María Ramírez, biógrafa de Kamala Harris: “Es lógico pensar que presionará más a Netanyahu que Biden”

'Kamala Harris, la primera' (Debate) es una breve biografía política repleta de detalles y anécdotas en la que la periodista María Ramírez, subdirectora de elDiario.es, explica y desentraña la figura de la candidata demócrata a la presidencia en las próximas elecciones de Estados Unidos del 5 de noviembre.

Desde su legado como vicepresidenta a su evolución ideológica y sus posiciones en política exterior, Ramírez analiza a la mujer que se puede convertir en la primera presidenta de EEUU, si logra derrotar a un Donald Trump con el que está prácticamente empatada en las encuestas.

A menudo se ha acusado a Kamala Harris de ser una figura ausente ¿Cuál es su legado como vicepresidenta de Joe Biden? Biden dijo que sería una consejera que estaría presente en todas sus decisiones, ¿eso ha ocurrido?

No tenemos ninguna prueba de que eso haya pasado. Es verdad que ella estaba en algunos de los debates esenciales y las reuniones semanales, pero más bien lo que parece es que Biden no le dio a Kamala el papel que [Barack] Obama sí le dio a él como vicepresidente. No cumplió su promesa. 

Además, le encargó algunas cosas que luego han sido un problema para ella. Biden le pidió mirar las raíces de la migración en Centroamérica hacia Estados Unidos e identificar qué ayudas se podía dar a estos países para que la gente se quede allí. De repente, eso hizo que los republicanos le pusieran la etiqueta de que era la 'zar' de la inmigración, cosa que no era.

Con lo cual, el poco papel que le dio Biden no la ha ayudado mucho. Es verdad que los vicepresidentes siempre suelen estar un poco ausentes y su papel es esperar por si acaso le pasa algo al presidente. En su caso, tuvo poco legado como vicepresidenta porque no ha tenido un papel muy concreto. Lo que le ha servido es para tener más experiencia en las relaciones con el público.

Ningún vicepresidente destaca por su legado, ¿no?

En general, los presidentes no quieren a un vicepresidente que brille demasiado. Pensábamos que, en este caso, a Biden le iba a dar igual porque en teoría no se iba a volver a presentar. Eso parecía que estaba claro al principio de su mandato, pero luego ya no estaba tan claro, por lo menos para él. Realmente los vicepresidentes hacen poco. 

En el caso de Biden, sí que Obama le dio un poco más de margen y Biden hizo más relaciones con el Congreso y el politiqueo –que era lo que le gustaba–, además de tener un papel en política exterior, por lo menos a la hora de hacer muchos viajes. Esto es algo que Obama le dejó hacer. Pero aun así, si pensamos en aquellos años, tampoco identificaría el legado de Biden como vicepresidente, aunque sí hizo más que Harris.

Cuenta en el libro que Harris está en una posición difícil entre las presiones del sector más progresistas y la lealtad a Biden. ¿Cómo está gestionado esta situación?

Se está dando, pero de una manera distinta a lo que pensábamos entonces. Sobre todo por la guerra en Gaza, que es algo que no esperábamos al principio del mandato de Biden-Harris. Lo que estamos viendo es que Harris tiene la presión de intentar distanciarse de Biden, pero a la vez no le quiere traicionar.

También tiene la presión más centrista del partido, la presión más progresista y la presión de los posibles votos de los republicanos que no aguantan a Trump. Ella, de momento, ha optado por la vía centrista, pensando en que ahí hay más votos. Veremos si es una estrategia ganadora o no el 5 de noviembre. Si miramos las encuestas, esta estrategia tiene sentido porque hay más gente que percibe a Harris demasiado a la izquierda de los que perciben a Trump como demasiado a la derecha. Esto es sorprendente porque, objetivamente, Trump está muchísimo más a la derecha de lo que Harris está a la izquierda, pero esta es una percepción que existe y explica por qué su campaña se ha centrado bastante en aparecer centrista y en insistir en que ella no es una persona de extrema izquierda. 

