Javier Milei tiene una pose característica en las fotografías, sean selfies al paso o institucionales. Prefiere un plano picado, con la cámara por encima del rostro, lo que lo fuerza a mirar hacia arriba, mientras aprieta y proyecta los labios. El motivo para esa postura es que no le gusta exhibir la papada.
Esta preocupación estética escaló desde que inauguró su mandato presidencial, el 10 de diciembre. Ese mismo día, cuentas oficiales de redes sociales y las propias del presidente argentino comenzaron a publicar imágenes a todas luces retocadas, en las que no aparece el hombre de 53 años que es sino un modelo de cara afilada y apariencia de 40.
En estas semanas, marcadas por una devaluación de 54% y el inicio del desmantelamiento del Estado, la búsqueda de la belleza hegemónica no fue el único aspecto que concitó la atención del mandatario. También se ocupó de desmentir la versión de que tiene pies pequeños, insinuó encuentros fogosos con su novia, reaccionó con su habitual violencia ante versiones sobre sus cuatro perros y se mostró extasiado por un diálogo con Elon Musk.
El ataque de ira por los perros tuvo por destinataria a una señal de noticias que le brinda un respaldo absoluto, La Nación +, que según varios empresarios de medios, está solventada por capitales próximos al expresidente conservador Mauricio Macri. Una periodista de ese canal informó el lunes que los cuatro mastines ingleses propiedad de Milei ya habitan dependencias de la residencia presidencial de Olivos, una quinta con un extenso parque a la que se mudó el mandatario ese mismo día.
No bien escuchó la versión, el presidente arremetió por X (Twitter): “Es escandalosa la impunidad con la que inventan y operan mentiras algunos periodistas (en especial la que emite la noticia quien hace este tipo de cosas regularmente). Ninguno de mis perros está en Olivos”. “Mentirosa serial”, espetó el mandatario a la periodista en cuestión.
Los perros son un tema problemático en la vida de Milei. En principio, por el número. Son cuatro, pero el presidente argentino dice que “sus hijitos de cuatro patas” son cinco, porque cuenta a Conan, fallecido en 2017, de cuyas células nació el resto por clonación.
Como estos animales de más de 100 kilos cada uno crecieron en un departamento en el barrio de Abasto —zona densamente poblada de Buenos Aires—, atados a ganchos adheridos al piso en una misma sala, con muy escasa movilidad, tienen problemas de sociabilidad. No pueden estar juntos porque se pelean a muerte, ni en contacto con otras personas, según narró el periodista Juan Luis González en el libro El Loco.
Así las cosas, Milei mandó adaptar una dependencia de la quinta de Olivos para sus perros. De su reacción intempestiva contra su canal favorito, se desprende que las instalaciones no estarían listas.
Fogosa relación
Un día más tarde, la novia de Milei desde la pasada campaña electoral, la actriz Fátima Flórez, publicó en Instagram una imagen con sendos pies de ambos. “Yo calzo 38 y el amigo de los Henderson?”, escribió la actriz, junto a una canción titulada “Bigfoot” (“Pie Grande”).
Fue el modo en que la pareja desmintió una versión de redes sociales de que el presidente tiene un pie tan pequeño que habría sido dificultoso conseguir botas adecuadas para una visita a la Antártida, realizada la semana pasada.
Previamente, Flórez, cuyo mayor logro como imitadora es el registro de Cristina Fernández de Kirchner, había enviado un mensaje a su novio por redes: “Sos hermoso. Te quiero dar un beso ya”. Milei respondió: “Vamooo´que me ligo un beso de la estupenda”.
Milei ya había ligado un beso de “la estupenda” días antes, cuando la visitó en un teatro en la ciudad turística de Mar del Plata, en plena temporada de verano. En esa ocasión, el ultraderechista subió al escenario y la pareja se trenzó en un beso profundo a la vista de los espectadores.
Pero la pasión tiene un límite. La actriz no vivirá en la Quinta de Olivos. Allí residirán el presidente; su hermana, Karina; y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, definida como una de sus mejores amigas.
Milei hizo alarde de su intimidad en sus tiempos de tertuliano, cuando su ascenso a la presidencia se estaba forjando sin que nadie lo intuyera. En 2018, provocó una catarata de risas y felicitaciones en el programa de sábados por la noche del ex CQC Andrés Kusnetzoff, cuando contó que practicaba sexo tántrico y le decían “vaca mala”, porque era capaz de no dar leche durante tres meses, pero mantenía erecciones de no menos de 45 minutos.
