenchon y la subida de la extrema derecha

Amado Herrero

París —
19 de junio de 2022 20:13 h

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El partido de Emmanuel Macron y sus aliados no repetirán mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Con 245 diputados, según los datos del Ministerio de Interior con el 100% escrutado, la coalición presidencial Ensemble se queda lejos de los 289 escaños necesarios. Un revés para el presidente, que esperaba mantener el control del Parlamento y poder llevar a cabo sus grandes reformas sin necesidad de llegar a acuerdos con el resto de fuerzas políticas.

La estrategia de ser “al mismo tiempo de derechas y de izquierdas” que ha mantenido el jefe de Estado desde su llegada al poder no ha funcionado esta vez. Después de un primer mandato orientado hacia la derecha –con dos primeros ministros procedentes del partido Los Republicanos–, el giro a la izquierda que supuso el nombramiento de Élisabeth Borne como primera ministra no ha sido suficiente para frenar a la alianza de fuerzas progresistas forjada en torno a Jean-Luc Mélenchon, que ha obtenido 131 escaños, según Interior. La cadena pública France Info les otorga 133, ya que incluye en las filas de Nupes a dos candidatos de la plataforma que el ministerio ha etiquetado como “Otros partidos de izquierda”.

“La derrota del partido presidencial es total y no existe la posibilidad de que forme ninguna mayoría”, ha afirmado Jean-Luc Mélenchon. El líder de Nupes, que no se presentaba a la reelección de su escaño en su antigua circunscripción de Marsella, ha aprovechado su intervención en la noche electoral para anunciar un cambio en su participación en la política, “aunque mi compromiso está y seguirá estando hasta mi último aliento en las primeras filas, si así lo queréis”.

La Agrupación Nacional de Marine Le Pen contará, por primera vez desde 1986, con un grupo propio en la Asamblea, pasando de 8 diputados a 89. “Hemos logrado el grupo más numeroso de la historia de nuestra familia política”, ha celebrado Le Pen después de conocer los resultados nacionales y su propia reelección en su circunscripción del Pas-de-Calais. “Hemos logrado los tres objetivos que nos habíamos propuesto: convertir a Emmanuel Macron en un presidente en minoría; continuar la recomposición política y constituir un grupo de oposición decisivo contra los destructores; los de arriba, la 'macronía', y los de abajo, la extrema izquierda”.

Aunque el aumento de la abstención en Francia es una constante en las últimas décadas, esta vez los franceses parecen particularmente desinteresados en las elecciones legislativas. La abstención en la segunda vuelta se ha situado en casi el 53,77%, lo que supone un aumento en comparación con la primera vuelta (52,5%) y marca un máximo histórico.

Campaña anestesiada

Emmanuel Macron y Élisabeth Borne –reelegida este domingo como diputada en su circunscripción de Calvados, en Normandía– habían apostado por una campaña discreta en el mes previo a las elecciones, evitando los temas más delicados como la reforma de las pensiones, que tienen prevista para esta legislatura. Una discreción que desde el propio Gobierno han calificado como “respiro democrático” tras las elecciones presidenciales. Borne y sus ministros solo han entrado en campaña con más fuerza en la última semana, con una estrategia de comunicación centrada en la oposición contra “los extremismos” que apuntaba a los candidatos de Francia Insumisa (el partido de Mélenchon) y la Agrupación Nacional de Le Pen.

Con una Le Pen mucho menos presente que en la campaña presidencial, Jean-Luc Mélenchon y su apuesta por un resultado que obligase a Macron a nombrarle primer ministro han logrado poner a la Nupes en el centro de los debates y aumentar el número de diputados de las fuerzas progresistas de 64 en 2017 a 131 en esta ocasión. Para las fuerzas de izquierdas, estas elecciones han permitido movilizar un frente “anti-Macron” y erigirse como contrapoder, apuesta que les ha valido situarse como principal partido de la oposición.

La primera ministra, Élisabeth Borne, ha calificado la ausencia de mayoría absoluta para el Gobierno de “riesgo para el país”, en referencia a los retos a los que se enfrenta Francia tanto en política interior como en el ámbito internacional. “Trabajaremos desde mañana para construir una mayoría de acción”, ha anunciado, haciendo una llamada a otras fuerzas políticas. “No hay alternativa a esta coalición para garantizar la estabilidad de nuestro país: hay que asociar las múltiples sensibilidades y construir los compromisos adecuados para actuar al servicio de Francia: el pueblo francés nos pide que nos unamos”.

Legislatura incierta

Una de las razones que los especialistas señalan como causa de la baja participación es la verticalidad del poder en el actual sistema. En los primeros cinco años de mandato de Emmanuel Macron, el poder ha estado en el Elíseo y en el Gobierno, que acaparan la mayoría de iniciativas legislativas. La Asamblea Nacional había perdido también su labor de control con una oposición en manos de la derecha de Los Republicanos, alineados en muchos casos con las políticas presidenciales. Por otro lado, la ausencia de debates –especialmente en televisión– no ha permitido tratar grandes cuestiones de fondo en la campaña, como la ecología, la educación, la salud, la seguridad o la inmigración.

Ahora queda por ver cómo el Gobierno va a manejar la nueva situación. Para aprobar las leyes, el partido presidencial tendrá que mirar a otras fuerzas políticas, como la derecha gaullista de Los Republicanos y sus aliados, que habrían obtenido 74 diputados. Si bien estas elecciones han conducido a un reparto más justo de las fuerzas políticas en relación a su porcentaje de voto nacional, se plantea la cuestión de la legitimidad de una Asamblea Nacional elegida con la participación de menos de la mitad del electorado.

La capacidad del Parlamento para implicar a los ciudadanos en sus decisiones plantea dudas de cara a los grandes proyectos legislativos previstos en este mandato. El antecedente más relevante en este sentido fue la votación de la limitación de velocidad a 80 km/h y el impuesto sobre el carbono, aprobados por la mayoría presidencial bajo el impulso del Ejecutivo y que sirvieron de detonante para las protestas de los chalecos amarillos.

Varios ministros se jugaban la continuidad en el Gobierno al ser candidatos a lograr o reeditar escaño. La titular de Sanidad, Brigitte Bourguignon, fue derrotada por la candidata de la extrema derecha Christine Engrand en la 6ª circunscripción de Paso de Calais y tendrá que dimitir según una norma impuesta por Macron. Lo mismo que su homóloga en el Ministerio de la Transición Ecológica, Amélie de Montchalin, batida por un candidato de Nupes. Además, otros apoyos importantes del jefe de Estado, como el expresidente de la Asamblea Nacional Richard Ferrand y el exministro del Interior Christophe Castaner también han perdido el escaño en sus circunscripciones.