El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha aceptado la dimisión del Gobierno kazajo presentada tras las intensas protestas desatadas en la nación centroasiática por el alza del precio del gas licuado. Las movilizaciones de este miércoles han causado disturbios en varias ciudades del país
“Aceptar la dimisión del Gobierno de Kazajistán”, reza el correspondiente decreto publicado en el sitio web de la Presidencia kazaja.
Tokáyev ha designado al viceprimer ministro, Aliján Smaílov, al que calificó de “experimentado economista” y “dirigente cualificado”, como primer ministro en funciones del Gabinete, que continuará cumpliendo su labor hasta la designación de uno nuevo.
El mandatario kazajo ha agradecido al anterior primer ministro Askar Mamin, quien ha solicitado la dimisión del Gabinete, por el trabajo realizado durante casi tres años al frente del Gobierno.
No obstante, Tokáyev ha responsabilizado directamente al Gobierno de la “difícil situación económico-política y social creada en el país”, y en particular, al Ministerio de Energía, así como a las compañías KazMunayGaz y Kazajgaz, según ha informado el servicio de prensa de la Presidencia.
Movilizaciones
Las manifestaciones se han reanudado este miércoles, horas después de que las autoridades decretasen el estado de emergencia en la región de Mangystau y en la ciudad de Almaty. Posteriormente, el estado de emergencia se extendió también a la región de Almaty.
Según informó el Ministerio del Interior, durante las protestas fueron detenidas más de 200 personas por “actos de violencia en contra de los representantes de la ley, vandalismo y ataques contra instituciones estatales” que ocasionaron lesiones a 95 agentes del orden y daños a 37 vehículos de la policía.
En la ciudad kazaja de Aktobe, en el oeste del país, la policía se ha negado a reprimir a los manifestantes, informa el portal Orda.kz.
Según los medios locales, frente a la sede del Gobierno local se han concentrado más de 1.000 manifestantes que han encendido fogatas para calentarse, y exigen la comparecencia del “akim” (responsable del Ejecutivo) local.
En Almaty, los manifestantes han roto el cordón policial y han asaltado el edificio del Gobierno local. Según la agencia Interfax-Kazajstán, desde las ventanas del segundo piso del edificio se observan las llamas y una intensa humareda, mientras los manifestantes mantienen el cerco de la sede gubernamental entre gritos de “Adelante, Kazajistán”.
Los manifestantes, armados con palos, han obligado a los agentes del orden a replegarse a las calles aledañas a la sede del Gobierno y han despojado a varios de ellos de sus escudos y chalecos antibala.
Según fuentes locales, está ardiendo también la sede de la Fiscalía, además de 30 vehículos, tanto de la policía como privados. El jefe de redacción del sitio web factchecking, Adil Dzhalilov, declara a EFE que se trata de disturbios organizados en los que participan numerosos jóvenes armados. También circulan vídeos en redes sociales de manifestantes circulando en vehículos incautados a las autoridades.
En Kostanái, ciudad ubicada al norte del país, decenas de personas se han concentrado frente a la administración local, pese a que la policía acordonó el edificio, mientras que en Petropávl, también en el norte de Kazajistán, los agentes del orden lograron dispersar a medio centenar de manifestantes que también acudieron a la sede regional del Gobierno.
Regulación de precios
A fin de frenar el descontento, Tokáyev ha ordenado implementar la regulación estatal de precios de los productos de primera necesidad, incluyendo el gas licuado, la gasolina y el diésel, por un plazo de 180 días.
Además, ha impuesto un techo al alza de los precios de los servicios comunales por el mismo plazo y ha planteado la necesidad de estudiar la posibilidad de subsidiar los alquileres de viviendas para los sectores más vulnerables de la población.
En gran parte de Kazajistán se han cortado los servicios de internet y la telefonía móvil ha sido limitada.