Otra cuestión que marcha viento en popa es el idilio entre Milei y Elon Musk. A tal punto, que el presidente argentino anunció reformas específicas para facilitar el desembarco de Starlink, una de las empresas del millonario, y ambos comenzaron a hablar de proyectos en torno al litio, mineral clave para la industria de la movilidad electrónica del que Argentina tiene importantes reservas.
El presidente de Argentina contó la anécdota de la llamada compartida con Musk y se mostró gratamente impactado por el hecho de que el empresario no lo hubiera hecho esperar ni requiriera de demasiados intermediarios.
El plan en marcha
Los pies, la papada, la “estupenda”, Musk y los hermanitos de Conan están lejos de ser temas importantes en la Argentina de Milei.
Por lo pronto, la devaluación de 54% del peso, dispuesta por el ultraderechista no bien asumió, disparó una inflación próxima al 25% mensual, el doble o al triple de los últimos meses del peronista Alberto Fernández, sin visos de que ceda en el corto plazo. El incremento acelerado de precios resintió múltiples actividades, entre otras, la temporada de vacaciones.
La mayor incertidumbre, no obstante, la viven las familias pobres, que ven acelerado el precio de los alimentos, mientras el gobierno desmonta una vasta red de planes sociales, subsidios y ayudas específicas forjados durante los años del peronismo en la Casa Rosada.
El Congreso comenzó el debate de una ley ómnibus que incluye 664 artículos, que van desde una reforma del sistema electoral, el uso de toga para los jueces, la liberación de límites para volver a tomar deuda en dólares, la privatización de todas las empresas estatales y la eximición de responsabilidad penal para los casos de gatillo fácil. La lista de temas involucrados es inagotable y se complementa con un decreto de necesidad y urgencia, con 366 artículos igualmente abarcantes, que también deben ser aprobados por el Congreso.
El proceso de recortes y retiro del Estado está en plena ejecución, aunque el andamiaje legal es precario. De esta manera, se dan situaciones angustiantes para pacientes de enfermedades complejas que ven reducido o postergado el acceso a medicamentos, y otro tanto ocurre con los jubilados, que los tenían gratis. Son numerosos los testimonios de quienes han perdido el empleo o de familias con algún integrante con discapacidad a las que le recortaron prestaciones educativas o terapéuticas.
El decreto de necesidad y urgencia derogó una recientemente sancionada ley de Alquileres que establecía contratos mínimos de tres años, aumentos semestrales según el índice de salarios, pagos en pesos e imposibilidad de los propietarios de dar por concluido el contrato antes de tiempo.
La norma fue promulgada por Fernández poco antes de dejar el gobierno, tras años de un limbo en el mercado inmobiliario por una puja entre los reguladores y los liberadores.
Tras la derogación vía decreto, los propietarios y las inmobiliarias están pidiendo aumentos de entre 500% y 700%, anticipos promedio de 1,5 millones de pesos (1.800 euros), con contratos de muy corto plazo, trimestrales o semestrales, y en dólares, detalló a elDiario.es Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Agrupados.
Para Muñoz, esos requisitos son impagables para la gran mayoría de los trabajadores: “Si eso sigue su curso, va a haber una crisis social enorme, ya no sólo habitacional”. El dirigente avizora desalojos violentos, tomas de tierras y juicios.
Inquilinos Agrupados realizó un pedido de cautelar ante tribunales federales, entre más de 40 recursos de amparo de personas y organizaciones que sienten que el decreto de necesidad y urgencia avasalla sus derechos.
Las reformas de impronta thatcherista y pinochetista son las que guían al presidente libertario, extremos que hasta ahora se consideraban intolerables para la sociedad argentina. Todavía no hay estadísticas que midan la magnitud de las consecuencias de las primeras medidas, ni tampoco registros que indiquen un derrumbe en su popularidad, aunque sí un temprano declive. Su vaga promesa de que el ajuste lo pagaría “la casta” y no “los argentinos de bien” podría pasarle factura en el corto plazo.
El próximo bimestre podrá arrojar alguna luz sobre el estado de situación. Si la inflación. que alcanzó 25,5% en diciembre, no cede y Milei implementa una nueva devaluación en marzo o abril, el escenario social podría acercarse al de 2001, cuando colapsó una década de economía neoliberal menos extrema que la que promueve Milei.
Con la previsible oposición del peronismo y la izquierda, Milei acusó a diputados de la centrista Unión Cívica Radical, el conservador PRO (fundado por Macri) y partidos provinciales de buscar sobornos para la aprobación del megadecreto y la megaley. De estos salió alguna queja airada, pero la mayoría expresó su voluntad de colaborar con el “cambio” que propone el ultraderechista.