Kamala Harris está ganando terreno como la candidata del cambio, que hasta ahora ocupaba Trump y que es un elemento esencial a la hora de votar para los estadounidenses

En realidad, las políticas sociales y de inversión de Biden contentaban bastante a la izquierda del Partido Demócrata. De hecho, cuando se presionó al presidente para retirarse, la izquierda del Partido Demócrata estaba bastante a su favor. Seguir la línea económica de Biden es estar relativamente a la izquierda en el Partido Demócrata.

Describe a Harris como una persona poco dogmática, ¿cómo ha evolucionado ideológicamente y qué cabría esperar de su hipotética presidencia?

Harris ha evolucionado a la par que el Partido Demócrata. En los años 90, época difícil de criminalidad, tenía como fiscal una posición bastante dura, pero a la vez fue una de las primeras que se subió a la ola de intentar buscar soluciones en la sociedad contra el crimen que no sean puramente penas de prisión. Apostaba por introducir reformas, como dar a la Policía funciones de ayuda a la comunidad.

En las primarias demócratas de 2020, la vimos también más a la izquierda porque es donde parte del Partido Demócrata parecía que iba y, sin embargo, Biden ganó con una posición más centrista. Aunque es verdad que hay una parte del partido que pedía ese giro, luego lo que triunfó fue el centrismo.

Ahora, por una parte, la vemos intentando luchar contra este estereotipo de que es muy de izquierdas pero, por otra, también hay una continuidad en una política de inversión pública, de gasto público más grande, que es lo que hizo Biden. Es verdad que ella es muy pragmática y por eso a lo mejor se ha distanciado y se ha movido hacia el centro en algunas de las posiciones que tenía sobre la Policía o sobre la inmigración en las primarias de 2020.

En Europa, nuestros estándares están mucho más hacia la izquierda que en Estados Unidos, pero digamos que para Estados Unidos Harris es una política centrista.

¿Y en política exterior? Trump y Biden han sido dos de los presidentes más proisraelíes de Estados Unidos. ¿Está Kamala en la misma línea que Biden respecto al conflicto en Oriente Próximo y la matanza en Gaza?

No exactamente. El caso de Biden es un poco especial dentro del Partido Demócrata. Aunque en esto hay un frente bastante unido dentro del Partido Demócrata, Biden siempre fue un político especialmente proisraelí, aunque ahora no se lleve demasiado bien con Netanyahu, que es claramente un aliado de Trump. 

Harris no creo que suponga una ruptura total, pero a la vez no tiene ese lazo histórico de apoyo al Gobierno de Israel como lo tiene Biden. Además, ahora mismo tiene mucha presión de los votantes y se está jugando la presidencia en estados como Michigan, donde hay muchos votantes árabe-estadounidenses y, en particular, de origen libanés que la están presionando para que diga algo más contundente de lo que ha dicho hasta ahora.

Como no hay resultados, es muy difícil saber si los esfuerzos de Estados Unidos para conseguir un alto el fuego en Gaza que también apoya Harris tienen algún efecto. Ella insiste en esta línea, pero de momento son palabras. Si fuera presidenta, es lógico pensar que presionaría más a Netanyahu a favor del alto el fuego. Otra cuestión es si Estados Unidos realmente ahora mismo tiene poder en la región. Ha sido un año de fracaso de sus intentos diplomáticos.

Y en términos de encuestas, ¿ha sido capaz de mantener ese impulso de optimismo que vimos justo después de la retirada de Biden?

Claramente, hay más entusiasmo entre los votantes demócratas y eso se ha mantenido, pero las encuestas ahora mismo están congeladas, entre otras cosas porque tampoco ha pasado nada en las últimas semanas en política interna.

Las encuestas están muy congeladas, aunque Harris tiene todavía un poquito de margen de crecimiento porque sigue sin ser tan conocida y la gente no tiene una opinión tan establecida sobre ella como sobre Trump. Pero hemos visto muy poco movimiento. Lo que indica esto también es que, a lo mejor, hay un límite y que Estados Unidos está tan dividido que no se puede seguir rascando más.

Una cosa interesante de las últimas encuestas es que Harris está ganando terreno en la percepción de que es la candidata del cambio y este es uno de los elementos esenciales a la hora de votar para los estadounidenses. Hasta ahora, Trump estaba claramente más identificado como el candidato del cambio. Como dato cualitativo es interesante.

¿Tiene Harris más apoyo entre la población afroamericana que otros candidatos demócratas, empezando por Biden?

Lo que vemos sobre todo es una brecha de género muy grande en toda la población, pero como entre los hombres afroamericanos está subiendo ligeramente el apoyo a Trump, ahí puede estar perdiendo un poco de voto. Dicho lo cual, la mayoría de los afroamericanos de cualquier género, como la mayoría de los latinos, siguen apoyando a Harris y siguen apoyando a los demócratas. Pero lo que hemos visto en estas elecciones es una erosión en la parte masculina del voto de las minorías. Esto ya estaba pasando cuando Biden era el candidato y no se ha parado con Harris.

Biden no cumplió su promesa y no dio a Kamala Harris el papel que Obama sí le dio a él como vicepresidente

Se ha dicho muchas veces que las mujeres son el grupo de población más reacio a votar a Trump. ¿Puede ser el voto de las mujeres la clave de una hipotética derrota de Trump?

Las mujeres van a ser clave porque las mujeres en general tienen una participación más alta en las elecciones. Desde que Trump está en primera línea en la política, la brecha de voto entre hombres y mujeres se abre cada vez más. Esto pasó también en las elecciones legislativas de medio mandato en 2022 y está pasando más que nunca, según las encuestas, en las elecciones presidenciales de 2024. Y no es tanto porque Harris sea una mujer, que puede inspirar a una parte, sino por el debate que hay alrededor del derecho al aborto, los derechos reproductivos, el efecto que está teniendo la derogación de [la sentencia del Supremo] ROE versus Wade en buena parte del país y, además, los republicanos están abriendo debates sobre la fertilización in vitro, el acceso a los anticonceptivos... Va mucho más allá del derecho al aborto y esto está teniendo el efecto de movilizar contra Trump y contra los republicanos incluso a mujeres conservadoras que votaban por el Partido Republicano. El estilo tan agresivo y despreciativo de Trump con las mujeres nunca ha gustado a las votantes, incluso en algunos lugares donde solían votar por el Partido Republicano. 

Siempre se dice que una de las claves son las mujeres blancas que tienen educación y que viven en las ciudades pequeñas alrededor de ciudades grandes. Este puede ser en concreto uno de los segmentos que decida las elecciones si se movilizan contra Trump. Las mujeres van a ser clave en los estados clave.

Trump se ha mofado de Kamala diciendo que él pensaba que era india y de repente se convirtió en negra. Explica en el libro que esa negritud viene un poco de su experiencia vital. ¿Cómo ha abordado Harris esa identidad multirracial o interracial? ¿Y por qué es algo que no está muy bien visto en Estados Unidos?

No es muy habitual que las personas se identifiquen como multirraciales y eso se puede ver en el censo. Kamala Harris es jamaicano-americana, india y americana, pero una cosa curiosa en su caso es que no le gusta demasiado hablar de su identidad racial. De hecho, cuando le han preguntado por los comentarios de Trump, no ha querido ni criticarlos. En este sentido no es como Barack Obama, que era muy reflexivo sobre su identidad racial y familiar, y era algo que realmente le obsesionó y se hizo famoso con eso gracias a su libro. Kamala Harris claramente lo ha vivido con más naturalidad. 

Harris cuenta que, como creció con su madre después del divorcio de sus padres, su madre decidió que en la California de aquellos años, que todavía era bastante conservadora, lo más fácil para sus hijas era que simplemente se identificaran como negras porque veía que había una comunidad fuerte de mujeres donde se podían integrar fácilmente. Digamos que su madre les simplificó de alguna forma la identidad. Es muy interesante que a raíz de su candidatura hay más debate sobre esto en Estados Unidos e incluso hemos visto alguna novela escrita sobre esto, algún ensayo de no ficción... Su figura está haciendo que más personas con esta experiencia, que es un poco más compleja desde el punto de vista racial, cuenten sus experiencias